Diversos estudios demuestran que el desarrollo de la red de puntos de carga es determinante para la expansión del vehículo eléctrico. Un aspecto en el que **España se encuentra a la cola de Europa, con 3,8 puntos de carga por cada 100.000 habitantes. El ranking europeo está liderado por Noruega con 175 puntos, Países Bajos con 173,6 puntos, Suecia, con 36,2 puntos, Francia con 24,2 puntos y Alemania con 22 puntos. **
Esa elevada dotación de infraestructura de los tres primeros países europeos, sumada a la concienciación medioambiental, menores costes de mantenimiento y ventajas fiscales añadidas, es la que explica su ventaja en la penetración del vehículo eléctrico, con un 36,7%, 2,7% y 5,2% del mercado, respectivamente.
Sin embargo, aunque en nuestro país ese porcentaje fue tan sólo del 0,6% en 2017, un reciente análisis de DBK apunta a que el despliegue de infraestructuras para la carga y la extensión de la autonomía de los próximos lanzamientos permitirán que el parque del motor eléctrico se multiplique por cinco en los próximos tres años hasta alcanzar las 116.800 unidades.
La situación en Madrid
En Madrid, hay unos 300 puntos de recarga privados para coches eléctricos y tan sólo 24 puntos públicos de recarga, gestionados por las empresas IBIL y GIC. De estos, 22 son de carga semi-rápida (tres horas para cargar) y dos de carga rápida (20 minutos). Para utilizarlos, es necesario adquirir la tarjeta (bien de prepago, bien de contrato) que facilitan las compañías y pagar en los postes (el coste medio por kW es de 40 céntimos en carga lenta y 50 en rápida).
Para los responsables de Revoolt, estos puntos de recarga públicos se quedan cortos ante la demanda actual y futura, por lo que aplauden la aprobación del Plan de Calidad del Aire que incluye la ampliación de la red de recarga eléctrica. “Somos conscientes de la gran inversión que supone una buena infraestructura para entidades públicas y privadas, pero eso no debe frenar el compromiso con la sostenibilidad. En países de nuestro entono se ha llegado a un excelente nivel de confort eléctrico gracias a soluciones imaginativas y a una normativa favorable”, dice Diego Salazar, director de Operaciones de Revoolt, start-up española especializada en soluciones ZeroCO2 para la logística de la última milla.
Los usuarios de vehículos eléctricos cuentan con puntos de recarga vinculados en su domicilio o empresa para su uso diario, y con puntos de recarga de oportunidad (en centros comerciales, hoteles, supermercados…), que pueden utilizar mientras realizan sus actividades. “Además, están los puntos de recarga públicos, dependientes generalmente de los ayuntamientos, escasos actualmente para las necesidades de las grandes ciudades y especialmente útiles para nuestro sector, el del reparto de mercancías, donde la autonomía de estos vehículos se suele quedar algo corta”, indica Salazar.
Recientemente, ocho de las ciudades más importantes y grandes de Europa, incluyendo Madrid, se han asociado con la Comisión Europea para poner en marcha FREVUE, “un proyecto que promueve la introducción de los vehículos eléctricos para el reparto de mercancías y soluciones innovadoras para la logística urbana, y en el que no se podrá avanzar si no se cuenta con las instalaciones de carga adecuadas”, concluye Salazar.
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