La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera necesario introducir medidas para amortiguar el impacto sobre consumidores y empresas de la escalada de los precios de la energía, acentuada por la guerra en Ucrania, aunque ha mostrado su preferencia por las ayudas directas a los usuarios vulnerables, frente a otras acciones como la bajada de impuestos o la fijación de precios máximos.
En este sentido, el 'think tank' de las economías avanzadas advierte de que la rebaja de tasas impositivas y los precios máximos reducen directamente el coste de la energía, pero benefician a los hogares de mayores ingresos, así como a los más vulnerables.
Por su parte, la OCDE considera que las transferencias de efectivo pueden orientarse mejor y tener mayores efectos multiplicadores si se enfocan en hogares de ingresos bajos y medios, aunque reconoce que este tipo de medidas puede requerir más tiempo de implementación.
En cualquier caso, la OCDE ha subrayado que el esfuerzo para mantener los costes energéticos manejables y compensar los incrementos adicionales de precios desde el comienzo de la guerra deben ser "bien focalizado y temporal".
Asimismo, la OCDE considera que un apoyo fiscal bien diseñado y cuidadosamente focalizado podría reducir el impacto negativo sobre el crecimiento con solo un pequeño impulso adicional a la inflación y sostiene que, en algunos países, "esto podría financiarse gravando las ganancias extraordinarias ('windfall gains')".
En este sentido, junto con medidas fiscales para amortiguar el impacto inmediato de la crisis en los consumidores y las empresas, la OCDE apunta que las medidas regulatorias, para mejorar el diseño del mercado con el fin de mejorar la seguridad energética y la competitividad, también pueden ayudar a reducir la vulnerabilidad.
"Debemos mantener la cabeza fría. Necesitamos medidas sensatas tanto a corto como a largo plazo", ha defendido el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
En su análisis, la organización hace hincapié en que la guerra ha puesto claramente de manifiesto que muchas economías avanzadas dependen en gran medida de la energía procedente de combustibles fósiles con un alto riesgo de crisis de precios e incluso escasez.
De este modo, aunque mejorar la seguridad del suministro energético en Europa es una empresa a mediano plazo, apunta que ya se pueden lograr avances significativos este año, incluyendo medidas, como las planteadas por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para reducir sustancialmente la dependencia de las importaciones de gas de Rusia.
A más largo plazo, la OCDE señala que los países miembros deberían reducir su dependencia general de las importaciones de combustibles fósiles proporcionando incentivos apropiados e invirtiendo significativamente en energía limpia y eficiencia energética.
En Europa, la OCDE recomienda mejorar la interconexión entre las redes eléctricas domésticas para reducir los costes de energía y mejorar la seguridad.
En términos más generales, una transición estratégica hacia la energía limpia debe apuntar a reducir las vulnerabilidades y estar acompañada de inversiones en innovación para desarrollar las tecnologías.
"Tomará algunos años compensar por completo esta dependencia y construir la seguridad energética en Europa, pero la acción debe comenzar ahora", ha subrayado Cormann.
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