El próximo domingo, 31 de marzo, finaliza el plazo para que las empresas propietarias de la central de Almaraz soliciten en el Consejo de Seguridad Nuclear la extensión de la vida útil del primero de sus dos reactores por siete años más. Por el momento, según ha podido saber El Periódico de la Energía, todavía no se ha solicitado.
Sin embargo, es cuestión de días que se solicite tras el acuerdo alcanzado entre las tres eléctricas propietarias (Endesa, Iberdrola y Naturgy). Esto supone que desde que finalicen sus 40 años de actividad, en mayo de 2020, deberán asumir una serie de inversiones para mejorar las instalaciones e infraestructuras que le permitan operar hasta mayo de 2027.
La solicitud se hace a poco más de un año de que finalice la licencia de explotación porque en 2017, el entonces Ministerio de Energía aprobó con carácter de urgencia que las nucleares pudieran esperar a presentar las solicitudes al CSN cuando ya estuviera aprobado el Plan Integral de Energía y Clima (entonces se tenía la fecha de enero de 2018) y antes de la fecha límite para presentar la Revisión Periódica de Seguridad (RPS), que es cada 10 años.
El siguiente paso es el informe favorable del CSN en el que se establece un plazo de vigencia y las condiciones para su renovación. "A los técnicos del CSN se les va a exigir que se le de prioridad a la elaboración de este informe si tenemos en cuenta que después del informe, las nucleares deberán iniciar sus inversiones lo antes posible para que al organismo le de tiempo a aprobar la autorización. Y todo esto debe hacerse antes de mayo de 2020, en poco más de un año", explica a este diario Nieves Sánchez Guitián, presidenta de la Asociación de Técnicos de Seguridad Nuclear (ASTECSN), "se va a tener que trabajar a contrarreloj".
Si se toman como referencia los plazos que tuvo el informe de idoneidad para la central de Garoña, da vértigo. "De los tres años que se destinó a la nuclear burgalesa, solo vamos a tener unos meses para elaborar este próximo, aunque es cierto que ya hay tareas que están empezadas" añade Sánchez Guitián, "y aunque es muy difícil calcular esos plazos, corriendo se podría tener preparado en unos ocho meses, porque de la central ya se tienen muchos datos. Aún así lo ideal es que se pudiera hacer con más tranquilidad y sobre todo, porque al ser prioritario se dejarán otras tareas también importantes de hacer, que quedarán relegadas a un segundo plano".
Después de ese informe, solo quedarían seis meses para acometer las inversiones necesarias para que el CSN otorgue la autorización, "un plazo totalmente insuficiente, pues probablemente se necesiten más de dos años para ello", continúa la responsable del sindicato ASTECSN.
"El CSN no da nunca la autorización sin haber hecho las inversiones", señalan fuentes del sector eléctrico, "se emite el informe, se hacen las inversiones y luego da la autorización".
Entonces, ¿qué ocurrirá en mayo de 2020? "Hasta ahora las nucleares han ido operando sin estar concluidas todas las inversiones que se han ido necesitando en estos años de atrás, hay un "pacto de inversiones" de las empresas propietarias con el CSN, pero con los nuevos consejeros que están a punto de ser nombrados se va a ser más exigente con los plazos", opina Sánchez Guitián.
La evaluación del CSN para saber si se puede autorizar la explotación de una central más allá de lo que se había diseñado inicialmente incluye componentes importantes para la seguridad como las estructuras y los sistemas de la central y durante todo el periodo para el que se concede la autorización dichos componentes seguirán cumpliendo los criterios de aceptación establecidos en la normativa.
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