Los fabricantes automovilísticos europeos están presionando a través de los órganos ejecutivos de la Unión Europea para que la Comisión que dirige la alemana Úrsula von der Leyen retrase dos años los objetivos de emisiones contaminantes de 2025 para el sector.
La actual normativa comunitaria tiene como objetivo que el parque móvil emita unos 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro y vehículo lo que obligaría a los fabricantes a detener la producción de unos dos millones de vehículos o exponerse a multas que podrían alcanzar los 13.000 millones de euros en el caso del segmento de turismos, según las estimaciones de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus sigas en inglés) al que ha tenido acceso la agencia Bloomberg y que recoge Europa Press.
En este sentido, los fabricantes de vehículos comerciales también podrían enfrentarse al pago de hasta 3.000 millones de euros adicionales por no alcanzar los objetivos climáticos, según alertaba esta semana el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, quien ha advertido de que algunos fabricantes --entre ellos Volkswagen-- podrían incurrir en multas por no ser capaces de avanzar al ritmo que piden las autoridades públicas en la transición hacia el vehículo eléctrico.
La reducción de las emisiones de la automoción
"La UE atraviesa una crisis provocada por la baja demanda de vehículos eléctricos por parte de los consumidores y la competencia desleal de los fabricantes de vehículos eléctricos de terceros países, lo que significa que la industria de la UE no podrá cumplir estos objetivos de reducción", alerta la organización para añadir que la industria "no tendrá más remedio" que reducir "significativamente" la producción, lo que "pone en peligro millones de puestos de trabajo, perjudica a los consumidores e incide negativamente en la competitividad" del bloque comunitario.
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