Un retraso de cinco años en la transición energética podría provocar un aumento de la temperatura media mundial de 3 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, según el último análisis de Wood Mackenzie: "Una transición energética retrasada".
El escenario de transición energética retrasada de Wood Mackenzie, que analizó el impacto que podría tener un retraso de cinco años en los esfuerzos mundiales de descarbonización, prevé que el gasto medio anual se reduzca a 1,7 billones de dólares. Esta cifra es un 55% inferior a la del escenario neto cero 2050 de Wood Mackenzie, que traza lo que se necesita para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
En términos de inversión total, una transición retrasada podría costar hasta 48 billones de dólares, un descenso significativo respecto al escenario neto cero de Wood Mackenzie, que estima un total de 75 billones de dólares. El CAPEX del sector del petróleo y el gas se eleva al 31%, ya que se espera que el gasto del sector energético se mantenga en su nivel actual del 60%, en una transición retrasada. El gasto podría caer por debajo del 10% en el escenario cero neto si el sector energético se lleva el 80% del gasto total.
En cuanto a los sectores metalúrgico y minero, el CAPEX es el más resistente y se mantiene en torno al 6% del total en todos los escenarios. En cambio, a pesar de su papel clave en la transición energética global, la inversión en hidrógeno y carbono, captura, utilización y almacenamiento (CCUS) desciende al 2%, frente al 8% en el escenario cero neto de Wood Mackenzie.
"Con la mitad de la población mundial acudiendo a las urnas en 2024, las realidades políticas y el escepticismo climático en los principales países emisores, como EE.UU. y Europa, podrían reducir el apoyo a la transición, ya que los votantes buscan seguridad económica y estabilidad de precios", afirma Prakash Sharma, vicepresidente de Escenarios y Tecnologías de Wood Mackenzie, y autor del informe.
"El balance global de la COP28 en diciembre de 2023 también confirmó que ningún país importante estaba en camino de cumplir los compromisos alineados con París y que eran necesarias fuertes medidas políticas e inversiones de capital para acelerar la transición. De hecho, Europa y el Reino Unido ya han retrasado sus objetivos climáticos para 2030 y es posible que otros países sigan su ejemplo", añadió Sharma.
Según el escenario, se espera que las emisiones alcancen su punto máximo en 2032 y que el presupuesto de carbono restante para un mundo de 1,5 ˚C se agote en 2027, lo que debilitará aún más la capacidad de los países para cumplir a tiempo los objetivos del Acuerdo de París para 2050.
La electrificación impulsada por las energías renovables parece cada vez más difícil, en el escenario retrasado de Wood Mackenzie. La energía solar y la eólica dominan los mercados eléctricos a largo plazo, pero las incorporaciones a corto plazo se ven frenadas por los cuellos de botella en la transmisión. El incesante suministro térmico proporciona gran parte de la generación flexible para equilibrar las redes eléctricas.
Los tipos de interés más altos y los cuellos de botella en la cadena de suministro han elevado los costes de las energías renovables entre un 10% y un 20% en los últimos años. Los elevados costes de las energías renovables retrasarán aún más el descenso de los costes del hidrógeno bajo en carbono, reduciendo la demanda a 100 millones de toneladas (Mt) en 2050, casi un 50% menos que en el caso base.
Una transición más lenta significa que las tecnologías de captura y eliminación de carbono tendrían que desempeñar un papel preponderante para restablecer el equilibrio de carbono y alcanzar los objetivos climáticos a largo plazo. El consumo de CCUS alcanza 225 Mt en 2030 en el escenario de transición retardada de Wood Mackenzie y sigue aumentando a medida que se amplían los incentivos políticos y se construye la infraestructura de almacenamiento.
En el escenario de transición retardada, la demanda de petróleo alcanza un máximo de 114 millones de barriles diarios (mb/d) en 2033, casi 6 mb/d más que en el caso base debido a una adopción más lenta de los vehículos eléctricos (VE) fuera de China. La demanda de gas alcanza un máximo de 4.536 billones de metros cúbicos de gas natural (bcm) en 2045, casi 100 bcm más que en el caso base. Mientras tanto, la demanda de carbón cae lentamente, manteniendo una trayectoria un 3% superior a la del caso base en esta década.
"El descenso de las energías renovables y de la producción de hidrógeno crea margen para un crecimiento adicional de la demanda de gas, pero la resistencia del carbón limita el recorrido al alza. Los mercados de materias primas parecen más tensos y volátiles durante más tiempo, a menos que repunten las inversiones en suministro", afirmó Sharma.
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David B
03/05/2024