Los eléctricos son más económicos, pero no más rápidos de reparar

La importancia y representatividad de los coches eléctricos sigue creciendo en prácticamente todas las regiones del mundo. En el caso de Estados Unidos, solo las últimas decisiones de la administración Trump han provocado que sus ventas se ralenticen. Sin embargo hay otra variable que podría afectar a su crecimiento: las reparaciones.

En otros artículos ya te hemos hablado de que, por regla general, arreglar un coche eléctrico resulta más económico que el modelo de combustión equivalente. Sin embargo, el problema llega a la hora de medir los tiempos. Y es conseguir una reparación rápida es ahora más difícil que hace un año. Así lo refleja un nuevo estudio realizado por CDK Global en el que se revela que cada vez más propietarios de coches eléctricos tienen que esperar varios días para obtener servicio, y las visitas repetidas al taller van en aumento, por lo que el reto de la asistencia técnica empieza a pesar en la experiencia de usuario.

Tesla, el más rápido

Tanto es así que en 2024, apenas un 28% de los dueños de eléctricos logró que su coche fuera atendido el mismo día, una caída considerable desde el 40% registrado en 2023. Al mismo tiempo, los usuarios que debieron esperar tres días o más para el arreglo saltaron del 9% al 14% en solo un año. Casi uno de cada tres propietarios dice que la reparación de su EV tarda más que la de un coche convencional, sobre todo si no es un Tesla ya que el 34% lo sintió así, frente al 23% en el caso de Tesla.

No todo son malas noticias: el 82% de los encuestados asegura que volvería a comprar un eléctrico, pese a que el 85% debió pasar por el taller durante el primer año de uso. Además, la mayoría no tuvo que pagar de su bolsillo, y las visitas de técnicos a domicilio (el servicio móvil) crecieron notablemente, llegando al 19% en 2024.

Eso sí, las “visitas relámpago” al taller van en descenso. Solo el 65% de los propietarios de marcas que no son Tesla resolvieron su problema en una sola parada. De hecho, un 21% necesitó hasta cuatro o cinco visitas. Pero, al menos, más de la mitad considera que el coste de mantener un EV es menor que el de un coche a combustión tradicional. ¿La conclusión? Aunque la satisfacción general se mantiene alta, el desafío de mantener a punto tantos coches eléctricos es cada vez más evidente. El sector tendrá que evolucionar rápido para que la posventa no se convierta en el talón de Aquiles de la movilidad eléctrica.