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Adaptarse o desaparecer: la inacción frente al cambio climático ya no es una opción para las empresas

Según un informe del Foro Económico Mundial (WEF) y Boston Consulting Group (BCG), las empresas que no logren descarbonizar sus operaciones podrían enfrentar aumentos de costos equivalentes a hasta el 50% de su ebitda para 2030

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El cambio climático ya no es un desafío lejano ni una preocupación secundaria. Es una realidad que afecta todos los aspectos de la economía global y pone en riesgo la supervivencia misma de las empresas. Según un informe conjunto del Foro Económico Mundial (WEF) y Boston Consulting Group (BCG), titulado "The Cost of Inaction: A CEO Guide to Navigating Climate Risk", las empresas que ignoren los riesgos climáticos enfrentarán pérdidas significativas y, en muchos casos, irreparables.

El impacto económico del cambio climático ya es evidente. Según el informe, desde el año 2000, los desastres relacionados con fenómenos climáticos extremos han generado daños que superan los 3,6 billones de dólares (aproximadamente 3.450 millones de euros). Estos eventos, que incluyen tormentas, inundaciones, sequías y olas de calor, no solo destruyen infraestructuras y propiedades, sino que también afectan directamente la productividad de las empresas y generan interrupciones severas en las cadenas de suministro. El costo de estos desastres se ha duplicado en las últimas dos décadas, una tendencia que continuará en aumento si no se toman medidas significativas para abordar el problema.

Asimismo, el informe advierte que el impacto económico de estos fenómenos podría ser apenas un adelanto de lo que está por venir. Sin medidas urgentes, entre el 5% y el 25% del ebitda de las empresas estará en riesgo para 2050. Sectores como la construcción, los materiales, la energía y las infraestructuras son particularmente vulnerables debido a su dependencia de activos físicos y recursos naturales que están cada vez más expuestos a los efectos del cambio climático.

Y es que además de los costos directos, como la reparación de infraestructuras dañadas, las empresas también enfrentan desafíos indirectos. Estos incluyen el aumento de las primas de seguros, la pérdida de productividad y los efectos en cadena de la disrupción de las cadenas de suministro. Los efectos negativos del cambio climático no se limitan a regiones específicas o sectores concretos; son un problema global que afecta a todas las industrias y geografías.

Transición por sectores

El informe del WEF y BCG es contundente al señalar que la inacción frente al cambio climático no es una opción sostenible. Ignorar la creciente frecuencia de los eventos climáticos extremos o posponer inversiones en sostenibilidad tendrá consecuencias devastadoras. Las empresas que no se adapten no solo enfrentarán pérdidas económicas significativas, sino que también pondrán en peligro su viabilidad a largo plazo.

Los riesgos no se limitan a los fenómenos climáticos extremos. La transición hacia una economía baja en carbono está acelerándose, impulsada por cambios regulatorios, tecnológicos y sociales. Este cambio ha generado lo que el informe llama “riesgos de transición”, que incluyen regulaciones más estrictas, como impuestos al carbono, la devaluación de activos dependientes de combustibles fósiles y un cambio en las expectativas de los consumidores e inversores.

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Para sectores como el petróleo, el gas y los materiales, la transición representa un desafío especialmente grande. Las empresas que no logren descarbonizar sus operaciones podrían enfrentar aumentos de costos equivalentes hasta el 50% de su EBITDA para 2030 debido a impuestos al carbono y otras regulaciones. Además, el riesgo de depreciación de activos como plantas de energía a carbón o infraestructuras de petróleo y gas es cada vez mayor, ya que las tecnologías limpias ganan terreno y los gobiernos eliminan gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles.

Oportunidad histórica

A pesar de los riesgos, el informe también destaca una oportunidad histórica para las empresas que actúen de manera proactiva frente al cambio climático. Las inversiones en adaptación y mitigación climática están mostrando retornos significativos. Según el informe, cada dólar invertido en estas áreas genera un retorno de entre 2 y 19 dólares, gracias a la reducción de costos por daños evitados, la mejora de la eficiencia operativa y el acceso a nuevos mercados.

Las estrategias de adaptación recomendadas incluyen el fortalecimiento de infraestructuras para resistir fenómenos extremos, la implementación de tecnologías de conservación de agua y energía, y la diversificación de cadenas de suministro para mejorar su resiliencia.

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Estas medidas no solo ayudan a mitigar los riesgos climáticos, sino que también posicionan a las empresas como líderes en sostenibilidad en un mercado cada vez más enfocado en la responsabilidad ambiental. Por ejemplo, la inversión en infraestructuras resilientes ha permitido a ciertas empresas evitar interrupciones operativas durante desastres naturales, mientras que la adopción de tecnologías sostenibles ha reducido costos operativos y mejorado su reputación ante consumidores e inversores.

Patrick Herhold, de BCG, y Pim Valdre, del WEF, enfatizan que las decisiones tomadas hoy determinarán el éxito empresarial y el futuro del planeta. “El liderazgo climático no se trata solo de evitar riesgos”, afirman los autores, “sino de construir resiliencia y desbloquear valor en un mundo en transformación”.

El informe también subraya la importancia de colaborar con gobiernos y otras partes interesadas para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono. Los avances en energías renovables, movilidad eléctrica y tecnologías basadas en la naturaleza ofrecen una hoja de ruta para un futuro más sostenible, pero requieren una acción coordinada y decisiva.

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