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Los generadores eléctricos escasean y se agotan en Ecuador para hacer frente a apagones

Daniel Noboa, eliminó temporalmente el impuesto al valor agregado (IVA) para la exportación y comercialización de estos productos

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La crisis energética que atraviesa Ecuador, con cortes de electricidad que alcanzaron hasta catorce horas al día, ha disparado la demanda de generadores a diésel y otros dispositivos eléctricos esenciales para los hogares, negocios y servicios básicos, que se han agotado casi por completo en los inventarios de tiendas y almacenes.

Ante los apagones programados que se dan a diario desde mediados de septiembre, debido a una histórica sequía en las principales centrales hidroeléctricas de Ecuador, los generadores se han vuelto el objeto más buscado junto a otras alternativas para suplir la falta de energía como baterías, lámparas recargables, linternas, velas, cocinas a gas o inversores de corriente.

Pablo Enríquez, empleado de una cadena de tiendas de ferretería, hogar y construcción, declaró a EFE que no contaban con generadores por el momento. “Llegan unos pocos y se venden enseguida”, recalcó Enriquez, quien indicó que se ha producido un “incremento en la demanda significativo” en todos sus almacenes.

Los apagones en Ecuador

Enríquez anotó que su demanda comenzó a principios de septiembre. Apenas el Gobierno ecuatoriano anunció los cortes de luz que iba a sufrir el país, “la gente empezó a anticiparse en algunos casos para hacer las compras" de este tipo de dispositivos, expresó.

En este momento, esperan la llegada de un nuevo pedido de estos equipos, cuya fecha estimada de arribo se sitúa en alrededor de un mes, entre finales de noviembre y diciembre, indicó Enríquez.

Importados desde países como México

La cadena ha tratado de conseguir proveedores, tanto internos como internacionales, para suplir su amplia demanda, lo que ha llevado a que este último pedido sea importado desde una fábrica de México.

Debido a la imperiosa necesidad, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, eliminó temporalmente el impuesto al valor agregado (IVA) para la exportación y comercialización de estos productos.

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Así los generadores a diésel, con su atronador ruido a la hora de funcionar, se han vuelto un elemento cotidiano más en las calles de Quito para sostener la normalidad del país.

Los hay desde los 800 vatios, rondando los 250 dólares, a los 10.000 vatios, sobre los 2.800 dólares, que sirven para mantener abiertos pequeños negocios, mientras que algunos centros comerciales se han equipado con generadores de 1.500 kilovoltios para poder seguir funcionando.

“Si no se vende, nos hundimos”

La población ecuatoriana se aqueja del encarecimiento de estos dispositivos ante su escasez, aunque Enríquez aseguró que en el local no ha habido ninguna variante respecto a su precio a lo largo del año.

De su lado, Gabriel Panata, dueño de una tienda de venta de artículos y reparación de motocicletas, habló de las dificultades que presentan los cortes de luz a la hora de atender clientes, pues el generador que utiliza, de 6.500 vatios, no le suministra suficiente energía para toda la tienda, pero no puede permitirse uno de mayor potencia.

Panata adquirió su generador de segunda mano en cuanto anunciaron los apagones programados el pasado septiembre por unos 600 dólares, pero aseguró que le han llegado a ofrecer hasta 2.000 dólares por comprarlo. Hay negocios y comercios que incluso tienen estos aparatos encadenados para evitar robos.

"Los clientes se van donde hay luz", expresó Panata, quien indicó que precisa de electricidad para tareas tan básicas como acceder al sistema informático, realizar las ventas o mirar los precios de los productos. “Vamos a perder todo, porque es que no podemos. Si no se vende, nos hundimos”, declaró ante la situación que está viviendo.

Repunte de contaminación del aire

El uso de estos aparatos ha conllevado que la contaminación del aire en Quito se haya prácticamente doblado, según un estudio difundido esta semana por la Universidad de las Américas (UDLA), donde concluyó que "los niveles de monóxido de carbono casi se duplicaron en comparación con las condiciones normales".

Ecuador atraviesa una crisis energética debido a la dependencia de sus centrales hidroeléctricas, afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años, según calificó el Gobierno, que ha obligado al país a realizar apagones programados de hasta catorce horas al día.

La matriz de generación eléctrica de Ecuador depende en más de un 70 % de centrales hidroeléctricas, especialmente de Coca Codo Sinclair, la hidroeléctrica más grande del país, con 1.500 megavatios de potencia; y en el embalse de Mazar, que alimenta a un complejo de tres centrales en el río Paute, con una potencia en conjunto de más de 1.700 megavatios.

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