Jaime de Jaraíz es el presidente y consejero delegado de LG Electronics Iberia y, tras vivir de cerca las consecuencias del cambio climático, trabaja para concienciar a las empresas de que deben actuar para frenarlo sin esperar recibir nada a cambio.
En verano de 2017, él y su familia estuvieron a punto de morir en el mar debido a una tormenta explosiva que se generó de forma inesperada por la elevada temperatura del agua derivada del calentamiento global.
"Se hundieron cinco barcos. Mi familia y yo nos salvamos de milagro. Fue tal el pánico que pasamos (...) me transformé por el miedo que pasé, sobre todo por mis hijos. Ahí me di cuenta de que es evidente que está pasando algo y que es mucho peor de lo que pensamos", ha relatado De Jaraíz en una entrevista con_ EFE_.
Tras esa experiencia, decidió que, desde su posición de ejecutivo de una multinacional, debía hacer algo y de ahí surgió Smart Green, proyecto que persigue que en España se planten al año 47 millones de árboles, uno por habitante, y que también dará el salto al mar para ayudar a su regeneración.
"Vimos que donde más podía contribuir nuestra acción y de forma más rápida era plantando árboles para recudir las emisiones de CO2. Empezamos plantando 500 árboles a mano", según De Jaraíz, que ha explicado que desde entonces han plantado más de 4 millones de árboles y arbustos.
Posteriormente se aliaron a CO2 Revolution, una compañía que utiliza drones y semillas inteligentes para plantaciones masivas con una tasa de éxito del 80 %, según el ejecutivo.
En el mundo hay espacio para plantar 1 billón de árboles que absorberían entre 300 y 400 gigatolenadas de CO2, un tercio de la emisiones generadas por el hombre desde la era preindustrial, y, aunque el objetivo siempre debe ser reducir las emisiones, captar ese CO2 "nos daría más tiempo para llevar a cabo la transición ecológica".
LAS EMPRESAS, LA MEJOR ALTERNATIVA PARA ACTUAR RÁPIDO
En su opinión, quienes pueden plantar ese billón de árboles de forma ejecutiva, vertical y rápida son las empresas. "Ellas son nuestra mejor alternativa", pues los gobiernos de todo el mundo actúan cuando el problema ya está aquí.
Las empresas deben entender que tienen que pasar de ser sostenibles porque lo marca la ley a acometer proyectos de manera totalmente altruista, incluso sin compensación de emisiones, para recuperar los ecosistemas, ya sea plantando árboles, recogiendo plásticos del mar o salvando una laguna.
"Que la operativa de una compañía sea absolutamente responsable es algo que doy por hecho. Lo que ahora les pido es que empiecen a hacer algo más" y sin esperar nada a cambio.
Para convencer a las empresas, construyeron en la sede de LG en Madrid una casa en la que debatir cómo empezar a cambiar las cosas de forma concienzuda y no puntualmente.
Por ella han pasado más de 250 empresas, 60 consejeros delegados, dos presidentes autonómicos, muchos famosos y la vicepresidenta segunda y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, entre otros.
"Si una gran compañía decide hacer algo como esto se producirá una revolución en el mundo", ha aseverado De Jaraíz, tras recordar que las empresas tienen "la sana costumbre" de copiarse unas a otras cuando les va bien".
"BOMBAS DE SEMILLAS" ELABORADAS POR NIÑOS Y ANCIANOS
No obstante, si queremos que realmente se produzca un cambio, hay que implicar a toda la sociedad y para ello testan un sistema de plantación sencillo y barato que implica a ayuntamientos, niños y ancianos.
Los ayuntamientos son la unidad administrativa más pequeña con terreno para reforestar y con competencias para hacerlo y por eso trabajan con ellos en extender el uso de una técnica japonesa llamada "nendo dango" o "bombas de semillas", ha dicho.
Esta técnica consiste en la elaboración de unas bolas con arcilla, compost y una combinación de semillas de flores, arbustos y del árbol que quieres plantar que al germinar generan el microsistema necesario para que la semilla principal (árbol) se desarrolle.
La idea es que estas bolas se elaboren en colegios y residencias y esparcirlas mientras se da un paseo donde digan los técnicos y en el momento adecuado.
El proyecto ya se ha probado en Ávila, donde han comprobado que pueden plantar árboles por el equivalente de su población, unos 60.000 habitantes, a un bajo coste: entre 3.000 y 4.000 euros, cuando plantar mediante técnicas manuales tradicionales cuesta unos 20 euros por árbol.
"Si lo hacemos con los 8.800 ayuntamientos podríamos reforestar toda España" a un coste marginal y con la implicación de todos, "lo único que necesito es que lo adopten como una actividad cada año", ha explicado el ejecutivo, que ha pedido que se implante en España el Día de la Madre del Árbol el tercer fin de semana de cada octubre.
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