Endesa Chile se halla inmersa en pleno proceso de prueba de equipos de las centrales Bocamina I y II, lo que le permitiría poner en operación el complejo termoeléctrico, hoy paralizado, en las próximas semanas.
La vuelta de las centrales a plena operación, cuya primera unidad se encuentra paralizada desde septiembre de 2014 y la segunda desde diciembre de 2013, por cuestionamientos ambientales, ha sido una de las prioridades de la generadora desde que éstas fueron paralizadas, y se acentuaron con la llegada de Valter Moro a la gerencia general, en octubre del año pasado.
El mandato en Endesa ha sido claro, y más que avanzar en nuevos proyectos termoeléctricos -como el caso de Punta Alcalde, cuyo desarrollo fue paralizado- los esfuerzos se han orientado a viabilizar las centrales ya construidas, dado su impacto en los resultados de la empresa.
En el primer trimestre del año, la generación en base a carbón de Endesa cayó 44% respecto del mismo periodo de 2014, pasando del 11% al 6% del total.
El aporte del complejo Bocamina es my importante para Endesa, pues los 478 MW de capacidad instalada que suman ambas unidades representan el 17% de la capacidad térmica total de la eléctrica y cerca del 8% de los más de 6.300 MW instalados en todo el país.
El proceso
A fines de abril y luego de las mejoras ambientales realizadas en Bocamina I, Endesa inició las pruebas técnicas para la puesta en marcha de la central, las cuales habrían finalizado a mediados de mayo, y fueron coordinadas con la autoridad y las comunidades adyacentes para evitar conflictos. Según datos del Cdec-SIC, la central ya está generando energía, aunque de manera limitada.
Asimismo, y luego de obtener la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto de optimización de la Segunda Unidad a mediados de marzo, la firma introdujo una serie de mejoras en la central, como la instalación de filtros de tecnología avanzada en la succión de agua para el sistema de enfriamiento, para minimizar el ingreso de organismos hidrobiológicos a la central; la cobertura de los campos de acopio de carbón, para evitar que el polvo en dispersión afecte a las comunidades cercanas; un plan de monitoreo en línea de las emisiones, para lo cual se instalará una cuarta estación de monitoreo, entre otras medidas.
En la firma sostienen que las inversiones realizadas por Endesa para poner en marcha el complejo, y que alcanzan a unos 170 millones de d´lares, llevarán a las centrales a tener los "estándares más altos de operación" que cualquier unidad termoeléctrica en funcionamiento en el país.
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