El presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), Héctor Dominguis, ha indicado que sustituir la energía de las centrales nucleares sería entre 7 y 8 veces más caro que ampliar su vida útil, por lo que ésto último supondría un ahorro de 33.000 millones de euros.
Dominguis, que ha participado este miércoles en el 20 Encuentro del Sector Energético, organizado por IESE y Deloitte, ha recordado que, ante el momento "complejo y sin precedentes" actual, muchos países han decidido revisar sus modelos energéticos y prolongar la vida útil de sus plantas nucleares.
Ha señalado que, mientras, España defiende una estrategia energética basada en un contexto distinto al que hay hoy y habrá en las próximas décadas.
Dominguis ha dicho que adoptar una decisión en el caso de que se quiera prolongar la vida de las nucleares, cuyo cierre escalonado se pactó que se hiciera entre 2027 y 2035, es urgente, pues las centrales tienen que hacer su aprovisionamiento de combustible con tres años de antelación.
La generación de las centrales nucleares
Según Dominguis, si se llega a 2024 sin decidir nada, la central nuclear de Almaraz (Cáceres), la primera que dejaría de operar, tendría que cerrar en 2027, según el calendario pactado entre las compañías eléctricas propietarias de plantas.
Ha afirmado que las decisiones que se tomen en los próximos 24 meses se sufrirán en las próximas décadas, igual que ahora se sufren las consecuencias de la moratoria nuclear que se aprobó hace más de 30 años por la que se dejaron de construir centrales.
El presidente de la SNE ha dicho que si ahora España**** tuviera todas las centrales nucleares que estaban planificadas cuando se aprobó la moratoria, la situación del país en la actual crisis energética sería diferente.
Ha destacado la importancia que tienen la energía nuclear en España, que, pese a suponer sólo el 6 % de la potencia total instalada, genera el 21 % de la electricidad que consumen los españoles.
Ha destacado que la energía nuclear tiene un coste de generación estable y poco afectado por circunstancias climatológicas o geopolíticas externas, representando el coste de combustible menos del 5 % del coste total de operación de una planta, lo que proporciona estabilidad en los precios eléctricos.
Ha recordado que Francia, Bélgica, Reino Unido y Polonia han ampliado la vida útil de sus reactores y tienen planificados nuevos, mientras que Suecia, con un 60 % de generación renovable y un 30 % nuclear, ha anunciado que empieza los trámites para construir reactores de nueva generación.
Marco regulatorio estables
Sin embargo, ha señalado que en España, donde de siete reactores cuatro se cerrarán hasta 2030 y los otros tres hasta 2035, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que va hasta 2030, prevé un crecimiento de la producción de gas, lo que dificultará cumplir los objetivos de descarbonización e incrementará la dependencia energética del exterior.
Dominguis ha señalado que en España no se contempla apoyo estatal ni de la regulación a la energía nuclear, por lo que nadie se plantea instalar una central en la actualidad.
Ha reclamado, una vez más, un marco regulatorio estable y fiable que permita que las centrales nucleares que hay sigan abiertas veinte años más, pues, en su opinión, España no se puede permitir prescindir de las nucleares, si quiere tener un sistema eléctrico "seguro, competitivo y sostenible".
El presidente de la SNE no prevé problemas de abastecimiento de uranio a futuro y ha dicho que el sector no está preocupado, al tiempo que ha señalado que, aunque su precio suba por una mayor demanda y una menor producción, no se disparará el coste de la producción eléctrica de origen nuclear, ya que el combustible es sólo el 5 % del coste total de operación de una central.
Lokiz
15/02/2023