Los mercados emergentes fuera de China necesitan más que duplicar su inversión anual en transición energética para estar en camino de alcanzar emisiones netas cero para 2050
BloombergNEF estima que estas economías de ingresos bajos y medios necesitarán 69 billones de dólares en las próximas décadas, que se distribuirán entre todo tipo de energía, desde solar y eólica hasta vehículos eléctricos. Esto equivale a 2,6 billones de dólares por año, en promedio, entre ahora y mediados de siglo.
Es un avance significativo respecto del promedio de 1 billón de dólares por año observado desde 2020, pero solo un 10% más de lo que se podría gastar si la economía por sí sola impulsara la evolución del sistema energético y no hubiera un nuevo apoyo político.
Si se incluye a China en el panorama, BNEF considera que el país necesitará 1,7 billones de dólares de inversión energética anual hasta 2050 en una trayectoria de cero emisiones netas, lo que representa un aumento de alrededor del 50% en comparación con los últimos cuatro años. Este escenario de cero emisiones netas representa una trayectoria creíble hacia emisiones netas cero a nivel mundial para mediados de siglo y limita el calentamiento planetario a 1,75 °C por encima de los niveles preindustriales.
En el marco de una estrategia de cero emisiones netas, las tecnologías con bajas emisiones de carbono invierten la balanza y atraen una proporción mucho mayor de la inversión que los combustibles fósiles en todos los mercados emergentes. Las soluciones ecológicas representan el 89% del total de China entre 2024 y 2050, frente al 23% de los últimos cuatro años. Las demás economías emergentes alcanzarán una proporción similar en las próximas décadas, pero aumentarán desde apenas el 5% que representaban históricamente, ya que estos mercados han sido más lentos a la hora de aumentar su inversión en transición energética.
Los vehículos eléctricos dominan el gasto del lado de la demanda
Alcanzar el objetivo de cero emisiones netas depende de una transformación de la flota de transporte por carretera: todas las geografías deben eliminar rápidamente las ventas de automóviles de gasolina y diésel y acelerar el cambio a vehículos eléctricos.
El escenario de cero emisiones netas prevé que las economías de ingresos bajos y medios fuera de China gasten 1,4 billones de dólares al año en sistemas de demanda energética, como automóviles y bombas de calor, hasta 2050. Se trata de un aumento sustancial respecto de los niveles históricos de 0,6 billones de dólares al año, debido en parte al crecimiento económico y demográfico, así como a la creciente adopción de vehículos de carretera.
Sin embargo, la inversión futura del lado de la demanda es un 10% menor que el promedio anual previsto en el caso base impulsado por la economía de BNEF. Esto se debe a que una vía de cero emisiones netas requiere una transición más rápida a los vehículos eléctricos, que son cada vez más baratos que los vehículos con motor de combustión interna. Esto reduce el gasto promedio general en transporte por carretera.
En cambio, el gasto del lado de la demanda es mayor en China en el escenario de cero emisiones netas que en el caso base, lo que refleja lo que ocurre en varias economías de altos ingresos. Esto refleja el hecho de que será necesario desmantelar algunos vehículos convencionales antes del final de su vida útil para acelerar la descarbonización de las flotas existentes.
Las energías renovables y las redes eléctricas en el punto de mira desde el lado de la oferta
Los mercados emergentes fuera de China deberán satisfacer la creciente demanda de energía gracias al crecimiento económico y demográfico y a la ampliación del acceso a la energía. Estas economías invierten 1,2 billones de dólares al año, en promedio, en el lado de la oferta del sistema energético en el escenario de cero emisiones netas.
Se observa un aumento notable en la cantidad de capital invertido en energías renovables y en la red eléctrica: el promedio anual de 0,6 billones de dólares hasta 2050 es cinco veces mayor que los niveles históricos.
En el lado de la oferta, China no ve tantos cambios entre el pasado y el futuro. Ya ha comenzado a aumentar su inversión en transición energética y su demanda de energía no parece que vaya a aumentar significativamente en la próxima década. No obstante, el país todavía necesita dirigir más inversiones a soluciones bajas en carbono para estar en camino de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas. Esto supone alrededor de 0,6 billones de dólares, en promedio, entre ahora y mediados de siglo, y la mitad de esa cantidad se destinará a energías renovables y redes eléctricas.
Tanto China como los demás mercados emergentes prevén a partir de este año una inversión casi nula en el lado de la oferta de procesos de combustibles fósiles y energía sin captura y almacenamiento de carbono, en el marco de una estrategia de cero emisiones netas. Una pequeña suma se destina a plantas de gas para consumo máximo, que aportan flexibilidad a la combinación eléctrica. Aún se necesita inversión en el suministro de combustibles fósiles en otros sectores, especialmente aquellos que son tecnológicamente más difíciles y costosos de descarbonizar.
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