El día está próximo. Tras las reiteradas quejas por parte del sector automovilístico (encabezadas tanto por ACEA como por fabricantes e incluso algunos Ejecutivos) a la Comisión Europea tras la entrada en vigor el pasado 1 de enero de la normativa CAFE 2025 de emisiones y ante las que Ursula von der Leyen ya anticipó unas posibles negociaciones, parece que una flexibilización está cada vez más cerca. Así lo adelantó recientemente Peter Liese, legislador principal para cuestiones ambientales del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo al asegurar que “si no se cumplen los objetivos en 2025, se puede compensar superándolos en 2026 y 2027”, confirmando que “espera que haya medidas a corto plazo que nos permitan mantener los objetivos pero ser flexibles en las sanciones”.
Y es que como decimos, la propia Comisión Europea está en conversaciones con la industria automotriz para abordar los futuros desafíos a los que se enfrentan, con la intención de presentar un plan de acción durante el mes de marzo. El mismo en el que se podría incluir un cambio legislativo para que los fabricantes de automóviles tengan más flexibilidad a la hora de cumplir con las normas de contaminación.
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