Petróleo & Gas

Las subvenciones a los combustibles fósiles cuadruplican las primas de las renovables

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Las subvenciones al petróleo frenan las inversiones en renovables.

Las subvenciones a los combustibles fósiles en todo el mundo sumaron la friolera de 550.000 millones de dólares en  2013 –más del cuádruple de las subvenciones a las energías renovables– y están frenando  las inversiones en eficiencia energética y en renovables, afirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su último informe anual World Energy Outlook 2014. El economista jefe de la AIE, Fatih Birol,  advirtió a los países que subvencionan el acceso a los combustibles fósiles que "están enviando el mensaje erróneo", pues se fomenta "la contaminación ambiental por emisión de C02 y no se incentiva la eficiencia energética".

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El informe de la AIE advierte de que en Oriente Medio, se usan cerca de 2 millones de barriles diarios de petróleo (bdp) y productos petrolíferos para generar electricidad cuando, si no hubiera subvenciones, las principales tecnologías renovables podrían competir con las centrales térmicas de fuel. Y para ilustrarlo pone un ejemplo muy claro: en Arabia Saudí, el gasto inicial adicional de un vehículo el  doble de eficiente que la media actual tarda en recuperarse unos 16 años gracias al ahorro  de combustible. Pues bien, este período de retorno se reduciría a 3 años si la gasolina no estuviera subvencionada.

La AIE considera que reformar las subvenciones a la energía no es tarea fácil y no existe una única receta de éxito. Sin embargo, tal y como se desprende de los distintos estudios monográficos realizados por agencia sobre Egipto, Indonesia y Nigeria, reformar requiere claridad en materia de objetivos y calendarios, una evaluación cuidadosa de los efectos y de cómo se pueden (si es necesario) paliar, siendo asimismo esencial una consulta exhaustiva y una buena comunicación en todos las fases del proceso.

La demanda de energía crecerá un  37% hasta 2040

El informe de la AIE señala que el escenario central contempla que la demanda de energía mundial va a crecer un 37% hasta 2040, pero a un ritmo más suave, ya que este disminuye notablemente, desde más de un 2% anual durante las dos últimas décadas, hasta un 1% anual después de 2025, como resultado tanto de los precios como de las políticas y de un  cambio estructural de la economía mundial.

La central nuclear de Tihange en Bélgica. FOTO: Electrabel.

En ese contexto, la distribución mundial de la demanda de energía va a cambiar más profundamente**, permaneciendo estable en gran parte de Europa, Japón, Corea y Norteamérica**, y un consumo creciente concentrado en el resto de Asia (el 60% del total mundial), África, Oriente Medio y América Latina. De hecho, los autores del informe creen que a principios de la década de 2030 China desplazará a Estados Unidos como mayor consumidor de petróleo y la oferta de energía para satisfacer la demanda global se dividirá casi en partes iguales entre petróleo, gas, carbón y fuentes libres o bajas en CO2, nuclear y renovables.

En lo que hace referencia al petróleo, la directora ejecutiva de la AIE , Maria van der Hoeven, advirtió ayer de un posible déficit de crudo en 2040 si no se invierte ahora en Oriente Medio, región  de la que dependerá la mayor parte del suministro. Según las proyecciones de la Agencia, en 25 años la demanda de crudo pasará de los 90 millones de barriles al día de 2013 a unos 104 millones de barriles, un incremento -pese a todo- menor de lo esperado gracias a las medidas de eficiencia aplicadas por los países. La de cal en combustibles fósiles la dará el gas cuya demanda aumentará un 50% para 2040 -el único combustible fósil que crecerá significativamente en ese periodo-, si bien los niveles de producción descenderán en 2030 a medida que baja la explotación de gas de esquisto en Estados Unidos, indica el organismo.

Despuntan la electricidad y las renovables

El informe señala que la electricidad será la forma final de energía de más rápido crecimiento, y estima que será preciso construir unos 7.200 gigavatios (GW) de capacidad para avanzar al mismo ritmo que la creciente demanda de electricidad, reemplazando en torno al 40% del parque de centrales actual cuyo cierre está previsto en los próximos 25 años. El fuerte crecimiento de las energías renovables en muchos países incrementará hasta un tercio la proporción de las mismas en la generación mundial de electricidad para 2040.

Las tecnologías renovables, elemento crítico del pilar de bajas emisiones de CO2 dentro  del suministro de energía mundial, están ganando terreno rápidamente, y  gracias a la rápida reducción de costes y un apoyo continuo, representarán casi la mitad del incremento de la generación eléctrica mundial hasta 2040, mientras que el uso de biocombustibles será más del triple que el actual, alcanzando los 4,6 millones bdp, y el uso de renovables para calefacción, más del doble.

La proporción de las renovables en la generación eléctrica crecerá más en los países de la OCDE, alcanzando el 37%, y su crecimiento será equivalente a todo el aumento neto del suministro eléctrico en los países de la OCDE. Sin embargo, la generación a partir de fuentes renovables crecerá más del doble en países no pertenecientes a la OCDE, con China, la India, América Latina y África a la cabeza. Globalmente, la energía eólica ostentará el mayor crecimiento en materia de generación a partir de renovables (34%); le seguirán la energía hidráulica (30%) y la solar (18%).

El informe señala que, de aquí a 2040, la capacidad para producir energía nuclear aumentará en un 60%, con el incremento concentrado en cuatro países: China, India, Corea y Rusia. Pese a este avance en capacidad, la contribución de la energía nuclear a la combinación del suministro energético global "se mantiene muy por debajo de su tope histórico", se apunta. Aunque esta energía es positiva en cuanto a la reducción de emisiones, la Agencia subraya que "se enfrenta a la reticencia del público así como a riesgos regulatorios y mercados competitivos" y, además, requiere inversión para gestionar sus residuos y también el cierre de unos 200 reactores que quedarán obsoletos en las próximas dos décadas.

La AIE, que analiza el mercado energético para sus 29 países miembros, subraya que uno de los principales retos para un futuro sostenible es limitar el crecimiento de la temperatura del planeta a 2ºC, algo que no podrá conseguirse al ritmo actual. Si no se reducen drásticamente las emisiones, "el mundo va en camino de un aumento de la temperatura de 3,6ºC a largo plazo", dijo hoy Birol, que instó a acordar "medidas significativas" en la cumbre de la ONU sobre cambio climático en París en 2015.

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