Movilidad

Primera prueba del Mercedes-Benz EQE SUV: lo mejor de dos mundos

La firma alemana sigue incrementando su cartera de modelos cero emisiones con la declinación SUV del EQE que propone el mismo lujo, confort y eficiencia que su hermano de tres volúmenes pero con la silueta dominante actualmente
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Con un horizonte 100% eléctrico de cara a 2035 es de suma importancia establecer hoy en día unos cimientos cero emisiones muy sólidos. En este caso Mercedes-Benz parece que ha hecho los deberes, pues la firma alemana es la que más modelos eléctricos propone en la actualidad, con un total de ocho, siendo el último en llegar el EQE SUV que hemos tenido la oportunidad de conducir en El Periódico de la Energía. Un modelo estratégico que intentará captar a los escépticos clientes que no se atrevieron con el EQC así como a aquellos que no les llega para tener un EQS SUV.

A partir de ahí, la estrategia cero emisiones de la firma alemana seguirá in crescendo con el objetivo de llegar al 50% de las ventas de eléctricos para el 2025 en todo el mundo, desarrollando además desde entonces plataformas eléctricas; tener una gama 100% cero emisiones en aquellos mercados que lo permitan y ser CO~2~ neutral para el 2039 en todo el ciclo de vida del vehículo. A todo ello se suman otras ‘patas’ como el reciente anuncio de una red de carga propia para EEUU, China y Europa (que representará el 20% del total), la producción sostenible de baterías y la estandarización del nivel 3 de conducción autónoma en los Clase S y EQS en aquellas regiones donde ya esté legislada como el caso de California, que recientemente lo ha aprobado, o Alemania, donde podría aprobarse durante 2024.

Con la silueta dominante

Como su nombre indica, el EQE SUV vendría a ser la carrocería todocamino del EQE berlina (prueba), sosteniéndose sobre la misma base pero con una silueta más atractiva comercialmente hablando. La principal diferencia con la berlina es que este EQE SUV es algo más pequeño, pues mide 4,86 metros de largo, aumentando, eso sí, sus cotas de anchura y, lógicamente, de altura, con 1,94 y 1,69 metros respectivamente.

Donde no hay cambios es en un diseño sobrio a la par que elegante, enfocado sobre todo al beneficio aerodinámico (no en vano cifra un Cx de solo 0.25) y en el que destacan las líneas fluidas, la parrilla carenada tramada en negro con detalles como el patrón de estrella, los tiradores enrasados o la tira de LED posterior que conecta los pilotos.

Pero al tratarse de un SUV tiene elementos propios de esta silueta como los pasos de rueda protegidos o unas llantas que pueden llegar a ser de 22 pulgadas. Respecto a los colores, hay 10 para escoger (algunas firmadas por el departamento exclusivo MANUFAKTUR) mientras que las versiones firmadas por AMG cuentan con un diseño ligeramente más deportivo, propio de las siglas que le acompañan.

Lujo a raudales

De puertas para dentro ocurre algo similar al exterior, pues el puesto de conducción es un calco de la berlina, destacando como no podía ser la MBUX Hyperscreen que aglutina tres monitores unidos bajo un mismo cristal y que cubren toda la línea horizontal para darle un aspecto propio del siglo XXII. Es un elemento opcional y combina un cuadro digital de 12,3 pulgadas, un monitor central de 17,7 pulgadas y otra pantalla frente al copiloto también de 12,3 pulgadas. Los dos primeros se manejan con los comandos situados en el volante, con función táctil y háptica, ofreciendo un sinfín de menús y pantallas a los que hay que habituarse para no distraerse en marcha. Por eso, el sistema incluye un avanzado sistema vocal que responde al lenguaje natural y que es bastante rápido.

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La digitalización se completa con un Head-up display proyectado en el parabrisas, así como con la función de realidad aumentada disponible para el navegador. En lo que a calidad percibida se refiere, no hay pero alguno y la construcción de este EQE SUV es excelente, destacando además tapizados y tramados exclusivos. Pero si hay algo de diferente en este EQE SUV es sin duda la habitabilidad.

