A lo largo de este último año, las renovables clamaban por que se acabara con la especulación en la compra de puntos de acceso y conexión para las redes eléctricas. Esa subida sin control de los precios tenían que ver con un exceso de demanda de solicitudes pero también con la participación de especuladores que estaban distorsionando el mercado. De hecho, a finales de 2019, las solicitudes cuadruplicaban los objetivos marcados por el Gobierno para nueva capacidad renovable a 2030 (más de 203.000 MW de potencia conjunta) y consiguieron el permiso más de 102.000 MW.
Esta tendencia hubiera seguido así en estos meses si no fuera por el coronavirus, pese al gran daño que está ocasionando a la sociedad y a la economía en general. El COVID-19 ha servido para solucionar un problema que se esperaba que lo hiciera un Real Decreto que no ha terminado de llegar. Según ha podido saber este diario de fuentes del sector "hay un efecto de deflación de los precios porque muchos de los proyectos que se pretendían llevar a cabo se han paralizado".
"Se podría hablar de pinchazo de la burbuja especulativa por el coronavirus, pero también ha ayudado REE, encargada de gestionar las solicitudes para conectarse a la red de alta tensión, cuando meses atrás empezó a aumentar las exigencias para las peticiones de enganche a la red", explican las mismas fuentes, "gracias a ello consiguió frenar un poco la escalada de precios, ya que hace solo cuatro meses, se estaban ofreciendo puntos de acceso y conexión entre 100.000 y 250.000 euros por megavatio de potencia del proyecto, en función del grado del proceso de solicitud".
"Tanto es así, que antes del coronavirus pedíamos información para comprar puntos de acceso y nos los vendían por 180.000, 200.000 y hasta 250.000 euros/MW, y ahora es todo lo contrario", explica otras fuentes, "ahora nos llaman para ofrecernos los mismos puntos de conexión por 50.000 o 70.000 euros/MW".
"Tiene sentido que el precio de compra-venta de los puntos de conexión hayan bajado", explica Daniel Pérez, responsable jurídico en la comercializadora renovable Holaluz y experto en el sector energético, "si el precio de firma de los PPAs han bajado, encaja con ese ajuste". De hecho, "lo que han hecho los precios es adaptarse a la nueva realidad, cuando compras una conexión lo haces esperando un retorno, tal y como están las cosas, hay que reducir costes para que ese proyecto renovable pueda obtener cierta rentabilidad, y como antes se podían obtener mejores precios en la firma de un PPA, se podía pagar más por el punto de conexión, ahora ya no".
"La burbuja de especulación ha estallado", añaden otras fuentes del sector, "los proyectos que se vendían hace cuatro meses por 150.000 euros/MW se están ofreciendo a 55.000 euros". Toca apretarse el cinturón, "y al final quedarán en el mercado los que realmente tienen intención de desarrollar proyectos renovables y no los que querían aprovechar el momento para sacar partido del boom de instalación renovable que existe en nuestro país".
Y mientras esta pandemia transitoria ralentiza la buena marcha del sector, también se han producido otras consecuencias derivadas del COVID-19. Los promotores con puntos de conexión otorgados con anterioridad al 28 de diciembre de 2013 y que debían haber obtenido la perceptiva autorización de explotación de la instalación antes del pasado 31 de marzo han podido respirar más tranquilos. El gobierno les amplió en dos meses a partir del fin del estado de alarma el periodo de vigencia de esos permisos.
De no haber sido por el coronavirus, los que no estuvieran en marcha para esa fecha corrían el riesgo de perder los derechos de acceso y conexión a la red. La pérdida de estos derechos llevaba aparejada la ejecución de los avales de acceso, de unos 10.000 euros por MW, la pérdida de la retribución específica y la ineficacia de las autorizaciones administrativas obtenidas, debiendo reiniciar la tramitación, sin gozar ya de prioridad de acceso alguna.
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