En 2020 Volkswagen anunció a bombo y platillo el ID.3 que, instantáneamente, se ponía en el mismo lugar que los Beetle y Golf de décadas pasadas. Sin embargo, en estos 4 años el éxito comercial no ha sido el esperado y aunque sí vemos circular varios ID.3, la realidad es que no han tenido el tirón esperado.

El mismo que intentarán revertir con esta actualización de mitad de vida comercial que hoy en _El Periódico de la Energía _vamos a probar en profundidad analizando cuáles han sido sus cambios y viendo si estos surtirán el efecto deseado. Y si no, siempre estará la cuantiosa rebaja de precio que acaba de experimentar y de la que, aunque te hemos hablado ya en nuestra sección de movilidad, vamos a volver a repetirte en esta prueba.

Pinceladas de diseño

Como te hemos dicho, este ID.3 corresponde con la renovación de mitad de vida comercial del modelo, la misma que ha sido realizada escuchando los puntos críticos no solo de los periodistas sino principalmente de los usuarios. En este sentido los cambios más destacados se centran tanto en el capó, que suprime la moldura negra pegada al parabrisas; los paragolpes delantero y trasero, con un diseño más parecido al del Golf y con nuevas cortinas de aire verticales en el caso del delantero; o las llantas de aleación que propone un diseño más aerodinámico y que pueden ir de las 18 a las 20 pulgadas. Por su parte, la zaga apenas propone cambios, más allá de unos pilotos que ahora tienen la luz completa cuando antes la zona del portón era un reflectante. La guinda la ponen los nuevos colores para la carrocería como es el caso de este verde oliva que cuesta 295 euros en nuestra unidad.

Con todo, las dimensiones no cambian y el ID.3 sigue siendo un coche compacto, de 4,26 metros de largo por 1,81 de ancho y 1,56 de alto aunque sí se ha mejorado su coeficiente aerodinámico que ahora se rebaja en medio punto. Respecto a la gama, se estructura en cuatro niveles, dos para cada capacidad de batería siendo el Pro y Pro Más los correspondientes a la de 58 kWh y los Pro S y Pro S Más a la de 77 kWh.

Ahora sí, interior de calidad

De puertas para dentro ocurre algo similar al exterior y aunque en el primer golpe de vista parece que no ha cambiado, la realidad es que aquí Volkswagen sí ha escuchado las voces críticas para proponer un salpicadero de mayor calidad, con materiales más blandos tanto en las puertas como en la parte alta. Por su parte, el sistema multimedia mantiene la interfaz pero ahora es más rápido, intuitivo y se cuelga menos ya que integra la versión 3.5 del software que además ofrece un nuevo planificador de rutas mejorado y, al mismo tiempo se visualiza en una pantalla más grande, de 12 pulgadas en lugar de 10. Eso sí, lo que no cambia es el insulso y poco práctico cuadro de instrumentos, ni que la barra de volumen se retroilumine cuando estamos de noche o que para bajar los elevalunas traseros haya que pulsar el comando rear y darle al botón.

Si nos centramos en el resto de cambios, van orientados hacia la sostenibilidad ya que algunos de los materiales antes mencionados tiene un 71% de compuesto reciclado, en concreto microfibra ArtVelours que, eso sí, forma parte de un paquete opcional que trae otros elementos como el Head-up Display, asientos calefactables, iluminación ambiental… y que cuesta 2.685 euros. Y ojo, porque por primera vez introduce unos asientos de tipo bacquet al más puro estilo CUPRA Born (prueba) que, eso sí, suben la factura a los 3.985 euros.

Donde no hay variación alguna es en la habitabilidad y el ID.3 sigue siendo un coche amplio pese a su longitud, en parte por culpa de una distancia entre ejes de 2,77 metros lo que redunda en una segunda fila holgada para adultos de estatura media, pudiendo incluso viajar tres sin demasiados problemas. El maletero, por su parte, cubica 385 litros que es lo mismo que un Golf y se encuentra en la media de sus principales rivales, tirando hacia los puestos altos. La diferencia es que ahora su piso sí puede tener doble altura, por lo que con la más alta, al abatir los respaldos de los asientos traseros, queda una superficie totalmente plana. La pena es que no tenga espacio de carga delantero como si tienen otros coches eléctricos.

Perfecto para el día a día

La oferta mecánica del ID.3 es exactamente la misma que hasta ahora, es decir, una potencia 204 CV y dos niveles de batería, 58 y 77 kWh y autonomías hasta de 559 km. La combinación escogida en esta prueba es la que lleva la batería pequeña que homologa una autonomía de 428 km, siendo la real de unos 350 km a razón de un consumo medio obtenido de 16,7 kWh/100 km. Pero ojo, porque si no montas la bomba de calor que cuesta 1.065 euros, en el momento en el que conectas el clima, la autonomía puede llegar a bajar 40 km. En cuanto a la carga, se puede conectar a tomas de CA de 11 kW y de CC de 120 kW, necesitando algo más de 6 horas en el primer caso y 35 minutos en el segundo para pasar del 5 al 80%.

En marcha ya te decimos que no hay diferencias y el coche satisface por prestaciones, con un 0 a 100 km/h de 7,4 segundos, y un tacto general muy equilibrado con una dirección precisa y una suspensión firme que no seca que le convierte en algo rebotón. En cuanto a los modos de conducción, tenemos los habituales, Eco, Comfort, Sport e Individual con los que cambiar diferentes parámetros del coche. Por su parte, seguimos sin tener levas tras el volante para cambiar la intensidad de la frenada y aquí el único modo es pasar del D al B en el selector del cambio. Eso sí, con el B se puede llegar a realizar una conducción de un solo pedal. Por último, en asistentes ha mejorado y el Travel Assist incluye nuevas funciones sumando además un asistente de aparcamiento más efectivo.

En definitiva

Esta prueba confirma esa expresión popular que dice que “la sabiduría viene de escuchar” y eso es precisamente lo que ha hecho Volkswagen con este remozado ID.3, escuchar a los que de verdad lo han usado para mejorar esos puntos débiles, aunque todavía proponga algunos que debería de haber cambiado. Pero es que además ha sabido adaptarse a los tiempos y recortar considerablemente el precio de lista, el cual ha sido rebajado en casi 7.000 euros en el caso de los acabados más altos y en algo más de 4.000 en este con batería de 58 kWh. De esta forma, el ID.3 que aquí hemos probado, con acabado Pro Más parte ahora desde los 40.280 euros que pueden quedarse en, ojo, poco más de 30.000 euros si aplicas el Plan Moves III y la deducción del IRPF, siendo incluso más barato que un Golf de combustión con 110 CV. Se puede hablar ya de democratizador eléctrico… no pero está más cerca que cuando nació el ID.3 aunque el verdadero democratizador de Volkswagen será el próximo ID.2 que se fabricará en España y tendrá una tarifa por debajo de 25.000 euros.

Galería de imágenes del Volkswagen ID.3 Pro Más 150 kW 58 kWh