Según los datos estimados del año 2017 que se han publicado en el informe El sector eléctrico europeo en 2017 realizado por los expertos de Sandbag y Agora Energiewende, las fuentes de energía renovable generaron más electricidad que el carbón por primera vez. La suma de la generación de energía eólica, solar y de biomasa suministró 679 teravatios hora frente a los 669 TWh del carbón.
Parece una victoria por la mínima, pero no se debe olvidar que hace cinco años el carbón duplicaba la producción de las renovables en el continente. Algo está cambiando en Europa y, pese a todos los problemas, parece que el futuro es menos negro y más verde que hace cinco años.
Aunque las emisiones de CO2 aumentaron ligeramente entre 2016 y 2017, este cambio nos da una radiografía de los cambios estructurales que se están llevando a cabo en Europa. Mientras países como Polonia o la República Checa siguen consumiendo carbón como si no hubiera un mañana, durante el año pasado, países como Países Bajos, Italia y Portugal iniciaron políticas activas para eliminar la energía producida por carbón en los próximos años.
Por su lado, España aumentó su consumo de carbón durante 2017. Esto es, en parte, un problema coyuntural asociado a la sequía y la falta de viento. Pero también es cierto que el Gobierno no parece tener intención de cambiarlo. El propio ministro de energía, Álvaro Nadal, ha manifestado hasta la saciedad su rechazo al cierre de las centrales de carbón. Lo que no está tan claro es que consiga salirse con la suya.
Otro aspecto a destacar es que el crecimiento de renovables es bastante irregular. El 56% del crecimiento de la energía renovable de los últimos tres años se concentra en Alemania y Reino Unido (cuyas emisiones, no está de más recordarlo, se desplomaron a niveles de hace 120 años).
También hay un sesgo a favor de la eólica: en 2017 tuvo lugar un aumento importante del 19% en la generación eólica debido a las buenas condiciones de viento y la gran inversión en plantas eólicas. Dadas las preocupaciones sobre la sostenibilidad, es una buena noticia que el auge de la biomasa haya terminado, pero es decepcionante que la energía solar no crezca más, dado su bajo coste: la energía solar fue responsable de solo el 14% del crecimiento de las energías renovables de 2014 a 2017.
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