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Óscar Barrero.
Óscar Barrero.

Tradicionalmente, las empresas del sector eléctrico se han focalizado en la gestión a largo plazo de activos, a la vez que tenían que saber adaptarse a los sucesivos cambios normativos que ha experimentado este sector en los últimos tiempos. Sin embargo, actualmente, nos encontramos en un momento de cambio. Un momento en el que la descarbonización de la economía, la descentralización de la generación, la creciente preocupación de la sociedad por el cambio climático y la aparición de nueva tecnología, como parte fundamental de la digitalización de las operaciones de las organizaciones, se han convertido en los desafíos a los que se están enfrentando las compañías eléctricas. Estas cuatro cuestiones se han convertido en los_ drivers_ que están provocando que las empresas del sector eléctrico estén pisando el acelerador para conseguir la transformación digital tanto del propio sector como de ellas mismas.

La industria eléctrica se enfrenta a un cambio de paradigma en el que las empresas deben determinar cómo van a competir en el futuro. Un futuro cada vez más competitivo y con un cliente cada vez más informado y exigente; para lo cual deben apostar por la digitalización de sus sistemas y sus procesos internos. En esta línea, las grandes compañías eléctricas llevan ya tiempo invirtiendo en el desarrollo de nuevos servicios de valor añadido para sus clientes dentro del ámbito de la movilidad eléctrica, los hogares inteligentes o el almacenamiento de energía. El lanzamiento de estos servicios al mercado demuestra que es un sector que está concienciado con la importancia que tiene la digitalización y el desarrollo de nuevas tecnologías a la hora de ofrecer soluciones que respondan, cada vez más, a las necesidades cambiantes que están surgiendo a sus clientes.

El uso de las nuevas tecnologías es la herramienta interna que tienen las compañías eléctricas para poder aprovechar las oportunidades y solventar los riesgos de los nuevos retos que implica la descarbonización y transformar, de este modo, el sector empezando desde dentro. Sin embargo, ¿están realmente las eléctricas apostando por la digitalización de sus operaciones? Según datos de nuestro informe _“2019 Digital Operations Survey for Energy” _de Strategy&, la consultoría estratégica de PwC, aunque se observa una clara evolución positiva, a día de hoy tan solo un 2% de las compañías eléctricas de Europa, Oriente Medio y África podrían ser consideradas como líderes en digitalización, mientras que, en torno a un 45% podrían ser consideradas todavía como novatas digitales.

Es decir, la gran parte de las compañías eléctricas se encuentran en el punto de partida del largo camino que supone la revolución digital de sus operaciones. Aquellas que ya han emprendido este camino del uso de las nuevas tecnologías en la organización y, que se están convirtiendo en referencia para el resto, lo están aplicando ya en la mayoría de sus áreas corporativas y de soporte, a la vez que están empezando a aplicar novedades digitales en sus áreas core, como, por ejemplo, en todas las áreas relacionadas con la gestión del cliente a lo largo de toda su vida en la compañía. Esto demuestra, que las compañías del sector eléctrico ya se han dado cuenta de que aplicar la tecnología en las áreas principales de su negocio les aporta un mayor retorno económico y un mayor valor añadido, tanto a la organización como a sus clientes.

Además, las compañías eléctricas están empezando a poner en marcha cada vez más proyectos enfocados a desarrollar las tecnologías más punteras como el_ blockchain_, la impresión en 3D o la realidad virtual, aparte de llevar ya tiempo desarrollando proyectos de implantación de tecnologías más básicas como el data analytics o el cloud computing.

Claramente, el miedo al fracaso es uno de los motivos principales que está frenando el desarrollo de iniciativas de digitalización en las compañías eléctricas ante la posibilidad de que el resultado no sea el esperado. En este sentido, existen bases que se deben seguir, con el objetivo de evitar cualquier contingencia y conseguir una efectiva implantación de metodologías de digitalización para áreas clave dentro del sector eléctrico.

Para comenzar, será necesario saber cómo encajará lo digital en el posicionamiento competitivo del negocio. En lugar de teorizar, se deberán comprender sus posibles implicaciones, así como las líneas de actuación a seguir para hacer realidad su inclusión. También será necesario definir las tres o cuatro áreas donde sea esencial digitalizar, y concentrar todos los esfuerzos en ellas, teniendo como objetivo ir actualizándolas de manera frecuente en el largo plazo. En definitiva, solo aquellas organizaciones que analicen el potencial y los puntos débiles de su compañía serán capaces de aprovechar el poder que les ofrece la digitalización.

No es sencillo para cualquier empresa materializar cambios en su estrategia, pero si las compañías eléctricas quieren aprovechar las oportunidades que se les plantea en este nuevo modelo energético basado en la transición energética y en la descarbonización, deben seguir apostando por las nuevas tecnologías y no desaprovechar las capacidades y el valor añadido que la digitalización puede aportar a su organización y a sus clientes.

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