Bufff....resoplan en Cantabria, Madrid y los centros españoles donde opera la eléctrica E.ON. La llegada de Macquarie ha sido como un soplo de aire fresco, "la mejor de las soluciones", dice un portavoz de los trabajadores de la compañía.
La preocupación e inquietud de una empresa que está en un proceso de venta llega a ser de tal magnitud que los trabajadores solo querían una cosa, "que no fuese una empresa española porque entonces sí habría que preocuparse por el empleo".
Ahora con la llegada del fondo de inversión Macquarie los empleados esperan mantener su puesto de trabajo. Hay varias razones. Una de ellas es que Macquarie no tiene una estructura en España, "por lo que no hay duplicidades de puestos" como podría haber ocurrido si hubiese ganado Endesa, Gas Natural Fenosa u otras que entraron en la puja.
Otra de las razones es que a día de hoy, "la plantilla de E.ON España ya está bastante ajustada" por lo que tampoco tendría sentido realizar un expediente de regulación de empleo.
Además, el CEO de E.ON, el alemán Johannes Teyssen, está confiado en que Macquarie será un buen empleador para la actual plantilla de la eléctrica en España.
Hasta que Bruselas no apruebe definitivamente la operación, los trabajadores no se podrán reunir con Macquarie para afrontar el futuro de la compañía. Si finalmente el fondo de inversión opta por segregar la compañía por actividades, a lo mejor los trabajadores sufren algún cambio, pero en cuanto a mantener su puesto de trabajo están ahora más tranquilos. Han sido cuatro meses muy inquietos.
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