VÍDEO| Prueba del Omoda 5 eléctrico: ¿es mejor que el gasolina?

Ha pasado tiempo desde que lo pudimos conducir y dado el éxito que tuvo la prueba del Omoda 5, era de recibo que volviéramos a traerte al SUV chino que más ruido ha hecho, aunque en esta ocasión en su declinación electrificada. Y no, no nos referimos al híbrido que llegará en unas semanas y que promete ser un auténtico superventas, sino al Omoda 5 Eléctrico que protagoniza esta prueba.

Una versión que representa a la perfección esa apuesta de la marca por conquistar terreno entre los SUV eléctricos asequibles y bien equipados pero que está lejos de las ventas logradas por el gasolina, muy lejos en realidad. Tanto es así que para ponerlo en contexto, de las más de 7.000 unidades que lleva matriculadas este nombre hasta el momento, solo 519, es decir, el 7,4% corresponden con la versión cero emisiones.

Pero si queremos ver el vaso medio lleno, hay que decir que el peso de esta versión sería equivalente a la del mercado de los eléctricos en el conjunto de las matriculaciones y que en comparación con el mismo periodo del año pasado, se llevan vendidos un 1.165% más de Omoda 5 EV.

Diseño exterior: distinción y aerodinámica

Entrando en detalle, dado que lo analizamos bien analizado en el contacto, solo vamos a resaltarte algunos de los puntos más importantes. En el exterior, el Omoda 5 EV replica la silueta dinámica, pero suma detalles específicos como el frontal totalmente carenado, en el que además se integra la toma de carga (poco práctica para nosotros), las siglas EV y una trasera limpia sin escapes, incorporando llantas exclusivas de 18 pulgadas para afinar el rendimiento aerodinámico. Destacan también una gama cromática llamativa, menor altura libre al suelo y pequeños spoilers que optimizan el flujo de aire, adaptando el diseño a los códigos de la movilidad eléctrica.

Interior: salto tecnológico y espacio optimizado

El habitáculo de la versión eléctrica marca la pauta dela renovación sufrida en el gasolina, con una doble pantalla de 12,3" para cuadro y multimedia, más espacio central gracias al selector de marcha en la columna de dirección y cargador inalámbrico refrigerado. La habitabilidad y el maletero (380 litros) se mantienen, añadiendo doble fondo para cables y una presentación más minimalista, aunque con algún menú digital poco intuitivo y climatización que ahora se controla desde la pantalla central.

¿Es realmente eficiente?

El Omoda 5 EV equipa un motor eléctrico en el eje delantero capaz de entregar 204 CV (150 kW) y 340 Nm de par, lo que se traduce en aceleraciones francas y respuesta inmediata al pisar el acelerador. Alcanza los 100 km/h en 7,6 segundos y una velocidad máxima de 172 km/h, ofreciendo suficiente empuje tanto al incorporarse a vías rápidas como al realizar adelantamientos. La tracción delantera facilita un comportamiento predecible y seguro, ideal para quienes buscan confianza en todo tipo de situaciones.

La batería LFP de 61,05 kWh que le nutre de energía promete una autonomía en ciclo WLTP de 430 km, aunque en condiciones reales, no hemos conseguido bajarle de 17,5 kWh/100 km, siempre y cuando encima no seas demasiado generoso con el acelerador, lo que se traduce en unos 350 km de uso práctico antes de recargar. En rutas largas o conducción rápida, la cifra puede subir hasta 20 kWh/100 km, aunque la gestión electrónica mantiene las cifras a raya, especialmente en ciudad donde la eficiencia es notable.

Otro punto a mejorar, al menos para nosotros, es que recarga rápida solo es de 80 kW, traduciéndose en un paso del 30% al 80% en 28 minutos, una cifra competitiva aunque algo por detrás de SUVs eléctricos frente a los que quiere rivalizar, mientras que el cargador embarcado admite 11 kW en alterna.

Cómo se comporta

A nivel dinámico, el Omoda 5 EV apuesta por una suspensión bien calibrada que conjuga confort y control del balanceo, haciendo que el SUV se sienta aplomado en curvas, pero sin renunciar a filtrar adecuadamente las irregularidades del asfalto. Destaca también el aislamiento acústico gracias a la ausencia de motor térmico y al refinamiento aerodinámico, lo que favorece trayectos largos silenciosos y agradables. Los frenos cumplen correctamente incluso con el aumento de peso típico de los eléctricos, y los neumáticos Kumho ofrecen buen agarre en todo momento, mejor que los Giti del gasolina que probamos. El apartado menos logrado es la dirección: resulta excesivamente asistida y poco informativa, sin apenas modificaciones entre los distintos modos de conducción (Eco, Normal, Sport).

Dispone de tres programas de uso (Eco, Normal y Sport) que alteran la respuesta del acelerador y la sensibilidad general del sistema. Aun en modo Eco, el motor no pierde el par disponible de salida, proporcionando siempre una conducción ágil y segura. En conducción cotidiana, el Omoda 5 EV transmite seguridad y equilibrio, aunque no llega a ser un referente deportivo en sensaciones, sí convence por refinamiento y facilidad de uso para el día a día eléctrico

Lo mejor, el precio

Pero llegamos al punto determinante de este Omoda 5 EV: su tarifa. Porque si bien de inicio los 37.990 € del acabado Comfort puede asustar a muchos, la realidad es que viene de serie con un amplio equipamiento con elementos como, climatizador automático bizona, el doble monitor, la carga inalámbrica para móviles, faros Full LED, llantas de 18”, control de crucero adaptativo y limitador de velocidad, alerta de tráfico cruzado trasero (RCTA), asistente de cambio de carril (LCA), volante calefactable…

Por 2.000 euros más tienes nuestro Premium que suma 8 altavoces SONY, asientos delanteros deportivos calefactables (también los traseros), con ventilación y ajuste eléctrico, cámara 360º HD con vista panorámica, cristales privacidad, techo solar panorámico eléctrico o sensor de lluvia con ajuste automático de velocidad. Ahora bien, uno de los puntos fuertes de Omoda son sus descuentos y en este caso sumando todos junto con el Plan Moves se puede quedar un precio de 22.990 euros. Imbatible y anti-Tesla ante la que también es lógico que uno se plantee si es mejor que el gasolina, por respuesta mecánica yo no tendría dudas pero la autonomía total y la carga lo penaliza en exceso.

Galería de imágenes del Omoda 5 EV