Litio, cobre, cobalto, níquel, vanadio, silicio, tierras raras (escandio, itrio y lantánidos) son solo algunos de los minerales cada vez más demandados por un consumo mundial asociado a los desarrollos tecnológicos. Pero en el futuro la presión sobre estas materias primas será aún mayor por la transición energética hacia una economía baja en carbono así como el aumento de la digitalización en la mayor parte de las infraestructuras.
El ambicioso objetivo de España de alcanzar las cero emisiones netas de CO2 en 2050 requerirá una inversión significativa en tecnologías renovables como la solar, la eólica, el almacenamiento y otras tecnologías, que necesitarán una cantidad de minerales críticos para imanes y celdas de combustible. "Las materias primas son necesarias para toda la transición energética" explica a este diario Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de CONFEDEM (Confederación Nacional Empresarios de la Minería y de la Metalurgia) "y, por poner un ejemplo, aumentará mucho la demanda de cobre si se quiere electrificar toda la economía".
El caso más evidente es el de la movilidad sostenible. Si se quiere que a partir de 2040 todos los vehículos nuevos sean emisión cero efectiva necesitarán minerales críticos para sus motores eléctricos o para sus celdas de combustible de hidrógeno. Otros países como Francia y China han anunciado planes similares de cero emisiones, lo que se espera que aumente aún más la demanda de minerales críticos. "Un vehículo eléctrico necesita cinco veces más cobre que uno convencional, lo que nos da una idea de lo que supone para nuestro sector el cambio de paradigma en la movilidad", añade Gutiérrez Peinador.
Andrew Bloodworth, director científico de minerales y desechos en el British Geological Survey de Reino Unido, dice que "lo que probablemente debería preocupar a los países que quieren desarrollar vehículos que funcionan con baterías, son las materias primas necesarias para estas baterías: cobalto, níquel y litio". Para ello, "necesitamos asegurar el suministro continuo de estos materiales y ser conscientes de que habrá una mayor competencia, si se quiere desarrollar este mercado".
La otra pata es la digitalización. Es clave para la transición energética, ya que los activos físicos se reemplazan por los electrónicos, y el hardware necesario para soportar las infraestructuras digitales actualizadas requerirá una cantidad de minerales metálicos para los componentes energéticamente eficientes, especialmente si se implementan estas soluciones digitales a escala.
Según la Oficina de Ciencia y Tecnología del Reino Unido, la variedad de materiales utilizados en los productos está aumentando, con microchips que contienen alrededor de 60 metales en lugar de los 20 que necesitaban en la década de 1990. Esto ha provocado que la tasa de uso de metales aumente en los últimos años, con más del 80% de la producción global total de elementos de tierras raras, metales del grupo indio, galio y platino ocurridos desde 1980.
Y mientras Europa se prepara para ese cambio, China sigue siendo el principal productor mundial de minerales críticos. De hecho, el gigante asiático es el principal productor de 31 de los 44 minerales críticos en la lista de 2017 de la Comisión Europea, lo que representa el 95% de la producción mundial estimada de galio, el 82% de tungsteno y el 71% de antimonio y elementos de tierras raras.
Más del 90% de los elementos de tierras raras utilizados para generadores de imanes permanentes en turbinas eólicas (principalmente disprosio y neodimio) se extraen en China, el único país con una cadena de valor completa desde la mina hasta el producto final (el imán).
Esta situación podría complicar el suministro para los países europeos debido a las recientes inversiones de China en tecnología de cero emisiones. Según el análisis de GlobalData, se espera que China lidere el crecimiento global de la capacidad solar fotovoltaica hasta 2030, con más de 25 GW planeados para ser agregados anualmente. Se prevé que aproximadamente un tercio de la capacidad global adicional de 2019-2030 provenga de instalaciones en China, lo que impulsará el consumo y la demanda de minerales críticos como el galio utilizado en los paneles solares.
Dado que China es un productor tan importante de minerales críticos, las políticas comerciales del país tienen un efecto significativo en los precios y la disponibilidad de estos materiales. En 2010, China redujo sus cuotas de exportación de metales raros en un 40%, lo que hizo que los precios de algunos elementos de tierras raras aumentaran en la región de diez a 40 veces.
Pero España podría desarrollar una potente industria extractiva. Es el país más rico de la UE en minerales metálicos, y podría convertirse en el principal productor de las materias primas necesarias para todo el proceso de transición hacia la descarbonización. "En nuestro territorio se encuentran todos esos minerales", señala, "y se evitarían las emisiones de CO2 del transporte marítimo que realiza largas distancias desde otros yacimientos, además se generaría empleo estable y de calidad y en zonas de la España despoblada".
El sector de la industria extractiva se ofrece como una solución al problema de la seguridad del suministro para poder llevar a cabo la transición energética garantizando un suministro de minerales críticos sin depender de las importaciones. "La decisión de la Unión Europea de aprobar un impuesto al CO2 para los productos de terceros países supone un gran beneficio para el desarrollo del sector nacional", concluye Gutiérrez Peinador.
https://elperiodicodelaenergia.com/espana-el-pais-mas-rico-en-minerales-de-la-ue-podria-convertirse-en-el-principal-productor-de-cobalto/
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