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No tengo tiempo y no es mi intención explicar en este artículo (ya habrá más oportunidades de hacerlo) por qué esto no es así. De hecho lo correcto es literalmente lo contrario, es decir “Bitcoin, no Blockchain”. Baste con señalar que Blockchain no es más que una estructura de datos vinculados entre sí, de las muchas que se emplean en el mundo de software y que fue inventada nada menos que en el año 1991, mientras Bitcoin lo fue en el 2008.

Bitcoin es algo mucho, mucho más complejo que tiene en mi opinión significativas posibilidades de convertirse en la infraestructura de un nuevo sistema financiero internacional, algo tan complejo como malentendido. Aúna aspectos de teoría monetaria, criptografía, software, ciberseguridad, teoría de juegos, que dudo que nadie en el mundo termine de comprender del todo.

Los motivos de la trascendencia que creo que Bitcoin tendrá son múltiples y tampoco los expondré aquí, porque mi auténtica intención es explicar que uno de los procesos que hacen este nuevo sistema financiero y monetario posible, la conocida como minería de Bitcoin, puede resultar de gran ayuda para la integración de las renovables en el sistema eléctrico.

La minería brevemente

La minería es un proceso computacional por el que se trata de alcanzar un cálculo predefinido llamado hash. Un hash no es más que una función matemática en la que introduces una cadena de texto y obtienes como resultado otra cadena alfanumérica “resumen”. Ese hash que se obtiene es del todo impredecible.

El protocolo cada (aproximadamente) dos semanas predefine un hash objetivo y todos los mineros tienen que conseguir un cálculo que consiga ese objetivo. Al ser los hashes impredecibles, tiene este proceso, la particularidad de que solo es posible alcanzar este objetivo a base de hacer una gigantesca cantidad de intentos. No hay atajos ni trampas posibles, sólo la fuerza bruta computacional.

Cuando digo gigantesca, estoy hablando de algo verdaderamente grande, en la actualidad en el entorno de los 100 exahashes por segundo. Para que no tengas que ir a la Wikipedia, te avanzo que un exa es un 1 seguido de 18 ceros. Dado que de media este objetivo se alcanza cada 10 minutos, tenemos que multiplicar esa cifra por 600 (segundos) para saber el número medio de “intentos” necesarios para conseguirlo.

Para hacer estos cálculos se emplean unos chips llamados ASIC (circuitos integrados de aplicación específica) que sólo saben calcular hashes a toda velocidad y lo hacen 24 horas 7 días a la semana, consumiendo una cantidad de energía muy grande, pues con el tamaño de un ordenador normal, estos equipos suelen consumir hoy en día en el entorno de los 2kw-3kw luego el coste energético de una operación de minería es muy significativo.

La minería es muy interesante porque permite consumir electricidad sin necesidad de las tradicionales capas de transporte, distribución ni comercialización por lo que durante el último lustro, los mineros han perseguido las fuentes de electricidad más baratas allí donde se generen. Los precios más baratos suelen ser aquellos de fuentes tradicionalmente desperdiciadas o infrautilizadas, desde hidráulicas en países con mucha agua, solar o eólica y geotérmica o incluso usando generadores con el gas que ya se desprende en plataformas petrolíferas (habitualmente quemado o peor, venteado) o también desde el metano en granjas, plantas de gestión de residuos, etc…

Es decir, dado que los mineros quieren ganar dinero, buscan la electricidad más barata, que es a su vez la desperdiciada y lo habitual es desperdiciar la que no tiene coste variable, que a su vez suelen ser no contaminantes. En definitiva, es muy poco probable que la minería hoy en día contamine significativamente, a pesar de que en mis estimaciones en este año 2019 ha alcanzado alrededor de los 100TWh, pues contaminar con minería de Bitcoin implica muy probablemente estar perdiendo dinero.

La comoditización de estos equipos

Durante los primeros 11 años de Bitcoin se ha dado una auténtica carrera competitiva por conseguir los equipos más eficientes, es decir, que consiguiesen la mayor cantidad de hashes consumiendo la menor cantidad de energía. Aquel que lo conseguía era capaz de cobrar un sobreprecio, haciendo que el coste de capital (su amortización) de invertir en estos equipos, constituyese con el coste energético, el coste más importante de una operación de minería.

Pero como suele ocurrir en electrónica, estamos viviendo una auténtica comoditización con la que los fabricantes lanzan al mercado equipos que suponen cada vez una mejora menor en términos de eficiencia. Esto significa que los equipos son cada vez más baratos y es mucho más difícil diferenciar un fabricante de otro por la eficiencia de estos. El impacto que esto está empezando a suponer es precios más baratos para el minero y que por lo tanto el capex de su operación, o su coste de capital sea cada vez menor.

Lo importante de esta consideración es que cuando el capex era un coste importante, apagar un equipo era siempre ruinoso porque la amortización de este se “comía” tu rentabilidad. Esto hacía imposible usar la solar o eólica debido a su intermitencia. Ahora esto cambia por completo y cada vez irá a más, pues el capex supone un coste menor y es el energético (opex) el único verdaderamente importante. En determinados casos, este profundo cambio en los “economics” de la minería, hace que parar equipos pueda ser rentable (interrumpibilidad) y que cada vez pueda serlo más.

La solución

Dado que estamos viviendo una auténtica inundación de instalaciones renovables en muchos países y que esto supondrá precios mayoristas próximos a cero y la posible ruina en la inversión de muchas de estas instalaciones, así como una probable saturación de diversos nodos en las redes de transporte, varias start-ups americanas del sector de Bitcoin están trabajando en instalar grandes containers llenos de máquinas de minar en instalaciones renovables. Las máquinas de minar se controlan remotamente como cualquier otro equipo servidor, luego se pueden no sólo apagar y encender, sino incrementar o disminuir el consumo para ajustarlo a las condiciones meteorológicas.

La idea de estas start-ups es hacer las renovables más gestionables a gran escala y dar una rentabilidad adicional a todas estas instalaciones que verán sus rentabilidades mermadas a medida que tengamos con más frecuencia precios mayoristas próximos a cero.

Hablo de start-ups con bolsillos gigantescos que con un container standard instalan 2,5 MW de consumo en tu parque renovable y tienen planes para instalar bastantes GW en cada uno de varios países de nuestro entorno.

Pero la idea es también adecuar este consumo a las condiciones meteorológicas para aumentarlo cuando la generación sea más alta y disminuirlo cuando sea más baja, permitiendo así una auténtica gestionabilidad de las renovables ayudando a su integración en la red, haciéndolas más rentables y promoviendo así su desarrollo.

Espero con este artículo desterrar el simplista y estático análisis de que la minería contamina y también arrojar un poco de luz sobre una nueva variable, el de la minería de Bitcoin, que creo que va a hacer esta transición energética que estamos viviendo todavía más interesante si cabe.

Adolfo Contreras es fundador de Dejaki Soluciones, una empresa de consultoría en materia de Bitcoin, Software y Ciberseguridad.

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Un comentario

  • Josep

    08/01/2020

    Hasta ahora, el Bitcoin y el Blockchain han hecho mucho más daño que bien al medio ambiente. Porque consumen una cantidad absurda de energía. Lo que llaman «prueba de trabajo» es consumo eléctrico. Cuanta más electricidad consumes, más considera la red que te has esforzado, y te premia por ello.

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