La Unión Europea llega a la Cumbre de París con una línea roja que no sobrepasará para lograr un acuerdo climático global, y es que el futuro pacto para combatir el cambio climático sea lo suficientemente ambicioso para que la temperatura del planeta no supere los dos grados a finales de siglo.
Así lo explica en una entrevista con EFE la directora de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, quien subraya que la UE “no aceptará un acuerdo donde la ambición no esté recogida y donde no estén los compromisos de todos los países”.
“Necesitamos un acuerdo jurídicamente vinculante, donde estén los compromisos de todos los países, donde la ambición de los dos grados esté totalmente reflejada y donde se recojan los hitos intermedios para conseguir estos objetivos“, destaca Ulargui.
Entre esos hitos para conseguir las metas del futuro pacto climático, señala un sistema de medición “transparente y estricto” de los compromisos presentados por los países, así como financiación para la mitigación y adaptación de los países más vulnerables.
En esa línea, la jefa del equipo español en las negociaciones climáticas internacionales avanza que los países se plantean revisar los compromisos de reducción que han puesto sobre la mesa (Intended Nationally Determined Contributions, INDCs, en la jerga de Naciones Unidas) antes de que entre en vigor el acuerdo de París, en 2020.
Revisión al alza en 2018
“Lo que están proponiendo algunos países es que los ciclos de revisión de la ambición comiencen en 2018, es decir, que exista un primer ciclo de revisión en el que se haga balance de todas las contribuciones nacionales antes de ratificar el acuerdo de París”.
Hasta el momento, las contribuciones presentadas por los países son “intencionadas”, por lo que se trataría de que exista la posibilidad de revisión al alza antes de su ratificación final de cara a 2020.
Ese proceso de revisión es fundamental para un acuerdo ambicioso en tanto que, de mantenerse durante tal cual están formulados ahora todo este siglo, los compromisos actuales de los países supondrían un aumento de temperatura de 2,7 grados en 2100.
“Debemos revisar que vamos por el buen camino antes de 2020“, insiste Ulargui, porque el objetivo del acuerdo de París “es dar una señal a largo plazo de que estamos gestionando la transformación hacia modelos de desarrollo bajos en carbono”.
Tras casi quince años integrada en el equipo negociador español en las Cumbres del Clima, Ulargui considera que la evolución en este periodo ha sido enorme: “Cuando empezamos a cumplir el Protocolo de Kioto cubríamos solo el 15% de la emisiones, mientras que en París pretendemos abarcar un 94% de los gases mundiales”. “
El gran cambio en este periodo es el compromiso de la totalidad de los países: nunca habíamos tenido tanto países en la mesa de negociación con unos objetivos cuantificados y con la voluntad política de establecer marcos regulatorios nacionales para descarbonizar sus economías“, explica. “Esto es un paso gigantesco en la buena dirección”, remarca.
La tecnología, compañera de viaje
La directora de la OECC se muestra optimista respecto a la posibilidad de alcanzar en París el pacto global de lucha contra el calentamiento que no se logró en Copenhague porque “la evidencia y la urgencia de combatir el cambio climático está más interiorizada, y los avances tecnológicos desde aquella cumbre son increíbles”.
“Ahora tenemos avances tecnológicos que no teníamos en Copenhague, y eso clave, porque la tecnología va a tener un papel importante en el nuevo régimen que queremos establecer en París, va a ser nuestra compañera de viaje para reducir emisiones”.
Como ejemplo de ello cita el hecho de que “la energía eólica sea ya totalmente competitiva, que la solar sea competitiva en muchos países y los avances en captura y almacenamiento de carbono”.
No obstante, el acuerdo no está asegurado y la Cumbre de París tiene “temas muy candentes” sobre la mesa, que complicarán el cierre del acuerdo, entre los que Ulargui destaca, además de la ambición, la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo o la financiación a la mitigación y adaptación al cambio climático en los países más vulnerables
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios