La industria del petróleo y el gas está evolucionando hacia una actividad de exploración más sesgada y centrada en cuencas y áreas con potencial demostrado y capacidad de desarrollo acelerado. Después de un ligero contratiempo en 2020 y 2021, sigue aumentando el sentimiento positivo entre los exploradores mundiales de petróleo y gas, con un gasto en exploración convencional que se estabiliza en torno a los 55.000 o 60.000 millones de dólares para explorar el potencial restante de las cuencas maduras, así como las posibles fronteras subexploradas o inexploradas.

Este sesgo de la actividad se pone de manifiesto, por un lado, por la delimitación de los activos de sus carteras como zonas "centrales" de explotación, a las que se destina la mayor parte del gasto en exploración guiada. En segundo lugar, la aceleración del desarrollo de cuencas probadas en medio del auge de las fuentes de energía renovables ha quedado demostrada por la reciente oleada de actividad en la cuenca de Guyana y en el sector namibio de la cuenca de Orange.

Estas cuencas no sólo han experimentado un aumento de la actividad, sino que en los últimos años han contribuido significativamente a los volúmenes descubiertos convencionales mundiales, que han ido disminuyendo. Además, la disponibilidad de vastos recursos en zonas marinas técnica y financieramente difíciles se ha visto ejemplificada por un aumento de la actividad en aguas profundas y ultraprofundas y el anuncio de descubrimientos destacados en estas zonas.

Un giro hacia las zonas "centrales

Guyana y la cuenca del Orange siguen impulsando el gasto en exploración y se calcula que los exploradores invertirán cerca del 50% del gasto previsto en exploración (expex) de este año en cuencas marinas, mientras que la francesa TotalEnergies destinará a la exploración de Namibia cerca del 30% de su gasto total en exploración previsto para este año, que asciende a 1.000 millones de dólares.

El apetito de riesgo de los exploradores se pone de manifiesto por el hecho de que el 15% de la inversión estimada para este año se dedicará a probar el potencial del subsuelo en zonas de aguas ultraprofundas, medioambientalmente difíciles y de alto coste. Sin embargo, la concentración de la exploración en las denominadas zonas núcleo puede resultar desventajosa para algunos países anfitriones, que podrían ver cómo su potencial del subsuelo queda sin explorar. TotalEnergies ha indicado recientemente que está dispuesta a abandonar sus descubrimientos de Brulpadda y Luiperd frente a las costas sudafricanas, lo que podría llevar a la desaparición de estos hallazgos.

Tras el rápido auge de los yacimientos presalinos brasileños con el anuncio del enorme hallazgo de Tupi en 2006, descubrimientos como el del yacimiento de gas Zohr de Eni en el Mediterráneo hicieron albergar esperanzas de que países como Egipto repitieran el éxito de Brasil. Sin embargo, el país norteafricano no ha logrado desde entonces ningún descubrimiento similar al de Zohr. Tanto Guyana como Namibia, sin embargo, han logrado seguir los descubrimientos de apertura de cuencas con una serie de hallazgos similares, con ExxonMobil haciendo el descubrimiento de Liza en el Bloque Stabroek frente a Guyana en 2015 y Namibia con los hallazgos de Venus de TotalEnergies y Graff de Shell a principios de 2022.

Con ExxonMobil y sus socios de Stabroek ya encaminados hacia la autorización de su séptimo desarrollo, el anuncio de más de 12.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (bpe) de recursos recuperables en el bloque está llamado a impulsar a Guyana como el quinto mayor productor de líquidos convencionales a mediados de la década de 2030.

“Estos volúmenes en Guyana no sólo han aumentado el flujo de caja de las empresas que tienen participaciones en los descubrimientos, sino que también han repercutido profundamente en las condiciones económicas de la nación anfitriona al acumular miles de millones de dólares a través de su fondo petrolero”, dice Aatisha Mahajan, vicepresidenta de Investigación Upstream de Rystad Energy.

Namibia, a pesar de haber anunciado más de 2.500 millones de bpe de volúmenes de petróleo y gas, se encuentra aún en un estado incipiente en cuanto a su sector upstream y espera el desarrollo de sus descubrimientos. El anuncio de volúmenes adicionales a través de futuras exploraciones podría contribuir al sueño de la nación de repetir los éxitos de Brasil y Guyana, aunque tendrá que superar los efectos de la llamada maldición de los recursos, que en el pasado ha afectado negativamente a muchas naciones africanas ricas en recursos.

Namibia en alza

Los descubrimientos en Namibia y Guyana han hecho que los operadores del sector acudan en masa a estos países para hacerse con bloques de exploración. Tras el éxito de las grandes petroleras Shell y TotalEnergies en Namibia, sus homólogas BP, Eni y Chevron se están haciendo con los bloques de exploración del país, donde perforarán una serie de pozos en los próximos años, lo que dejaría a ExxonMobil como la única gran petrolera que no está presente en la cuenca.

Además, el descubrimiento Mopane de Galp Energia, anunciado a principios de este año con un potencial de recursos de unos 10.000 millones de barriles de petróleo, ha atraído la atención del sector, y unas 12 grandes compañías petroleras y gasísticas han manifestado su interés por adquirir el 50% de la participación del 80% del operador portugués en el yacimiento. Además, con los numerosos pozos que se prevé perforar, Namibia podría estar en vías de repetir el éxito de Guyana, al menos en cuanto a potencial de recursos, debido sobre todo al éxito de la exploración en distintos bloques, en comparación con Guyana, donde el éxito se ha limitado a Stabroek.

Aunque zonas maduras de exploración como el sudeste asiático, el Golfo de México estadounidense y la plataforma continental noruega seguirán atrayendo a los exploradores mundiales, debido a sus ricas redes de infraestructuras y a la capacidad de explotar económicamente hallazgos medianos y pequeños, en los próximos años los exploradores seguirán sondeando el margen atlántico meridional, centrándose en países maduros como Brasil, México y Guyana, mientras que África también ocupa un lugar destacado. Según el análisis de Rystad Energy, África se sitúa a la cabeza de las regiones con mayor número de pozos de alto impacto que está previsto perforar este año, con 13 de los 36 pozos previstos.