Movilidad

Conducimos los Jeep Compass y Renegade e-Hybrid: dan en el clavo

Con la polémica sobre si los micro-híbridos deberían o no lucir el sello ECO, Jeep se saca de la manga un sistema mild-hybrid ‘de verdad’

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Desde que Jeep anunciara la llegada del Renegade, su destino ha ido ligado siempre al del Compass. Ambos se fabrican en Melfi (Italia) convirtiéndose en los primeros Jeep en producirse fuera del país natal y los dos han sido los encargados de introducir la electrificación en la marca. La misma que ahora rebaja un peldaño con las versiones e-Hybrid que en El Periódico de la Energía ya hemos conducido por primera vez. Una dupla que se une a los 4xe que ya está disponible desde hace algo más de un año con la que Renegade y Compass no solo lucen el sello ECO sino que son las únicas con tracción total en la gama.

Porque mucho han cambiado las cosas en Jeep en menos de un lustro. Al gusto por la naturaleza que siempre le ha caracterizado se une ahora el componente más medioambiental con sus versiones electrificadas, las mismas que ahora se incrementan, como hemos dicho, con esta nomenclatura. Una tecnología gestada de manera previa a su integración en el Stellantis pues no hay otra marca del Grupo salvo FIAT (otra marca ex-FCA) que ofrezca la micro-hibridación.

Mild-hybrid así, sí

Pero ojo, los Compass y Renegade e-Hybrid no son dos Mild Hybrid más, sino que para un servidor son como deberían ser los microhíbridos. Me explico. Ambos equipan una batería de 48 voltios sí (o 0,8 kWh de capacidad): un motor de arranque/generador accionado por correa con el que además de recuperar energía se puede poner en marcha el propulsor de gasolina, el 1.3 Turbo de 130 CV, de forma rápida y silenciosa; y un pequeño motor eléctrico de 15 kW (20 CV) y 55 Nm que se integra en la caja de cambios automática de siete relaciones.

Entonces, ¿cuál es la diferencia? Pues que los Compass y Renegade e-Hybrid pueden desplazarse con ese motor eléctrico en determinadas fases. Este es el punto diferenciador con el resto de Mild-Hybrid y que, a nuestro juicio, les hace ser más merecedores de la etiqueta ECO. Ahora bien, este motor eléctrico funciona hasta 15 km/h por lo que no está destinado a un uso urbano masivo como, por ejemplo, un híbrido completo como cualquiera de los que se vende actualmente (sí, todos pensamos en Toyota). El objetivo de este sistema es aportar ese grado de eficiencia en los escenarios en los que un motor de combustión gasta más, es decir, en circulación urbana, las arrancadas, las maniobras de aparcamiento…

En todas esas situaciones, los Compass y Renegade e-Hybrid pueden funcionar sin emitir un solo gramo de CO2 ni gastar una gota de combustible. De hecho, el consumo medio homologado es de 5,6 l/100 km según WLTP lo que implica haber reducido en un 15% la cifra frente al 1.3 Turbo de 150 CV anterior. Situaciones a las que Jeep ha puesto nombre como te explicamos a continuación y que son efectivas dependiendo del estado de la carga y de la presión sobre el acelerador:

  • e-Launch: el coche arranca con el motor eléctrico ya sea al comienzo de la marcha o en situaciones de tráfico.
  • e-Creeping: el motor eléctrico proporciona el arranque que normalmente utilizan los vehículos automáticos, a una velocidad que puede variar desde 0 km/h hasta el equivalente al motor de gasolina al ralentí en primera o marcha atrás.
  • e-Queueing: el vehículo puede seguir avanzando en caso de retención de tráfico, siguiendo un patrón de “parar y continuar” (Stop&Go) en modo cero emisiones.
  • e-Parking: simplifica las maniobras de estacionamiento, que pueden realizarse únicamente con propulsión eléctrica, para garantizar una experiencia práctica y silenciosa.

Junto a ello, los Renegade y Compass e-Hybrid cuentan con diferentes modos de conducción como son el Silent Start con el que siempre arrancan con el motor eléctrico, El Energy Recovery que recarga energía en las fases de frenado (Regenerative Braking) o a velocidad de crucero (e-Coasting) o el Boosting con el que el motor aporta un par extra para aumentar el rendimiento conjunto al que suma el Load Point Shift con el que es posible optimizar el punto de funcionamiento del motor de gasolina.

Primera prueba de los Jeep Compass y Renegade e-Hybrid

Durante la toma de contacto hemos tenido la oportunidad de probar los dos modelos. Sin embargo, el escenario no era el más propicio para ninguno de ellos pues ha discurrido principalmente por autopista y vía rápida porque es donde menos incidencia hay del entramado eléctrico. Aquí únicamente podremos notar cómo el mencionado Boosting hace acto de presencia o como el e-Coasting consigue desconectar por completo el motor eléctrico.

Nos reservamos pues a la prueba en profundidad para hablar más detenida y exhaustivamente de la acción eléctrica. Ahora bien, todo ello, lo podemos monitorizando en la pantalla central que ofrece un diagrama de energía más completo al dial que propone el cuadro de instrumentos digital. Eso sí, durante el trayecto realizado sí nos ha dado para observar que la eficiencia es tal y como nos la ‘venden’ pues a velocidad legal hemos conseguido un gasto medio de 6,1 l/100 km, muy similar al oficial. Solo echamos de menos algo más de punch en algunas fases de la conducción pues la función Boosting no parece suficiente para contrarrestar la pérdida de 20 CV frente al 1.3 Turbo solo de combustión.

Fáciles de reconocer

Además de proponer este sistema eléctrico más completo que el de un mild-hybrid (pese a que es un mild-hybrid), los Compass y Renegade e-Hybrid también son sencillos de distinguir. Más aún si equipas el acabado Upland con ese color Matter Azur para la carrocería realizado con pinturas ecológicas, con tratamiento acuoso y sin cromo, el techo en negro, los motivos en bronce MetaKrome, las llantas de 18 pulgadas o el vinilo específico del capó.

Un nivel de equipamiento que también estará disponible en las versiones 4xe y cuya principal cualidad es que ofrece una conciencia medioambiental más potente pues el interior está revestido con materiales sostenibles. A destacar el revestimiento del techo, las alfombrillas o el tapizado de los asientos elaborado con plásticos reciclados provenientes del océano que se combina con un vinilo orgánico disponible en los paneles de las puertas o la zona superior del salpicadero. Materiales que han pasado todas las pruebas de durabilidad y confort que se le presuponen a los Jeep.

En definitiva

Jeep da un paso al frente en su estrategia electrificada, la misma que ya solo estará presente en sus modelos de ahora en adelante. El Grand Cherokee 4xe será el siguiente paso a dar para, en 2023, dar la bienvenida al primer Jeep 100% eléctrico de la historia. Hasta que ese momento llegue, la marca de las siete lamas se arriesga con un sistema micro-híbrido más correcto y afinado que los actuales gracias a esa incidencia eléctrica mencionada que le hace ser mucho más merecedor de la etiqueta ECO.

En cuanto a los precios, la gama del Renegade e-Hybrid parte de los 31.200 euros para el acabado Longitude llegando a los 36.500 euros del Upland; mientras que el Compass e-Hybrid hace lo propio arrancando en los 37.850 euros del Longitude y llegando a los 45.100 euros del S, dejando la tarifa del Upland en 43.600 euros. Precios que también pueden ser desgranados en una cuota mensual de 199 € para el Renegade y 299 € para el Compass con una entrada de 7.100 euros en ambos casos.

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