La carrera por construir turbinas cada vez más grandes está paralizando la cadena de suministro de la eólica marina, según la consultora global Roland Berger.
Europa ha elegido la eólica marina como pilar fundamental de su transición energética. El sector eólico marino se ha comprometido a aumentar su capacidad de 7 a 20 GW/año para alcanzar el objetivo de 120 GW en 2030. Sin embargo, estos objetivos están bajo presión, ya que la cadena de suministro de la energía eólica marina se encuentra actualmente en un punto muerto, según afirma Roland Berger en un nuevo informe.
Bram Albers, socio de Roland Berger, dijo: “El sector eólico marino debe triplicar su capacidad. Ahora es el momento de sentar las bases de una cadena de suministro sólida y preparada para el futuro, que garantice un coste competitivo de la electricidad y la continuidad de la actividad industrial en Europa”.
Turbinas cada vez más grandes
El informe advertía de que, mientras los gobiernos organizan licitaciones competitivas para los parques eólicos, lo que aumenta la presión sobre los costes, los promotores de proyectos suelen optar por las turbinas más grandes para ahorrar dinero. Esto significa que los fabricantes de turbinas están inmersos en una carrera por desarrollar turbinas cada vez más grandes para aumentar su cuota de mercado.
Antes, este planteamiento se traducía en menores costes, ya que las turbinas más grandes necesitan menos unidades para generar la misma cantidad de energía. Sin embargo, según Roland Berger, el tamaño actual de estas turbinas hace que su aumento suponga una ventaja de costes relativamente pequeña.
El informe advierte de que esta “carrera de ratas” hacia modelos de turbinas más grandes ha tenido el efecto contrario: la cadena de suministro de componentes, como cajas de engranajes y cimientos, carece de claridad sobre el tamaño futuro de las turbinas, lo que provoca dudas a la hora de invertir en nuevas fábricas.
Según el informe, los contratistas responsables de la instalación de las turbinas tampoco tienen claro el tamaño de sus grúas, lo que les disuade de encargar nuevas naves. Mientras tanto, los puertos necesitan saber a qué profundidad construir sus muelles.
Todo ello provoca importantes retrasos en el despliegue de la energía eólica marina y aumentos sustanciales de los precios debido a la escasez en la cadena de suministro, advertía el informe.
El sector lleva varios años debatiendo el establecimiento de una norma para las turbinas. La asociación holandesa de energía eólica, NedZero, propone fijar una altura máxima para las turbinas, pero hasta la fecha no se ha aplicado ninguna norma.
En palabras de Maarten de Vries, asociado principal de Roland Berger, “para detener la carrera de ratas cada vez más infructuosa hacia turbinas más grandes, necesitamos establecer una norma industrial para el tamaño de las turbinas, y hacerlo durante el tiempo suficiente para que la industria eólica marina europea pueda construir la cadena de suministro robusta e industrializada que necesita. Además, es importante que la industria desarrolle colectivamente una hoja de ruta para la transición a turbinas aún mayores o más inteligentes. Sólo con esta hoja de ruta para la innovación de las turbinas eólicas marinas podrá la industria prolongar su competitividad global en el futuro. Sólo entonces podrá Europa lograr su transición energética de manera oportuna y rentable”.
Piloto
24/11/2024