Aún lejos de lograr la comercialización, la energía geotérmica presenta la ventaja de la disponibilidad constante en comparación con otras fuentes renovables como la eólica o la solar. La capacidad de energía geotérmica registró un escaso crecimiento a una tasa de crecimiento anual (CAGR) del 3,2% desde 2000 hasta 2018. Las barreras para el crecimiento del sector han sido un régimen de política desfavorable, la falta de acceso a la financiación y los riesgos de inversión asociados. Sin embargo, se espera que la energía geotérmica pueda ganar algo de fuerza debido al rápido agotamiento de las reservas de energía no renovables y los avances tecnológicos.
Según la firma de análisis GlobalData, las inversiones globales en el sector geotérmico en 2018 ascendieron a una cifra estimada de 3.200 millones de dólares y es probable que alcancen un máximo en 2022-23 de 4.000 millones.
Los diez principales países por capacidad total de plantas geotérmicas en orden descendente son EEUU, Indonesia, Filipinas, Turquía, Nueva Zelanda, México, Italia, Kenia, Japón y Costa Rica, que en conjunto representaron casi el 86% de la capacidad instalada geotérmica mundial. A finales de 2018, EEUU seguía siendo el mercado más grande, con más del 25% de la capacidad instalada, seguido de Indonesia y Filipinas con una participación de mercado del 13%, respectivamente.
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