Petróleo & Gas

El gas renovable, imprescindible para alcanzar los objetivos de descarbonización en Europa

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En la actualidad, sólo alrededor del 4% del gas que se consume en la UE es renovable, sin embargo se presenta como la alternativa renovable para el sector gasista. De hecho, la gran mayoría de los países comunitarios le dan un amplio protagonismo en sus Planes Nacionales de Energía y Clima.

En concreto, 17 PNIECs reconocen la necesidad del uso de gas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, pero 19 países mencionan el biogás y el biometano para su uso en calefacción, transporte y generación de energía y 21 destacan el hidrógeno y su importancia creciente en el futuro.

En el caso de España, el hidrógeno supondrá una parte significativa de la solución para incrementar las renovables y descarbonizar la industria. Según el PNIEC, "el Gobierno fomentará, mediante la aprobación de planes específicos, la penetración del gas renovable, incluyendo el biometano, el hidrógeno y otros combustibles en cuya fabricación se hayan usado exclusivamente materias primas y energía de origen renovable", también tiene un capítulo especial para el transporte, donde dice que se fomentará "el desarrollo de biocarburantes avanzados obtenidos de manera sostenible a partir de materias primas renovables, el hidrógeno o derivados del mismo".

Las ambiciones de los estados miembros podrían extender el uso del gas renovable y descarbonizado, pero es necesario que desde Bruselas se aprueben unos objetivos vinculantes para estos y en función de los objetivos existentes de energía renovable de la UE, según fuentes del sector.

Pero  ¿qué tiene el gas renovable para que pueda ayudar a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones contaminantes? "El gas natural solo tiene un átomo de carbono por eso contamina menos, es natural, lo que significa que no necesita pasar por una refinería para su uso, y además, en caso de fuga, se difumina rápidamente", explican fuentes del sector a este diario, "pero ahora están apareciendo alternativas muy parecidas al gas natural, los que se conocen como Power-to-Gas que son aún más sostenibles".

Se trata del biogás, el biometano, el hidrógeno y el metano sintético a partir del hidrógeno.

En el primer caso, el biogás (50% CH4, 50% CO2) se consigue de los residuos orgánicos, tiene menos cantidad de metano que el gas natural, y por tanto es más pobre desde el punto de vista calorífico pero no se puede mezclar con otros gases. Para ello, es necesario enriquecerlo mediante un proceso industrial y convertirlo en biometano (90%CH4). La industria denomina a estos procesos power-to-gas o P2G.

El hidrógeno (H2) es el gas más renovable de todos, sobre todo cuando la generación es renovable y el excedente se transforma en gas, pero tiene algunas complicaciones. Pese a que se puede mezclar con gas natural, si se aumenta la proporción de 90% (gas natural) - 10% (hidrógeno) "puede ser muy peligroso quemarlo", añaden las fuentes. Por eso, "hay que metanizarlo mediante una reacción con CO2".

En el caso del hidrógeno aunque puede ser canalizado pero tiene otra finalidad más plausible. Se puede utilizar directamente como combustible de transporte. Esta es potencialmente una de sus aplicaciones de mayor valor, según el informe de The Oxford Institute for Energy Studies, "Power-to-Gas: Linking Electricity and Gas in a Decarbonising World?". Para los vehículos ligeros y de corto alcance, competirá con los vehículos eléctricos, por lo que es menos probable que tengan un papel importante.

En cualquier caso, por el momento solo el biogás tiene un precio del €/MWh por debajo del precio del gas natural (referencia TTF, el hub de gas holandés). El biometano le supera por poco, pero el hidrógeno (Power to hydrogen) y el metano de hidrógeno (Power to Methane) se disparan en los costes.

A primera vista, las decisiones tomadas por Alemania, el Reino Unido, Italia, España y otros países europeos para eliminar o reducir drásticamente el consumo de carbón, ya que buscan reducir las emisiones de carbono, son buenas noticias para el gas. Este último ofrece una fuente alternativa fácilmente disponible de energía no intermitente con aproximadamente la mitad de las emisiones de carbón, dependiendo de la tecnología utilizada.

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