No vamos a descubrirte nada confirmando que prácticamente la totalidad de los fabricantes de automóviles han comenzado su electrificación por el tejado. Preocupados y centrados en es decir, ofreciendo modelos de alto standing, con tamaños y baterías sobredimensionadas, autonomías presumiblemente desorbitadas que luego se quedaban reducidas a la mitad y, lo que es más preocupante, con un precio inalcanzable para el gran público.
Todo lo contrario que Dacia que, desde el principio, ha pensado que si alguien quiere dar el paso a la electrificación, lo primero que debería tener es un coche asequible. Una máxima que lleva aplicando desde su resurgimiento hace más de 20 años y que le ha permitido liderar los listados de ventas de mercados como el español. La misma cualidad con la que hace cuatro años nació el Dacia Spring que acaba de ser renovado en profundidad y que ya ha pasado por nuestras manos en esta primera toma de contacto.
Un modelo que, ojo, ya ha sufrido otras dos modificaciones aunque menos severas que la que te contamos aquí, pues la primera fue básicamente para cambiarle el logo y la segunda para introducir la versión Extreme asociada además al motor de mayor rendimiento y a un equipamiento más completo. Gracias a ello, el Spring se ha convertido en todo un referente dentro de la electrificación tal y como demuestran las más de 150.000 unidades vendidas en Europa en estos cuatro años (5.000 de las cuales ha recalado sobre dentro de nuestras fronteras), posicionándole como el tercer modelo eléctrico más vendido de todo el Viejo Continente en 2023, año en el que además consiguió vender casi la mitad de todas las unidades totales, con 61.803.
Más atractivo… pero en Extreme
Con todo, la realidad es que hablamos de una actualización de mitad de vida comercial, una actualización al uso en el que sobre todo se ha madurado su diseño, tanto exterior como interior, mejorando aspectos como el equipamiento o la seguridad y dejando intacto, como veremos más adelante, el precio.
En este sentido, dado que ya te analizamos los cambios estéticos introducidos en la pertinente novedad, solo vamos a centrarnos en algunos aspectos que nos siguen llamando poderosamente la atención. El primero, sus contenida longitud, de solo 3,70 metros que le convierte en el perfecto urbanita pero que resta confort de marcha dentro y que dos adultos de talla grande van a ir tocándose tanto delante como detrás. El segundo, que las llantas sean siempre de acero y en el caso de la unidad que condujimos estuvieran equipadas sobre neumáticos Linglong EcoMaster de origen asiático.
Sin salir del diseño, el Spring 2025 luce ahora una estética más agresiva y contundente con elementos personalizables como los vinilos situados en los paragolpes que representan el mapa topográfico de algunas ciudades pero que, eso sí, solo son visibles en el nivel de acabado más alto, el Extreme. Del exterior también me gusta que muchas de las zonas estén perfectamente protegidas con nuevas piezas desarrolladas para ser fácilmente sustituibles (sobre todo pensando en el carsharing) repercutiendo con un bajo coste al usuario. Lo único quizá que menos nos agrada es que el punto de carga se sitúe justo en la mitad de la calandra pues aunque la marca asegure que es más práctico, nosotros no lo acabamos de ver.
Algo parecido pasa con el interior, pues para ver de verdad el salto dado por el modelo hay bien que optar por este nivel de equipamiento o incluir elementos opcionales como el Pack Techno que cuesta 800 euros en el caso del Expression y que ya va subiendo ligeramente la factura. No es mucho y como veremos el precio final incluso con todos los extras sigue siendo muy competitivo, pero quizá le rechine a quienes están mirando ‘la pela’ al detalle.
Para ellos también os tenemos que decir que la sensación general del coche en el habitáculo ha mejorado cuantiosamente, no solo por algunos de los materiales, sino porque ahora viene de serie por ejemplo con un cuadro de instrumentos de 7 pulgadas, repleto de información y con menús sencillos de manejar, al que se suma un monitor central de 10 pulgadas que, como te decíamos o es de pago o viene de serie en el Extreme. Esta pantalla incluye la navegación conectada (durante 8 años) así como sincronización móvil inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, añadiendo además un manejo muy rápido fluido. Otro punto que me ha gustado es que estrena el Dacia YouClip, es decir, un pequeño cubículo que pueden encajarse en diferentes enganches y que sirve tanto de posavasos como de lámpara y gancho.
Pero como decíamos, el Spring sigue siendo un coche contenido en espacio, tanto delante como detrás. En este aspecto no solo ocupantes delanteros casi llegan a tocarse con los codos, sino que en la zona trasera si mides más de 1,80 metros ya irás un poco incómodo, pero hay que reconocer que es una estatura a tener en cuenta. Un poco más atrás, el maletero cubica 308 litros que es una capacidad más propia de modelos de más de 4 metros que de menos, con unas formas regulares y bandeja (algo que otros rivales no pueden decir). A todo ello y de manera opcional, se pude sumar un maletero delantero (el denominado frunk) que cubica 35 litros y que es perfecto para los cables de carga.
