Ya sabemos que la inmensidad de China supera cualquier registro que podamos pensar pero si hablamos de vehículos, ¿puede sostenerse su industria? Decimos esto porque el gobierno del gigante asiático sigue subvencionando a sus fabricantes para que produzcan cada vez más y más vehículos, una dinámica que no solo choca con la manera de pensar sociopolítica que les ha definido durante toda la historia, sino también con su propia capacidad de darles salida.
Durante el pasado año se contabilizaron un total de 123 marcas de coches, con la capacidad para producir un total de 40 millones de unidades al año. Sin embargo, los últimos registros de matriculaciones de China confirman que estamos hablando de un mercado que asciende a 22 millones de compras. Un problema de oferta que no hace sino obstaculizar los planes de los fabricantes más establecidos como de aquellas start-ups que buscan impulsar nuevas tecnologías.
Centrado en la electrificación
Pero ahí no está la única cuestión ya que según informa el _Wall Street Journal, _cada una de esas 123 marcas ofreció al menos un modelo 100% eléctrico. Ello implica que las líneas de montaje pensadas para construir vehículos de combustión interna están trabajando para lanzar al mercado modelos que gozan de menos popularidad. De hecho, hay algunas marcas que desaparecieron hace unos años que están volviendo a ser rescatadas por grupos inversores para lanzar modelos cero emisiones. Una constante que no ha hecho sino desembocar en una feroz guerra de precios.
Y dentro de su afán de explorar nuevos mercados, entre 2020 y 2023 las exportaciones de coches chinos se quintuplicaron, si bien el destino de la gran mayoría fue inicialmente en Rusia tras el bloque de otras regiones como Norteamérica y Europa al país liderado por Vladimir Putin. Los mismos que con el paso del tiempo han empezado a mostrarse reacios a esta avalancha de coches ‘made in China’ hasta el punto de que en EEUU se está pensando en ampliar los aranceles para proteger el producto local, mientras que la Comisión Europea ha iniciado una investigación para determinar las subvenciones a estos modelos eléctricos. Porque aquí es donde reside el quid de la cuestión: ¿por qué sigue el Gobierno subvencionando marcas que no son siquiera rentable? De hecho en 2023 cuatro de esos 123 fabricantes aglutinaron ellos solos 400.000 ventas de coches eléctricos y que, como estás pensando, además de BYD y Tesla son Aion y Wuling. Sin embargo, pese a que algunos miembros del ejecutivo han pedido que se consolide la industria, de momento parece que no hay intención alguna de frenar esta situación porque prevalece el pensamiento de expansión.
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