En la última década, el mercado minorista de electricidad en España ha avanzado significativamente en su liberalización, alcanzando niveles de apertura que superan a muchos países de la Unión Europea (UE). Desde 2003, cuando se completó el calendario de liberalización nacional, los indicadores de competencia han mostrado una evolución positiva, reflejando un alto nivel de competencia entre las comercializadoras.
El Consejo de Reguladores Europeos (CEER) ha desarrollado un manual con 25 indicadores para evaluar de manera uniforme la competencia en el mercado eléctrico. Este manual ayuda a identificar debilidades y evaluar medidas que fomenten la competencia. En España, el Índice de Concentración de Herfindhal y Hirschman (HHI) ha disminuido, situándose por debajo del umbral de 2.500, lo cual muestra que su nivel de concentración es adecuado.
Sin embargo, la concentración del mercado no es suficiente para evaluar la competencia, por lo que, según el CEER, es necesario complementar el análisis con otros indicadores. Otro indicador adicional es el número de comercializadores activos, donde España cuenta con más de 530 en 2024, lo que representa un incremento del 39,8% respecto a 2022. Además, el número de nuevos comercializadores ha duplicado al de ceses, lo que, junto con el descenso del HHI, indica que no existen barreras materiales para la entrada en el mercado español y que hay suficiente presión competitiva.
Un sector competitivo
Asimismo, en España existen numerosos comparadores de ofertas, como el de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que cumplen con los criterios de objetividad, neutralidad y transparencia recomendados por la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) y el CEER. La disponibilidad de estos comparadores ha aumentado la participación y el conocimiento de los consumidores sobre las opciones de contratación de su suministro.
Como resultado, España ha alcanzado una de las tasas de cambio de comercializador más altas de la UE, llegando al 23% en 2023. Por otro lado, la presencia de diversas plataformas de mercados e intermediarios para negociar productos de cobertura a plazo en el mercado español mejora su competitividad. La liquidez del mercado a plazo tiende a ser mayor con menos intervención, ya que medidas como las tarifas reguladas, actual Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) y los subsidios debilitan la capacidad de las comercializadoras para ofrecer precios competitivos.
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