El grupo químico francés Inovyn vuelve a las andadas y amenaza de nuevo con no realizar más inversiones en la planta de Martorell (Barcelona). Achaca su posible decisión a que los precios de la energía son muy altos.
"Inovyn sigue evaluando diversas opciones en relación a la sala de células de mercurio de Martorell (España); la actual falta de competitividad del precio de las materias primas, especialmente de la energía eléctrica, hace que una futura inversión en la conversión de la sala de células de la planta de Martorell sea significativamente menos atractiva", dice en un comunicado.
La normativa europea dice que las plantas químicas que se dedican a producir cloro tienen que cambiar la tecnología de producción de la fábrica para ser más limpia y contaminar menos. Tienen de tiempo hasta diciembre de 2017. Martorell no ha hecho los cambios y tendría que invertir más de 100 millones de euros para salvar la fábrica.
El principal problema de Inovyn es el precio de la energía porque esta planta de Martorell fue sancionada durante dos años (2015 y 2016) sin poder participar en las subastas de interrumpibilidad eléctrica, aquellas por las cuales la gran industria percibe un dinero en caso de que por necesidades de altísima demanda eléctrica tuviese que parar la producción de la planta.
Inovyn recurrió la decisión del Ministerio de Industria de no dejarla participar. Le parecía excesivo el castigo. Además, creía que el problema que tuvo fue por culpa de la cogeneradora que produce para el centro de trabajo. Por unos pocos megavatios han dejado de percibir un suculento dinero, justo para poder realizar las inversiones necesarias para cumplir con la legislación europea.
En concreto, si se tiene en cuenta 2015 y 2016 los ingresos que podría haber obtenido por la subasta eran de más de 50 millones, una cuantía con la que ya le saldrían las cuentas al grupo químico.
¿Qué sucede ahora? El recurso de Inovyn sigue en los tribunales, pero la subasta para el ejercicio de 2017 está a la vuelta de la esquina. En pocas semanas o meses el Gobierno tiene que aprobar la nueva subasta. Y claro, Inovyn necesita participar como sea.
Además, está previsto que en esta subasta se realice para los dos años siguientes por lo que si no logra participar en ella perdería también los ingresos del año que viene.
Participar o no en la subasta es una cuestión de vida o muerte para la planta de Martorell. Ahora es el momento de presionar para intentar obtener el perdón por cualquier vía, judicial o administrativa.
Pako
08/04/2016