Conducimos el Spring Extreme 65
En el apartado mecánico, Dacia no ha cambiado nada, por lo que mantiene las versiones de 45 y 65 CV, perfectas tanto para el uso urbano como extraurbano, aunque más en el caso del segundo. Los dos tienen limitada la velocidad máxima a 125 km/h, mientras que la batería, con una química LFP, mantiene su capacidad en los 26,8 kWh, dejando así sin tocar el dato de autonomía, que con 225 km en ciclo mixto y más de 300 en urbano permite a sus usuarios vivir despreocupados. Y Más aún cuando los estudios realizados por la propia marca hablan de que sus clientes no hacen más de 37 km diarios de media divididos en cuatro trayectos.
De hecho, este es uno de los motivos por los que la propia marca tira de practicidad y no embarca el cargador rápido en el Spring de 45 CV o lo deja de como opción, con un coste de 600 euros, en el Spring 65 CV. Ahora bien, dado que insta a sus clientes a que lo carguen en tomas domésticas, donde soporta una potencia máxima de 6,6 kW en corriente alterna, lo que no vemos tampoco muy lógico es que el cable de Modo 2, es decir, el doméstico, también sea opcional y cuesta 300 euros. Por su parte, los tiempos de carga variarán de las 13,5 horas en una toma hogareña de 2,3 kW a los 56 minutos en una rápida, si decides montarla claro, para obtener el 80%. Como novedad, tenemos que decir que este Spring 2025 incluye ahora la función de carga bidireccional V2L con la que es capaz de suministrar energía a otros aparatos electrónicos externos, aumentando igualmente sus posibilidades de uso.
Si nos centramos en el comportamiento, en marcha tampoco hemos notado excesivas diferencias de manejo frente a cuando lo probamos en su momento. Lógicamente el llevar bajo el capó el motor de 65 CV le da un plus de empuje y solvencia para salir del entorno urbano, pero en líneas generales es un coche con el que resulta facilísimo moverse, tanto que tiene un radio de giro de solo 4,8 metros. Quizá mejoraríamos el tacto de la dirección, en la que Dacia confirma haber realizado cambios, o el montaje de unos neumáticos con más agarre, pero aplaudimos que ahora sí tenga un sistema de regeneración de la frenada que si bien solo es un modo B, permite arañar algún que otro kilovatio.
Porque como hasta ahora, el Spring 2025 es un coche que consume especialmente poco. Quizá sea por el propio motor o por el hecho de que tenemos un coche que no excede casi los 1.000 kilos, pero la realidad es que en el trayecto realizado, yendo más ligeros de lo normal, el dato de gasto no superó los 16 kWh/100 km, siendo sencillísimo igualar o incluso rebajar los datos homologados, que son de 14,1 kWh/100 km en el de 45 CV y de 13,2 kWh/100 km en el de 65 CV. Además, como hasta ahora y tenemos incluso un modo Eco que no solo reduce el caudal de climatizador sino también el rendimiento. Sea como fuere, va a resultar igual de fácil estar en un recorrido real de aproximadamente 200 kilómetros.
El democratizador
En definitiva, con un mercado eléctrico completamente estancado a nivel europeo y con la incertidumbre de saber qué pasará en 2025 con la llegada de la normativa CAFE de emisiones, el Spring 2025 se renueva por completo no solo para conseguir aumentar esas matriculaciones y ayudar a la marca a cumplir los objetivos de CO2, sino para acercar esa movilidad eléctrica a aquellos que todavía dudan. Y lo hace, de nuevo, tirando de precio ya que la gama arranca en unos más que atractivos 17.890 euros con descuentos que se pueden quedar en 10.890 euros si aplicamos las recientemente prorrogadas ayudas gubernamentales e incluso en 9.256 euros si el cliente se deduce el IRPF que también ha sido confirmado para otros seis meses más. Tarifas que se mantienen por debajo de los 20.000 euros, concretamente en los 19.890 euros, de la versión más potente y equipada (que puede ser mejorada con opciones, eso sí), quedándose en 12.890 euros con el Plan Moves III.
Precios de auténtico derribo en los que las subvenciones son parte importante del mismo y en donde los aranceles parece que todavía no han hecho acto de aparición ni lo harán a corto plazo, pues el Spring cuenta con un 20,7% de tasa al ser fabricado en China. Por último y para los clientes que prefieran la multiopción, Dacia propone una cuota mensual de 55 euros (con una entrada de 6.914 euros) y adelantando durante los primeros 18 meses la ayuda gubernamental. Con todo estos argumentos, es lógico que la firma rumana prevea que para el 2025 las ventas de este coche se incrementen en todos los mercados.
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