El paso al frente dado en los últimos años por China en materia de electrificación se ha quedado sin calificativos. Pero además de conquistar Europa con sus marcas y modelos, el gigante asiático también ha afianzado su posición como país líder en lo relativo a la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos.
De esta forma, hasta el pasado mes de julio se contabilizan ya nada menos que 16,7 millones de puntos de carga operativos, lo que supone un crecimiento interanual del 53%. Solo en los primeros siete meses del año, China sumó casi 3,9 millones de nuevos cargadores, y mantiene una proporción de dos cargadores por cada cinco vehículos eléctricos en circulación, dato que demuestra cómo la red acompaña su enorme parque móvil.
Destaca además la rápida expansión de cargadores privados (más de 3,2 millones en siete meses), apoyada por políticas públicas y privadas que incentivan la electrificación doméstica y empresarial. El consumo eléctrico por recarga es igualmente significativo: en julio de 2025 se consumieron 7.710 millones de kWh solo en puntos de carga, un salto del 53,9% respecto al año anterior.
Comparativa con Europa: un abismo creciente
Iberdrola y bp ponen en marcha el primer cargador MCS ultrarrápido para vehículos pesados en el Sur de Europa. FOTO: Iberdrola y bp Pulse.
Sobre el panorama europeo, el contraste es claro: grandes mercados como España cuentan con apenas unos 43.559 puntos de recarga para un parque eléctrico que supera las 500.000 unidades, con una mejora reciente del 35% anual pero muy lejos de la agilidad asiática. Aunque la Unión Europea ha puesto en marcha planes ambiciosos como la instalación obligatoria de puntos rápidos cada 60 km y mapas interactivos para mejorar accesibilidad, el despliegue real sigue siendo lento y fragmentado.
Además, China va más allá con una apuesta clara por la rapidez y la integración inteligente: antes de 2027 tendrá 100.000 cargadores ultrarrápidos de al menos 1.000 kW de potencia repartidos estratégicamente, muy por encima de las redes europeas, más centradas en cargadores medios y rápidos convencionales.
Retos para Occidente
El cargador de 1.000 kW ya está expandiéndose en China.BYD
A nivel global, las políticas chinas han permitido crear un ecosistema robusto, con grandes operadores (TELD, Star Charge, Yunkuai Charge) que gestionan más del 80% de la infraestructura pública y marcas automovilísticas locales que ya construyen sus propias redes de recarga. Frente a esto, Occidente (tanto Europa como Estados Unidos) sigue peleando no solo con menores cifras absolutas, sino también con una distribución desigual y cuellos de botella regulatorios y urbanísticos.
China, además, exporta tecnología y modelos de operación a otros continentes, incluyendo el sistema de intercambio de baterías, lo que podría revolucionar el sector también en Europa en los próximos años. En definitiva, el avance chino en la infraestructura de carga para vehículos eléctricos no solo marca el camino a seguir, sino que desafía directamente a Europa y el resto del mundo a acelerar el despliegue y la innovación para una movilidad realmente sostenible y competitiva.
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