Ningún comentario El despliegue de infraestructuras clave que contribuyan a incrementar la independencia energética de Europa, como la hipotética interconexión de gas entre España y Francia, esencial en la hoja de ruta de Bruselas, podría financiarse parcialmente con fondos europeos.
El nuevo plan "Repower EU" contempla, entre sus principales pilares, el incremento de las interconexiones energéticas en el Viejo Continente a fin de acabar con la dependencia de los combustibles fósiles rusos -que cuestan a los contribuyentes europeos casi 100.000 millones de euros al año- y acelerar la descarbonización.
La intención de la Unión Europea es agilizar la construcción de infraestructuras esenciales -plantas regasificadoras incluidas- de cara a mejorar la solvencia energética de la región, como expone en su programa, presentado hace justo una semana.
En su anexo, la Comisión Europea recuerda la lista existente de proyectos de interés común, algunos de los cuales llevan "muchos años en preparación", como son las interconexiones con la Península Ibérica y con los Estados miembros insulares.
Por el momento, sólo hay dos infraestructuras eléctricas entre España y Francia que figuran en esa lista de la Unión Europea, financiadas en parte con fondos europeos: la conexión del Golfo de Vizcaya y otra a través de los Pirineos.
Durante un tiempo figuró también el gasoducto Midcat hasta que Madrid y París renunciaron al proyecto, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha resucitado la idea en una reunión reciente con los líderes de los 27.
La financiación del plan REPowerEU
La nueva estrategia de Bruselas, diseñada con urgencia tras la invasión rusa de Ucrania el pasado febrero, acelera el plan "Fit for 55" con el que la Unión Europea pretende reducir en 2030 sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), al menos, en un 55 % de las de 1990, como senda para descarbonizar su economía en 2050.
De cara a la ejecución del "Repower EU", el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia europeo, que canaliza el 90 % de los 750.000 millones del Fondo de Recuperación de la Unión Europea por la pandemia del coronavirus, ocupará un lugar central.
En concreto, el Mecanismo, dotado con un total con 672.500 millones de euros, apoyará la planificación y la financiación coordinadas de las infraestructuras transfronterizas y nacionales, así como de los proyectos y reformas en el ámbito de la energía.
Por este motivo, la Comisión Europea propone modificar su reglamento a fin de integrar capítulos específicos del "Repower EU" en los planes de recuperación y resiliencia de los que ya disponen los Estados miembros, junto con el resto de reformas e inversiones.
Todas las acciones contenidas en "Repower EU" necesitan una inversión adicional de 210.000 millones de euros a 2027, un pago a cuenta "por nuestra independencia y nuestra seguridad", apuntaba la Comisión Europea en un comunicado.
Estas inversiones deben ser realizadas por los sectores público y privado, así como a escala nacional, transfronteriza y de la Unión Europea, lo que abre la puerta a que los proyectos más destacados puedan recibir fondos comunitarios de forma parcial, eso sí, en un nivel aún por conocer.
Préstamos del mecanismo europeo
El programa está llamado a cambiar la estructura de la red energética en Europa con nuevas interconexiones de red eléctrica, gasoductos, infraestructuras de almacenamiento de gas e hidrógeno, y con reajustes en las refinerías ya que, por ejemplo, en Eslovaquia, actualmente, sólo se puede refinar crudo ruso.
Para respaldarlo, están disponibles 225.000 millones de euros en préstamos en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Además, la propuesta de la Comisión Europea incluye aumentar la dotación del Mecanismo con 20.000 millones de euros en subvenciones procedentes de la venta de derechos de emisión, que se subastarán de manera que no perturben el mercado.
Por su parte, la política de cohesión apoyará proyectos de descarbonización y transición ecológica, con un máximo de 100.000 millones de euros para energías renovables, hidrógeno e infraestructuras, y podrían ponerse a disposición 26.900 millones adicionales de los fondos de cohesión en transferencias voluntarias al Mecanismo.
También se plantea destinar, de forma voluntaria, otros 7.500 millones de euros de la política agrícola común. Si finalmente el Estado miembro opta por ello, su decisión no repercutirá negativamente en sus agricultores, no en vano el dinero irá dedicado a proyectos en este área, como pueda ser el desarrollo del biometano.
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