Mark Z. Jacobson, el famoso profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente de Stanford , y 26 de sus colegas han realizado un informe que muestra exactamente cómo 139 naciones podrían hacer la transición al 100% de energía renovable para 2050 sin dejar a millones de personas sin trabajo. De hecho, afirman que el saldo del empleo mundial al final de la transición sería positivo en más de 24 millones de personas y ayudaría a reducir drásticamente las emisiones de carbono.
El grupo de Jacobson ha desarrolado hojas de ruta que evalúan los recursos de energía renovable disponibles para cada país; el número de generadores de energía eólica, hídrica y solar necesarios para llegar al 80% de energía renovable en 2030 y al 100% para 2050; cuánta superficie terrestre y cuántos tejados requerirían estas fuentes de energía, y cómo las propuestas para cada país reducirían la demanda y el costo de la energía en comparación con un escenario de funcionamiento normal.
"Tanto los individuos como los gobiernos pueden liderar este cambio. Los políticos generalmente no quieren comprometerse a hacer algo a menos que haya alguna ciencia razonable que pueda mostrar que es posible y eso es lo que estamos tratando de hacer ", dice Jacobson. "Hay otros escenarios. No estamos diciendo que sólo hay una manera de hacerlo, pero tener un escenario indica a la gente la dirección que hay que tomar".
El marco analítico
Los investigadores examinaron varios aspectos de la economía de cada país, incluyendo sus sectores de electricidad, transporte, calefacción / refrigeración, industria y agricultura / silvicultura / pesca. Su análisis reveló que aquellos países con mucha superficie terrestre disponible encontrarán que la transición a las energías renovables les resultará una tarea más fácil. Los países como Singapur, que tiene poca tierra abierta y está rodeado de océanos, pueden necesitar enfocarse a la energía eólica marina para alcanzar sus metas.
Distanciarse de los combustibles fósiles aportará beneficios complementarios. Por ejemplo, eliminando el uso del petróleo, el gas se reducirá cerca del 13% del presupuesto energético mundial porque la minería, el transporte y el refino de esos combustibles son actividades que consumen mucha energía. La mayor eficiencia de los motores eléctricos frente a los motores de combustión interna podría reducir la demanda global de energía en un 23%.
Algunos beneficios son difíciles de cuantificar. Los autores sugieren que la transición energética de los combustibles fósiles a las energías renovables se saldará con un aumento neto de 24 millones de empleos en todo el mundo. "Además de eliminar las emisiones y evitar el calentamiento global de 1,5º C y comenzar el proceso de depuración de dióxido de carbono de la atmósfera terrestre, la transición elimina de 4 a 7 millones de muertes por contaminación atmosférica cada año y crea más de 24 millones de empleos a largo plazo a tiempo completo por estos planes”, dice Jacobson.
"Lo que es diferente entre este estudio y otros estudios que han propuesto soluciones es que no sólo estamos tratando de examinar los beneficios climáticos de reducir el carbono, sino también los beneficios de la contaminación atmosférica, los beneficios laborales y los beneficios en costes", añade el director del informe.
Los críticos del informe señalan que las recomendaciones ignoran el potencial de la energía nuclear, así como el llamado carbón limpio y los biocombustibles. Los autores responden que las plantas nucleares tardan entre 15 y 20 años en diseñarse y construirse, además de entrañar riesgos importantes como la proliferación de armas o el manejo de los residuos, como indica el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático . El carbón limpio ha sido condenado recientemente como un mito, y la producción de biocombustibles genera 50 veces más contaminación de carbono que las renovables, según el informe.
Jacobson y sus colegas destacan la ventaja inherente de eficiencia de los motores eléctricos en comparación con los motores de combustión interna como el fundamento de sus recomendaciones. Según sus cálculos, las ICE son menos eficientes en un 7% cuando se calculan los costos de encontrar y extraer combustibles fósiles, transportarlos, distribuirlos y quemarlos, comparándolos con la cantidad total de trabajo producido. Ellos continúan abogando por el almacenamiento de calor subterráneo para hogares y negocios, señalando a Dinamarca, donde esta tecnología es común. También presumen que los aviones eléctricos se convertirán en un lugar común en el futuro a medida que más y más empresas inviertan en esa tecnología.
El caso español
En el caso de España, como en el de la mayoría de los países, el mix propuesto en el informe de Stanford se centra fundamentalmente en las energías eólica y solar. La propuesta para la primera es una cuota del 47,1%, repartida entre eólica terrestre (33,5%) y eólica marina (13,6%); la cuota solar sería del 44,9%, repartida entre fotovoltaica residencial (17,2%), termosolar (11%), fotovoltaica a gran escala (8,4%) y fotovoltaica comercial (8,3%). El resto, hasta el 100% se reparte entre hidroeléctrica (6,3%) energía de las olas (1,5%) y energía de las mareas (0,2%).
Según el estudio, la transición a este mix energético 100% renovable supondría la creación de 184.796 puestos de trabajo durante el periodo de construcción de las instalaciones, y 179.790 empleos para la operación de las nuevas instalaciones.
La utilización de este mix energético en lugar de quemar combustibles fósiles, junto con algunas medidas de eficiencia energética supondría un ahorro importante de energía, estimado en un 45% según los autores del informe.
Los ahorros también se extienden al campo de la salud. Según los datos que maneja el informe, cada año se evitarían 17.402 muertes por contaminación del aire. Entre las muertes evitadas y los costes de la salud, se ahorrarían 179.000 millones de dólares, equivalentes a un 6% del PIB español.
Los costes de la energía en el horizonte de 2050 con un mix 100% renovable sería de 9,3 centavos/ kWh. El mismo coste con un mix de combustibles fósiles y nuclear sería de 10,7 centavos / kWh, cantidad a la que habría que sumar 5,7 centavos/ kWh correspondientes a los costes medioambientales y de salud.
Estos datos traducidos en términos económicos supondrían un ahorro en los costes anuales de energía, salud y medio ambiente por persona en 2050 de 6.391 dólares. El ahorro en el coste anual de la energía para esa misma fecha sería de 263 dólares por persona al año.
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