La producción excedentaria de petróleo corre el riesgo de alcanzar niveles históricos de aquí a 2030 por la ralentización de la demanda, unida a un tirón de la extracción, sobre todo en Estados Unidos y otros países de América, advirtió la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe anual sobre el mercado petrolero a medio plazo publicado, la AIE estima que la producción va a subir hasta cerca de 113,8 millones de barriles diarios a comienzos de la década y que eso dará lugar a un excedente de extracción de unos 8 millones de barriles, es decir unos 2 millones más que ahora.
Ese margen "masivo", de una dimensión que sólo es comparable la que hubo con la crisis de la covid (en 2020 se superaron los 9 millones de barriles diarios), amenaza directamente la estrategia del cártel petrolero OPEP+ para evitar una caída de precios.
La producción de petróleo
Más allá del choque para la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados como Rusia, ese contexto de precios más bajos también podría repercutir directamente en los productores de esquistos de Estados Unidos, que son más sensibles a los altibajos del mercado.
Por el lado de la demanda, los autores del estudio señalan que a nivel global va a seguir creciendo en los próximos años, pero a un ritmo cada vez menor hasta un práctico estancamiento para finales de la década.
En concreto, de los 102 millones de barriles diarios de 2023, con un aumento de 2,1 millones de barriles con respecto al año anterior, se va a pasar a 105,6 millones en 2029 e incluso a una ligera contracción el ejercicio siguiente.
China e India tiran de la demanda
Ese crecimiento estará dominado por el aumento del consumo en Asia, sobre todo en India (por el transporte) y China (por la petroquímica), mientras que en las economías avanzadas se espera que la contracción del consumo de crudo siga, de forma que caerá de 45,7 millones de barriles en 2023 a 42,7 millones en 2030.
Ese será el menor volumen desde 1991, si se excluye el episodio excepcional de la covid. En términos relativos, el peso de los países de la OCDE habrá bajado del 57 % de la demanda en 2007 al 45% en 2023 y al 41% en 2030.
A más corto plazo, la demanda en 2024 y 2025 se incrementará en alrededor de un millón de barriles diarios cada año, en relación directa con el crecimiento económico.
Sin embargo, a partir de ahí, la AIE augura una desvinculación de las dos magnitudes por la creciente sustitución del petróleo como energía en el sector del transporte por los vehículos eléctricos, que en el horizonte de 2030 detraerán de la demanda 6 millones de barriles diarios de petróleo.
En el transporte aéreo, aunque en 2023 ya se alcanzó el nivel de actividad precovid, el consumo de queroseno fue un 5% inferior gracias a medidas de eficiencia, y no se espera que se vuelva a superar ese volumen hasta 2027.
EEUU refuerza su papel de líder mundial
Por el lado de la oferta**, Estados Unidos** va a ser con diferencia el país productor que más va a contribuir al incremento, con 2,1 millones de barriles adicionales de aquí a 2030, lo que reforzará su papel de 'número uno' mundial.
Si se le suman los 2,7 millones de otros cuatro países americanos que tampoco pertenecen a la OPEP+ (Brasil, Guyana, Canadá y Argentina), en total supondrán un 76% del aumento esperado.
Es más, la agencia hace notar que si se concretaron otros proyectos que las compañías petroleras han esbozado, eso podría añadir 1,3 millones de barriles diarios más, que contribuirían a engordar aún más los excedentes.
La AIE calcula que la OPEP aportará 1,4 millones de barriles suplementarios, de la mano de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Irak.
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