Plan Auto 2030: todo lo que debes saber

Un nuevo capítulo de cara al 2026 se ha abierto en lo que a ventas de coches electrificados se refiere gracias a la puesta en marcha del Plan Auto 2030. Este documento presentado ayer mismo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se plantea como la nueva hoja de ruta para reindustrializar el sector del automóvil español y acelerar de forma decisiva la electrificación del parque, con el foco puesto en disparar las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables en la próxima década.

Sustituye al esquema anterior basado en sucesivos programas MOVES y lo hace con más presupuesto, mayor ambición industrial y un sistema de ayudas de cobro inmediato en el punto de venta que pretende eliminar las trabas que han frenado hasta ahora la adopción del vehículo electrificado.

Qué es el Plan España Auto 2030

Si bien ya te lo detallamos ayer en la noticia pertinente, cabe recordar que el Plan Auto 2030 se trata de una estrategia pactada entre el Gobierno y el sector, liderado por ANFAC, que articula 25 medidas alrededor de tres grandes ejes: industria, mercado e innovación. El objetivo es elevar el valor añadido bruto del sector desde los 85.000 millones de euros actuales a unos 120.000–125.000 millones para 2035, manteniendo el empleo y asegurando que la gran mayoría de los vehículos fabricados en España sean de cero emisiones para cumplir con la normativa europea de 2035.

El plan prevé movilizar en torno a 30.000 millones de euros entre recursos públicos y privados en los próximos años, con un paquete específico de 1.280–1.300 millones destinados a impulsar la movilidad eléctrica y las nuevas ayudas a la compra. En paralelo, busca reforzar la autonomía estratégica de la cadena de valor, reduciendo la dependencia exterior en componentes clave como baterías, electrónica de potencia o software de vehículo conectado. ​

Impulso a coches eléctricos y PHEV

En el ámbito del mercado, el Plan España Auto 2030 fija la meta de que prácticamente la totalidad de los vehículos nuevos vendidos en España en 2035 sean eléctricos puros o híbridos enchufables, alineándose con el fin de los motores térmicos puros en la UE. Para ello, contempla ayudas directas a la compra de vehículos con etiqueta CERO, tanto turismos como comerciales ligeros, así como un refuerzo del despliegue de infraestructura de recarga pública y en destino. ​

Las nuevas ayudas, que se articularán a través del programa específico de vehículos del plan se centrarán en coches eléctricos de batería (BEV) e híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía eléctrica mínima y un precio máximo similar al que marcaban los MOVES. La intención es mantener incentivos de hasta unos 7.000 euros por vehículo en los casos de achatarramiento de un coche antiguo, combinando una subvención base con un plus adicional por retirada del vehículo viejo.

El nuevo esquema intenta atacar simultáneamente las tres grandes barreras que han frenado la electrificación: precio de compra, falta de puntos de recarga y burocracia en las ayudas. Para reducir la brecha de precio frente a los modelos de combustión, las ayudas se aplicarán como descuento directo en el concesionario, de forma que el cliente vea el incentivo reflejado en la factura final desde el primer momento.

Además, el plan contempla subvenciones específicas para acelerar la instalación de puntos de carga en empresas, comunidades de vecinos, comercios, hoteles y destinos turísticos, con el objetivo de que cargar un coche eléctrico sea tan sencillo como repostar hoy. La mejora del marco regulatorio y la simplificación de trámites administrativos pretende evitar retrasos en la puesta en servicio de los cargadores, un problema recurrente en España en los últimos años.

Qué cambia frente al MOVES

El programa de ayudas del Plan Auto 2030 nace para sustituir a los Planes MOVES a partir de 2026 y corrige varias de sus principales deficiencias. El cambio más visible es que desaparece la gestión autonómica fragmentada: será el Estado quien centralice la tramitación y el pago de las ayudas mediante un fondo único, evitando que unas comunidades se queden sin presupuesto mientras otras aún tienen remanente. ​

Otra diferencia clave es el momento y la forma del incentivo: en lugar de que el comprador adelante el dinero y espere meses o incluso más de un año para cobrar, el descuento se aplicará en el mismo punto de venta, con el objetivo de que el proceso pueda resolverse en torno a un mes a nivel administrativo. También se simplificarán las bases y la documentación, para reducir la carga burocrática tanto para los concesionarios como para los clientes particulares o pymes.

Ventajas e inconvenientes del nuevo plan

Entre las ventajas más evidentes destaca la mayor seguridad regulatoria y presupuestaria para fabricantes, concesionarios y clientes, al integrarse las ayudas en una estrategia a medio plazo en lugar de convocatorias puntuales. Esto permite a las marcas planificar lanzamientos, inversiones y campañas comerciales de eléctricos y PHEV con mucha más previsibilidad. ​

El diseño de “ventanilla única” estatal y la aplicación del incentivo en la factura reducen la percepción de riesgo y de papeleo por parte del comprador, un aspecto que puede ser decisivo para que muchos conductores den el salto al coche enchufable. Además, el refuerzo simultáneo de la infraestructura de recarga en entornos urbanos, residenciales y de destino aborda de raíz la ansiedad por la autonomía, especialmente relevante para quienes se plantean su primer eléctrico.

Pese a los avances, el Plan España Auto 2030 llega con algunos interrogantes relevantes para el mercado. La letra pequeña de las futuras convocatorias determinará cuestiones sensibles como los límites de precio, las autonomías mínimas exigidas a los PHEV o la compatibilidad de las ayudas con otras deducciones fiscales, elementos que pueden dejar fuera a determinados modelos o perfiles de clientes. ​

También queda por ver si la ejecución presupuestaria será tan ágil como se pretende y si los plazos administrativos se mantienen en el entorno de un mes, algo que históricamente ha sido un punto débil de las políticas de incentivos en España. Por último, la continuidad del esfuerzo inversor hasta 2030 dependerá del consenso político y de la capacidad de la industria para demostrar que las ayudas se traducen en más ventas de eléctricos, más producción local y más empleo cualificado.

Apoyo casi unánime

Faconauto, la patronal de los concesionarios, ha valorado positivamente el Plan Auto 2030. "La continuidad de las ayudas más allá del 31 de diciembre aporta certeza al ciudadano que quiere transitar a la electrificación. Todo lo que sea ayudar a tener un mercado fuerte que apoye a nuestra industria es una buena noticia", ha mostrado la presidenta de Faconauto, Marta Blázquez.

Por su parte, Comisiones Obreras (CCOO) ha considerado que el Plan Auto 2030 es un buen punto de partida para un sector estratégico como el de la automoción, aunque ha señalado que le falta ambición para garantizar "una transición sociolaboral justa". Para garantizar una transición que cuide el planeta y asegure justicia social, igualdad y bienestar a quienes trabajan en el auto, CCOO ha insistido en que el proceso se construya desde el diálogo social y con la participación activa de la representación legal de las personas trabajadoras.