Pues si bien como te hemos dicho es un coche más corto que la berlina, el confort de marcha no se ve reducido pese a tener 9 cm menos de distancia entre ejes. Porque si bien para las rodillas ves que hay espacio de sobra, lo más reseñable es el hueco para la cabeza, siendo apta para cualquier adulto. Eso sí, a diferencia del EQS SUV no se puede montar una zona de tipo salón, pero tampoco es necesaria porque quien viaje aquí lo hará con el confort propio de una clase Business.

Ahora bien el espacio no solo está determinado en esta zona trasera sino también en el maletero pues el EQE SUV consigue sacar 90 litros adicionales al volumen de carga frente a la berlina, hasta los 520 litros, sumando además un práctico portón en lugar de la tapa de la berlina. Así, la carga de objetos es sencilla, más aún si equipas la suspensión neumática que nos permite rebajar la boca de carga. Abatiendo los respaldos de los asientos posteriores (lo hacen en proporciones 40:20:40), el volumen asciende a los 1675 l.

Prueba del Mercedes-Benz EQE SUV 350+

En marcha es igualmente donde más variación notamos frente a la berlina principalmente porque el centro de gravedad es más alto pese a que las baterías se encuentran en el suelo. Dicho esto has de saber igualmente que como mínimo estarás conduciendo una mole de 2,5 toneladas que, eso sí, responde de manera muy gratificante siempre y cuando lo equipes con el arsenal de opciones dinámicas que propone entre los que está:

  • La suspensión AIRMATIC con muelles neumáticos y amortiguadores controlados electrónicamente capaz de levantar la carrocería en 30 mm o de rebajarla en 20 mm cuando se circula a 120 km/h
  • La dirección en el eje trasero a escoger entre dos tipos: una estándar que gira en 4,5º las ruedas posteriores u otra más avanzada que lo amplía hasta los 10º reduciendo casi en 2 metros el radio de giro
  • El AMG Active Ride Control que limita el balanceo gracias a las estabilizadoras activas

Si hablamos de rendimiento lógicamente hay que irse a las versiones AMG que llegarán hasta los 687 CV tiene una puesta a punto específica. Llegarán un poco más adelante pues las que ya están a la venta son los EQE SUV 350 + con 292 CV y propulsión trasera, 350 4MATIC con la misma potencia pero tracción total gracias a la colocación de un segundo motor en el eje delantero y 500 4MATIC con 408 CV.

El punto en común a todos es que montan una batería de 90,6 kWh de capacidad útil desarrollada por KTL (la del 500 la desarrolla Farasis y tiene 89 kWh) con la que homologar una autonomía máxima de 568 km en el caso del 350+ que, para mí, es el más lógico de comprar. Por su parte, el menor rango se lo llevarían los AMG con 431 km en el caso del más potente. También es común la potencia de carga, pues gracias a la tecnología de 400 V admite conexiones en CC hasta de 170 kW lo que se traduce en pasar del 0 al 80% en 31 minutos o de llenar 100 km en 5 minutos. En CA, por su parte, admite cargas de 11 kW aunque opcionalmente se puede aumentar a los 22 kW pudiendo cargarla al 100% en 6 horas. Esta batería tiene por cierto una garantía de 10 años o 250.000 km, que se dice pronto.

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En marcha se puede recargar igualmente gracias a los tres niveles de retención de la energía de la frenada que propone y que empiezan a ser evidentes en el D- al que se suma uno específico denominado One Pedal para el coche sin necesidad de tocar el freno. Entre ellos también está el modo D Auto que gestiona de manera automática dicha frenada siendo especialmente eficaz cuando activamos el navegador.

En definitiva

Los SUV siguen siendo tendencia, es evidente, tanto que en Mercedes-Benz el GLC (prueba) es el coche más vendido en todo el mundo. Por eso la firma de la estrella no quiere perder este tren proponiendo un EQE SUV mucho más moderno y mejor posicionado que el primer EQC que salió hace casi un lustro. Un modelo que no lo tendrá fácil, pues ha de rivalizar ahora con modelos del corte del Audi Q8 e-tron (prueba), el BMW iX (prueba) o el Lexus RZ a los que se sumará dentro de poco el Polestar 3 y sin olvidar el Tesla Model X, posicionado quizá por encima.

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