El sector de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) de Japón está entrando en una fase de rápida expansión, con una capacidad que se prevé aumente desde los niveles actuales de demostración de 0,3 millones de toneladas por año (Mtpa) hasta casi 12,5 Mtpa para 2035, según Wood Mackenzie. Este aumento de 30 veces posiciona a Japón a la vanguardia de los esfuerzos de descarbonización industrial en Asia-Pacífico.
La capacidad de CCUS de Japón se multiplicará por 30 para 2035
Wood Mackenzie proyecta una capacidad de captura de 12,5 Mtpa impulsada por los sectores industriales, pero las primas de costos transfronterizos amenazan el cumplimiento de los objetivos gubernamentales

Sin embargo, alcanzar plenamente los objetivos del gobierno requerirá acelerar el desarrollo de asociaciones de almacenamiento transfronterizas. Wood Mackenzie prevé que Japón alcanzará sus metas de 2030 hacia 2035, ya que los acuerdos internacionales necesitarán más tiempo para concretarse.

La colaboración transfronteriza, clave para las ambiciones de CCUS de Japón
El desarrollo de CCUS en Japón está cada vez más impulsado por aplicaciones industriales, especialmente en sectores difíciles de descarbonizar como el acero y los productos petroquímicos. De los nueve proyectos avanzados de captura y almacenamiento de aarbono (CCS) preseleccionados por el gobierno -que en conjunto suman más de 20 millones de toneladas por año de capacidad potencial- casi el 60% depende de asociaciones internacionales de almacenamiento transfronterizo.
“La colaboración transfronteriza no es solo una opción, sino una necesidad incluso después de 2035”, afirmó Hetal Gandhi, líder de CCUS para Asia-Pacífico en Wood Mackenzie. “Aunque hay países bien posicionados en términos de políticas de almacenamiento y proyectos en desarrollo, los costos del transporte transfronterizo de carbono siguen siendo un desafío. Por ejemplo, transportar emisiones capturadas dentro de Japón versus enviarlas a Australia podría costar entre 7 y 9 veces más. Sin embargo, los pioneros que aseguren los campos de almacenamiento y las asociaciones adecuadas podrían limitar el aumento de costos totales a alrededor del 15–20%. Los acuerdos bilaterales serán un área crítica a seguir a medida que las naciones compitan por obtener ventajas competitivas”.
Japón ocupa ahora el segundo lugar en Asia-Pacífico en preparación de políticas de CCUS, solo detrás de Australia, según el Índice de Preparación de Políticas de Wood Mackenzie. El país destaca especialmente en dos aspectos clave: la magnitud y especificidad de sus objetivos de CCUS, y el acceso a financiación de bajo costo.
Los objetivos de neutralidad de carbono establecidos por ley y el sólido régimen regulatorio de almacenamiento colocan a Japón junto a los líderes mundiales. La transición del Sistema de Comercio de Emisiones GX (GX ETS) de un esquema voluntario a uno obligatorio, junto con la implementación de un impuesto al combustible, está creando incentivos económicos más sólidos para la adopción del CCUS en los sectores industriales.
El transporte transfronterizo, la próxima frontera
La aparición del transporte transfronterizo de CO₂ representa una tendencia transformadora, especialmente relevante para la geografía insular de Japón. Wood Mackenzie ha desarrollado un nuevo marco de evaluación para medir la preparación de los países respecto a este tipo de transporte, considerando seis parámetros que van desde la infraestructura de CCUS hasta los precios regionales del carbono.
El análisis muestra que Japón está bien posicionado para liderar este segmento emergente del mercado, con posibles asociaciones de almacenamiento en discusión con Australia, Indonesia y Malasia.
No obstante, los costos siguen siendo significativos: transportar CO₂ desde Japón a Australia podría costar entre 7 y 9 veces más que hacerlo dentro del país. Las ventajas de ser pionero y las alianzas estratégicas podrían limitar los aumentos de costos a entre un 15% y un 20%, pero los acuerdos bilaterales serán esenciales para establecer marcos competitivos.
Gandhi añadió: “Múltiples centros de almacenamiento en la región de Asia-Pacífico están desarrollando capacidades diseñadas específicamente para servicios transfronterizos. La posición de Japón como pionero en acuerdos bilaterales y asociaciones estratégicas será crucial para asegurar acceso preferente al almacenamiento.”
Requisitos de inversión y apoyo gubernamental
Según Wood Mackenzie, Japón necesitará al menos 10.000 millones de dólares estadounidenses en apoyo gubernamental para implementar el CCUS hasta 2050, asumiendo que el precio del carbono alcance los 69 dólares por unidad a mediados de siglo. Este apoyo será esencial dado el panorama actual de rentabilidad de los proyectos de CCUS a nivel mundial.
El análisis de 200 proyectos de CCUS en distintas regiones muestra que, incluso con los mejores incentivos y los ingresos de los sistemas de comercio de emisiones (ETS), los retornos financieros no suelen cubrir los costos totales del proyecto de forma individual. La viabilidad económica requiere “apilar” múltiples mecanismos de apoyo, combinando subvenciones de capital y operación, incentivos fiscales, ingresos del ETS y primas por productos con baja huella de carbono.
“El enfoque de Japón en aplicaciones industriales de alto valor y el desarrollo tecnológico deberá crear vías hacia la viabilidad comercial que vayan más allá del precio básico del carbono”, concluyó Gandhi. “La integración de la innovación doméstica con asociaciones estratégicas transfronterizas será fundamental para optimizar la ecuación de valor”.
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