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Senegal, el nuevo productor africano de hidrocarburos que busca renovar su economía

La compañía australiana Woodside lidera la extracción de petróleo en Sangomar, a través de una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga

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Con tres años de retraso y millones de esperanzas depositadas, Senegal entró el pasado junio en el selecto club de países productores de hidrocarburos, un importante paso adelante para renovar su economía.

El anuncio fue realizado por la compañía australiana Woodside, que lidera la extracción de petróleo en Sangomar, proyecto en alta mar situado a 100 kilómetros al sur de la capital senegalesa, Dakar, a través de una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO, en inglés).

“Es un hito clave y refleja el cumplimiento de la estrategia de crecimiento de Woodside”, destaca a EFE Christine Forster, portavoz de Woodside.

“Ya hemos vendido nuestros dos primeros cargamentos del proyecto, y se espera que ambos vayan a refinerías europeas”, añade la representante de la compañía.

Tras un inicio algo accidentado –la explotación debía haber empezado en 2021–, está previsto que el yacimiento de Sangomar produzca entre 100.000 y 125.000 barriles por día.

Woodside posee el 82% del proyecto, mientras que el 18% restante está en manos del Estado senegalés a través de Petrosen.

Los hidrocarburos de Senegal

La extracción de los primeros barriles de petróleo fue recibida con júbilo en un país que ha experimentado un destacado ciclo de crecimiento en la última década, aunque éste se desaceleró en 2023 hasta el 3,7%, por debajo de la tasa de crecimiento del 3,8% registrada en 2022.

El auge petrolero llega a una nación cuya población sufre las miserias ligadas a una economía irregular en la que nueve de cada diez trabajadores tienen un empleo informal y el 97% de las empresas se encuentran dentro de esta economía.

Ante la euforia desatada y con las operaciones ya en marcha, la prensa local se hacía eco, incluso, de una (falsa) integración de Senegal por la vía rápida en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde seis de los doce miembros de la institución son africanos.

El bulo estuvo motivado por el encuentro entre el ministro senegalés de Energía, Petróleo y Minas, Birame Souleye Diop, y el secretario general de la OPEP, Haitham al-Ghais, en Viena, sede de la organización, una vez iniciadas las extracciones.

Sin embargo, aunque fuentes del Ministerio de Energía, Petróleo y Minas subrayan a EFE la posible adhesión de Senegal en el futuro, recuerdan que estas negociaciones son similares a las de otros países. “Es sólo una hipótesis en estudio”, aseveran.

Junto a Sangomar, la otra gran punta de lanza de Senegal en materia de hidrocarburos es el yacimiento de gas Grand Tortue Ahmeyim, situado en la frontera marítima con Mauritania.

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El inicio de las extracciones, también retrasado en numerosas ocasiones, se espera que comience en el último trimestre de 2024.

El proyecto está en manos del gigante británico BP (61%), junto a la norteamericana Kosmos Energy (29%), Petrosen y la mauritana SMHPM (10%).

Diversificar la economía y revisar los contratos

Desde su llegada al cargo en abril, el nuevo presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, ha abogado por una profunda reestructuración de la economía local, escasamente diversificada.

Con el sector de servicios dominando el valor monetario (cerca del 60 % del producto interior bruto, PIB) y la agricultura siendo el mayor depósito de la masa laboral, aunque no de los ingresos (uno de cada seis senegaleses trabaja en este sector, pese a ser solo el 10 % del PIB), el Gobierno de Faye se ha marcado como objetivo lograr fuentes más eficaces de financiamiento.

Entre otras medidas, el mandatario defiende la salida del país del franco CFA, una polémica moneda creada en 1945 por Francia y utilizada en ocho países de África occidental; así como la renegociación de los contratos de hidrocarburos con multinacionales.

La tarea no parece fácil. “Esta acción (la renegociación de los contratos) es posible si el Estado senegalés logra poner de relieve razones serias para la renegociación y convencer a sus socios sobre esta base”, asegura a EFE Atteib Mahamat Atteib, experto independiente en derecho minero y petrolero.

A pesar de las llamadas a la revisión de Faye, el Ministerio de Energía, Petróleo y Minas tan sólo ha apelado a “realizar una auditoría, publicar los contratos y, si es necesario, renegociar” todos los acuerdos existentes, mostrando así una mayor dosis de mesura y realidad.

“A falta de una cláusula expresa de renegociación en los contratos en cuestión, la renegociación requiere, por tanto, una buena motivación y una estrategia precisa por parte del Estado, por un lado; y un espíritu de colaboración por parte de sus co-contratistas, por otro”, destaca Atteib.

“Si hacemos una clasificación en contextos similares, particularmente en África, podemos decir que Senegal se sitúa en un nivel intermedio entre los países que han negociado mal sus proyectos extractivos y los que han logrado implementar proyectos sólidos”, añade el experto.

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