A José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, se le va a hacer largo este 2015. No ha pasado ni una semana del calvario de las elecciones municipales y autonómicas para el PP y es el principal señalado por algunos miembros de su partido. Como si no tuviese suficientes enemigos, ahora sus compañeros de partido de Castilla y León exigen su cabeza por su nefasta gestión con la minería.
Este jueves el portavoz en funciones de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, ha afirmado que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, “ha hecho méritos para dimitir o para ser cesado”. A lo que el ministro ha respondido con bastante sosiego: "Cada cual tiene que pensar porqué critica y, por lo demás, yo lo que tenga que decirle a cualquier compañero de partido siempre se lo diría en casa, nunca en la plaza pública del pueblo".
Para entender todo esto habría que retroceder unos meses en el tiempo. Exactamente a enero. Este diario publicó la siguiente información: Soria no quiere abandonar el Ministerio de Industria, pero Rajoy lo quiere en Canarias. Al ministro le dijeron que Rajoy y Arriola lo querían como número uno en la lista del PP en las elecciones autonómicas en Canarias. Ya se habían iniciado los sondeos petrolíferos por parte de Repsol. Los tres últimos meses de 2014, Soria era el ojo de las críticas por su apoyo a las prospecciones. El desgaste fue enorme. Tanto que el propio Soria ya sabía que su imagen estaba muy deteriorada en el archipiélago y era muy difícil darle la vuelta a la tortilla.
Es por ello que se negó una y otra vez a Rajoy para no ir como candidato. La excusa era que quería acabar el mandato en el Gobierno y cumplir con lo que el presidente Rajoy le pidió al inicio de legislatura: acabar con el déficit eléctrico. Más o menos lo había conseguido. Para ello llevó acabo una reforma energética sin precedentes, que lo colocó en el punto de mira de todo el sector.
Los sondeos petrolíferos en Canarias no eran su único frente. Además de las renovables, que llevan desde junio pegándose con el ministro en el Supremo, a finales de 2014 se unió el sector minero. Pedían alguna solución para 2015. El Gobierno se comprometió a dar una solución a finales de año, pero no llegó. Y claro, cinco meses han pasado de 2015, y aun no hay nada. Bueno sí, un borrador que no soluciona los problemas del carbón autóctono.
El intento del Gobierno de tratar de cerrar un acuerdo con la minería antes de las elecciones salió mal. Como un tiro por la culata. El enfado y hartazgo del sector y los sindicatos ha llegado hasta tal punto que no se cortan a la hora de descalificar al ministro. Los problemas financieros de las empresas mineras ha dejado al PP a los pies de los caballos. La Junta de Castilla y León intentó pacificar los ánimos y no obtuvo una buena respuesta por parte del Ministerio. No daba tiempo. Ya era tarde para las elecciones.
Y claro. el PP pierde tres escaños en León, uno de sus feudos en la autonomía por antonomasia de los populares. Es difícil calibrar si la pérdida de los tres escaños se ha debido a la gestión del sector minero. Probablemente haya afectado, pero también hay que tener en cuenta que el castigo se ha producido en todas las regiones de España, no solo en Castilla y León.
Las palabras del portavoz de la Junta no han gustado en el seno del partido. El PP de CyL está desatado. No ha encajado bien perder el poder tras muchos años en el gobierno. Y en vez de buscar una respuesta en su gestión, prefieren achacar el problema a un tercero, en este caso, el ministro Soria.
Pero la respuesta de Soria, muy caballlera para los duros ataques recibidos en los últimos días, dejan entrever la absoluta tranquilidad con la que el ministro afronta esta crisis. ¿Por qué está tranquilo? La respuesta es clara. Tiene el apoyo de Rajoy. El presidente del Gobierno sabe de buena mano que Soria es un buen correligionario y que cumple las órdenes como buen soldado.
A pesar de su negativa a ir a Canarias, el tiempo le ha dado la razón. El PP se ha llevado un durísimo palo en las autonómicas de Canarias. Y en Génova ya lo sabían. Las encuestas preelectorales lo reflejaban así. Era mejor que no hubiese ido Soria. El resultado podría haber sido peor. Por eso Soria no quiso ir. Prefería quedarse en el Ministerio y terminar la reforma que había emprendido en 2012.
Al final convenció a Rajoy de que lo mejor era estarse quieto. Y claro, la inoperancia es lo que tiene. "Yo soy solo responsable de lo que ha sucedido en Canarias", ha dicho este jueves el ministro. Como presidente del PP canario, Soria es el máximo responsable y debería asumir el escaso resultado obtenido en los comicios. Pero Soria tiene un plan b con Rajoy. Está en su mano mejorar la imagen del PP de aquí a las generales. O por lo menos en buena parte. La facturación por horas ayudaría bastante. La norma se aprueba este viernes en el Consejo de Ministros. Lo quieren vender como un éxito. Lo que no se entiende es que hayan esperado a después de las elecciones para sacar esta norma.
Pero no solo eso. Tiene en su mano mejorar la situación del carbón, tiene en su mano cerrar Garoña, tiene en su mano quitar el impuesto al sol en el decreto de autoconsumo. Todas estas decisiones dan votos. Y más de cara a las próximas generales. Rajoy lo sabe y necesita a Soria más que nunca. Si a todo esto se suma una caída del precio de la luz, pues mejor que mejor.
Ah, y no hay que olvidar el turismo. Un buen verano mejoraría los datos de paro y del PIB, algo que es vital para tranquilizar a las masas.
En definitiva, Soria tiene la oportunidad de solucionar parte del desaguisado con el carbón o las renovables. Otra cosa es que lo haga, pero tener la opción la tiene. Y de paso, mejoraría la imagen que tiene en la actualidad. Todos están contra él, menos Rajoy, y esa es su arma para los próximos meses.
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