Malas noticias para Abengoa. Uno de los grandes proyectos de transmisión eléctrica de Latinoamérica ha caído en manos chinas y la española ha perdido por un 5% del presupuesto. Así, lka empresa china State Grid se adjudicó la concesión para construir y operar la segunda línea de transmisión de la hidroeléctrica de Belo Monte, la tercera mayor del mundo, que está en obras en la Amazonía brasileña.
State Grid, que ganó la subasta en solitario, se adjudicó el año pasado la construcción de la primera línea de transmisión de Belo Monte, en ese caso formando parte de un consorcio con empresas brasileñas.
La propuesta de la empresa china fue recibir una remuneración anual de 988 millones de reales (unos 312,8 millones de dólares), una ganancia un 19 % más baja del tope establecido por el regulador en el concurso.
La segunda oferta fue presentada por el grupo español Abengoa, con un precio 14 % más bajo del tope fijado por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), órgano regulador.
El consorcio brasileño Xingu, el tercero acreditado para participar en la licitación e integrado por empresas públicas, no presentó ofertas.
El vencedor de la licitación se compromete a operar a partir de 2019, cuando se espera que concluyan las obras, y gozará de la concesión por 30 años.
La segunda línea de transmisión medirá 2.250 kilómetros y conectará Belo Monte, en el estado amazónico de Pará, al municipio de Nova Iguaçu, en la zona metropolitana de Río de Janeiro.
Las inversiones previstas ascienden a 7.000 millones de reales (unos 2.216 millones de dólares) para las obras, que se ejecutarán en cinco estados.
La capacidad instalada en dos subestaciones de la línea será de 7.800 megavatios y el proyecto espera generar unos 16.800 empleos directos en los estados de Pará, Tocantins, Goiás, Minas Gerais y Río de Janeiro.
El 26 de agosto próximo se realizará una nueva subasta con once lotes de transmisión eléctrica en diferentes estados.
Belo Monte, que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, comenzó a ser construida en marzo del 2011 en la localidad de Altamira (Pará), pese a la resistencia de los indios, agricultores, pescadores y ecologistas, que están preocupados por el impacto del proyecto en la Amazonía.
La construcción de la obra, prevista para ser entregada en enero de 2019, ha sido interrumpida en varias oportunidades por decisiones judiciales, huelgas de los obreros que construyen la presa y manifestaciones de los damnificados.
La hidroeléctrica, erguida sobre el río Xingú, un afluente del Amazonas, y que inundará 506 kilómetros cuadrados de selva, tendrá una capacidad de generación media de 4.571 megavatios hora y alcanzará un tope de 11.233 megavatios en las épocas de crecida del río.
El proyecto exigirá inversiones por cerca de 10.600 millones de dólares, según cálculos del Gobierno.
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