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Las cinco mejores formas de reducir la contaminación en las ciudades en este momento

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2017 ha sido un año excepcional para las ciudades en la lucha contra el cambio climático. Cientos de ciudades se han comprometido a cumplir los términos del acuerdo del clima de París. Pero los planes y promesas son una cosa y la acción, otra completamente diferente. Y aunque no está del todo claro cómo las ciudades podrían alcanzar estos objetivos de una forma rápida y económica, el Rocky Mountain Institute, grupo de expertos en energía limpia, ha publicado un informe en el que propone 22 formas que podrían ayudar a llevar ese objetivo a buen puerto y que se recogen en el siguiente gráfico.

"Las ciudades ya no deberían centrarse en hacer planes primero y luego tomar medidas. No tenemos tiempo para eso", dijo Jacob Corvidae, un gerente del Rocky Mountain Institute y coautor del informe. "Los compromisos están muy bien, pero hay que pasar a la acción. Las ciudades deben actuar ya".

El informe analiza las ciudades que han logrado grandes avances en la reducción de la contaminación por carbono y destaca las políticas que hicieron posibles esos éxitos, centrándose en medidas que son fáciles de poner en marcha y que tendrán un gran impacto de inmediato.

El informe recoge algunas de las medidas más habituales, como los proyectos solares municipales, farolas LED, etc., pero también examina varias políticas de alto impacto que normalmente no reciben mucha atención por parte de los ayuntamientos. Corvidae se concentró en cinco medidas de ese tipo que reducirían rápidamente la contaminación por carbono y mejorarían la calidad de vida.

1. Edificios de energía neta nula

Un gran paso que las ciudades pueden dar es exigir que todos los edificios nuevos produzcan más energía de la que consumen.

Las empresas constructoras podrían lograr esta hazaña equipando edificios nuevos con tecnologías que reducen el uso de energía: luces de bajo consumo, calefacción y aire acondicionado con ahorro de energía, ventanas de doble cristal, así como tecnologías que generan y almacenan energía, paneles solares y baterías de ion-litio, por ejemplo.

"Ya es rentable en muchos lugares hacer que los edificios, especialmente los residenciales, la energía neta cero esté lista o, si las condiciones solares son buenas, convertirlas en energía neta cero ahora", dijo Corvidae.

2. Centros de ciudades sin automóviles

En lo que respecta al transporte con bajas emisiones de carbono, **las políticas más importantes para la mayoría de los líderes urbanos se centran sobre todo en autobuses eléctricos, estaciones de carga para vehículos eléctricos y redes de transporte público más extensas.**Pero, según los autores del informe, hay algo que las ciudades pueden hacer que es igual de efectivo y mucho más fácil que esas medidas: prohibir la circulación de automóviles en el centro de las ciudades.

Los centros urbanos a menudo están densamente construidos y, por tanto, muy accesibles. Cuando las ciudades limitan el número de automóviles y camiones permitidos en los centros de las ciudades, obliga a los conductores potenciales a compartir el viaje, tomar el autobús o caminar, reduciendo la contaminación del aire.

El informe señala que, como beneficio adicional, los comercios ubicados a lo largo de las calles sin coches tienden a ver cómo aumentan sus ingresos a medida que crece el tráfico peatonal. "Las ciudades deberían estar haciendo esto porque las convertirá en una mejor ciudad".

3. Casas totalmente eléctricas

Las ciudades tienen mucha libertad a la hora de comprar energía, pudiendo optar por la electricidad a partir de la energía solar o la eólica en lugar del carbón o el gas, por ejemplo. Pero esa no es la única forma en la que las ciudades contaminan. Otra es la quema de gas natural para calentar las casas, encender las estufas o calentar el agua para cocinar y bañarse.

"Hay que asegurarse de que cuando las ciudades hagan nuevos desarrollos urbanísticos no construyan infraestructuras de combustibles fósiles, porque si lo hacen va a quedar obsoletas en muy poco tiempo”, dijo Corvidae.

Las ciudades pueden requerir que se construyan nuevos edificios residenciales sin infraestructura de gas natural, lo que significa que los propietarios usarán estufas eléctricas y calentadores de agua en lugar de los artefactos convencionales, que pueden tener escapes de gas y provocar incendios. Lo ideal sería que la electricidad utilizada para alimentar esos dispositivos enchufables proviniera de energía eólica, solar u otra forma de energía baja en carbono.

4. Fábricas eficientes

Nueva York ha establecido un estándar de eficiencia para motores eléctricos.

La industria puede ser una fuente importante de contaminación por carbono. Eso se debe en parte a que las fábricas usan motores eléctricos en sus equipos de fabricación. Esos motores usan mucha potencia, alrededor del 70 por ciento de la electricidad consumida por los sectores industrial y de servicios, según el informe.

Las ciudades pueden tener un gran impacto en el uso de la energía incentivando a los fabricantes a reemplazar los motores con uso intensivo de energía por modelos más eficientes, reduciendo la contaminación y reduciendo las facturas de energía.

"Estamos viendo una serie de cosas que las ciudades pueden hacer para ayudar a la industria en su región a abordar cuestiones como fabricar motores más eficientes", dijo Corvidae. "De esta manera se consigue un gran impacto con una intervención relativamente pequeña".

5. Desechos orgánicos

No es agradable, pero es esencial. Los desechos orgánicos como el papel, el cartón y los restos de comida son una fuente considerable de contaminación por carbono. Esto se debe a que cuando las cáscaras de plátano y los núcleos de manzana terminan en un vertedero, son engullidos por microorganismos que producen metano, un potente gas que atrapa el calor.

Según recoge el informe, las ciudades pueden reducir la contaminación por carbono mediante el compostaje de desechos orgánicos, convirtiendo los alimentos no consumidos en un fertilizante. También podrían separar los desechos orgánicos y quemar el metano producido para generar energía.

Los funcionarios pueden encontrar ejemplos de esta y otras políticas, que pueden usarse como punto de partida para elaborar nuevos planes, ordenanzas y códigos de construcción. Corvidae ve las ciudades como una mezcla heterogénea de políticas climáticas inteligentes, y está ansioso por presentar lo que funciona. "Sobre el terreno, la gente reconoce que el cambio climático es una realidad. No todos, pero sí la mayoría de la gente ", dijo Corvidae. "Creo que es hermoso que la gente se dé cuenta de que la solución no le corresponde a los demás, sino que depende de nosotros".

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