El porcentaje de población española que se considera activamente implicada en la lucha contra el cambio climático apenas supera el 37% de acuerdo con el primer estudio realizado por la entidad de banca ética Triodos Bank sobre ‘Conductas sostenibles de la población española’, que analiza el grado de conocimiento, hábitos e implicación de la sociedad en materia de sostenibilidad en ámbitos como la movilidad, el consumo, el ahorro energético o el bienestar personal, entre otros.
En este sentido, y según se desprende del Estudio, las generaciones de personas más mayores son las más implicadas con el cambio climático, con un 44,7% de personas mayores de 65 años que así lo afirman, frente al 34,8% de las más jóvenes, entre 18 y 25 años. Sin embargo, la Generación Z no es la menos concienciada y sorprende que solo el 34,3% de la Generación X – entre 41 y 55 años – se considere activamente implicada en la lucha contra la crisis climática. Según la encuesta, un 62,9% de las personas consultadas no tienen previsto participar activamente en acciones contra la crisis medioambiental.
La crisis climática
El cambio climático y sus consecuencias son considerados los mayores retos para la humanidad en el siglo XXI. En concreto, según European Environment Agency de Copenhague, España es uno de los países de la UE en los que se espera mayor impacto del cambio climático. No obstante, las emisiones brutas de gases de efecto invernadero (GEI) nacionales siguen lejos de reducirse y alcanzaron 294.201 kilotoneladas de CO2-eq en 2024, según los últimos datos públicos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La gravedad de la emergencia climática ha pasado de gozar de cierto consenso a convertirse en otro tema de controversia política y disputa ideológica.
En esa línea, al preguntar si se tiene conciencia ambiental, es decir, la convicción de que los recursos naturales deben protegerse y usarse racionalmente en beneficio del presente y el futuro de la humanidad, los datos del Estudio reflejan que aunque un 87,8% de las personas encuestadas respondió afirmativamente, solo un 45,4% confirma que tiene una alta convicción ambiental, que le importa y que influye en su bienestar personal, mientras que para un 42,4% no es algo que afecte a su bienestar diario y un 12,2% no muestra ningún tipo de concienciación por el cuidado y protección de los recursos naturales.
Galicia, Extremadura y Murcia son las comunidades con mayor implicación
Según los resultados del Estudio, la ciudadanía de Galicia es la que más importancia da a la crisis climática, con un 47,7% de personas consultadas que se consideran activamente implicadas en la preservación de los ecosistemas, quizás impulsadas por las cicatrices de las catástrofes medioambientales sufridas en la comunidad autónoma, como el hundimiento del Prestige o, recientemente, la marea de pellets. Le sigue Extremadura, con un 42,3% de personas encuestadas que afirman lo mismo, Murcia, con un 41%, y Canarias, con un 40,6%, las únicas 4 comunidades autónomas que están por encima del 40%. Por el contrario, Cantabria (29,2%), La Rioja (30,1%) y Asturias (30,2%) son las comunidades cuya ciudadanía manifiesta una menor implicación ambiental.
Más allá de la acción climática. Educación cívica y voluntariado
El bien común sitúa a la acción social en lo que se puede considerar el marco práctico del progreso de la humanidad. Construir comunidades abiertas y resilientes es necesario para crear una comunidad inclusiva cuya contribución refleje un cambio hacia una sociedad más justa.
Bajo esta premisa, y a la pregunta sobre en qué medida creen que el voluntariado y la acción social son importantes para construir una sociedad más solidaria, siete de cada diez personas encuestadas respondieron que el voluntariado es importante para ellas, y un 21,1% lo consideran esencial para crear una espacio más inclusivo y solidario. Sobre el tipo de ayuda a la que destinarían recursos económicos, un 35,5% se decanta por la ayuda humanitaria global (bancos de alimentos, envío de medicinas, etc) mientras tres de cada diez prefieren destinarlo al ámbito local. Concretamente, el 27,2% lo enfocaría en ayuda local a la infancia y un 17,6% a colectivos desfavorecidos.
Los datos obtenidos reflejan una implicación e importancia mayores en las cuestiones de ayuda social en las mujeres (74%) frente a los hombres, con el 64,8%, 9 puntos menos. La importancia del voluntariado también destaca en perfiles de edad más avanzados. Concretamente, un 51,3% de las personas de entre 56 y 73 años considera absolutamente necesaria la acción social para crear un mundo más inclusivo y resiliente. Por comunidades autónomas, las personas de Navarra, con un 78%, seguidas de la población de Castilla-La Mancha, con un 76,4%, y de Extremadura, con un 76,1%, son las que mayor importancia dan a las cuestiones sociales.
En lo relativo al civismo, los datos reflejan que para más del 80% de la población española la educación cívica es muy o bastante importante para construir una sociedad solidaria. La importancia de esta cuestión también es ligeramente superior entre las mujeres (84,8 %) que entre los hombres (81,6%) y aumenta con la edad en ambos sexos, con las personas de la Generación X y las de entre 56 y 73 años como las más concienciadas.
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