VÍDEO| Prueba del BYD Seal U Design: en la línea de flotación
Desde su llegada se ha colocado como uno de los BYD más representativos por su dualidad de opciones electrificadas. En esta prueba analizamos el 100% eléctrico que pone el foco de nuevo en Tesla
La fuerza con la que BYD ha llegado al mercado es digna de mención. En poco menos de dos años, la firma china tiene en su portfolio de productos hasta ocho modelos, siete de ellos 100% eléctricos aptos para todo tipo de clientes, desde utilitarios hasta berlinas de representación pasando por SUV compactos y sedanes. Uno de los últimos en llegar ha sido este BYD Seal U que en El Periódico de la Energía vamos a probar en profundidad para descubrir si, como pasó con el Seal (prueba), es capaz de complicarle la existencia a Tesla, en este caso, al Model Y (prueba). Por cierto, para que veas que la firma china es líder en coches con enchufe, este Seal U está igualmente disponible con una alternativa híbrida enchufable que, eso sí, será protagonista de otro test por separado.
Directos al grano
Dado que todas sus características y cualidades estéticas o de habitabilidad te las desgranamos ya en su momento en el contacto, aunque también puedes verlas con detenimiento en el vídeo, vamos a ir directamente al grano que no es otro que la conducción y lo que nos ha transmitido este BYD Seal U Excellence.
Lo primero que hay que tener en consideración es que a diferencia del Seal berlina, este Seal U no oferta alternativas con tracción total, un hecho curioso dado su posicionamiento SUV. Del mismo modo y dadas estas siglas, deberíamos hablar de una altura libre al suelo mucho mayor que la de su hermano de tres volúmenes, pero la realidad es que solo gana 1 cm frente a esta, con un total de 15 cm, que es poco para un coche de estas características, y que se debe principalmente porque la batería sobresale demasiado por la zona inferior.
Lo que sí comparte con la berlina es, lógicamente, la plataforma e-Platform 3.0 que también da vida a otros modelos de la marca y con la que no solo se consigue una dinámica de conducción mejorada, sino integrar todos los componentes del coche (el ya famoso 8 en 1 de BYD).
Si nos centramos en el motor, volvemos a las diferencias pues el rendimiento del bloque situado en el eje delantero es de 216 CV, es decir, casi 100 CV menos, que bien podríamos imaginar que redunda en una peor respuesta dado el extra de 100 kg en contra de nuestro protagonista, la realidad es que en líneas generales apenas notamos demasiado. Cierto es que las prestaciones se resiente, pues el 0 a 100 km/h lo cubre en 3,7 segundos menos, 9,6 segundos, pero el sentir general es que tenemos un coche que se mueve con bastante agilidad.
Peca de gastón
Para cambiar la respuesta del coche, tenemos cuatro programas, Eco, Normal, Sport y Snowfield destinado, este último, enfocado a suelos deslizantes. Lo cierto es que no hay mucha diferencia entre ellos y el coche se sigue sintiendo igual de confortable en cada uno, así como equilibrado. En lo que respecta a la dirección, ofrece el mismo tacto que el resto de BYD, es decir, demasiado asistida y por mucho que cambiemos su dureza a través de la pantalla, el cambio no es representativo, dando muestras de que las carreteras con curvas, los cambios de apoyo y los movimientos de dirección rápidos no son su cometido principal.
En lo que a regeneración de la frenada se refiere, tenemos como en todos los BYD, dos niveles: Estándar y High que se pueden elegir mediante el comando del túnel central o a través de la pantalla. Aquí tampoco hay sorpresas si ya has estado al mando de otros modelos de la firma china ya que para notar el cambio tienes que pulsar ligeramente el freno, siendo entonces cuando se activa, sin cambios de nuevo excesivos pero sí algo notorios cuando vamos con el High activado (aunque ni mucho menos como el de un solo pedal). Hablando de freno, al revés de lo que suele ocurrir en los eléctricos, el tacto es demasiado agresivo incluso en la primera parte del recorrido y en entorno urbano puede llegar a resultar incómodo.
Ahora bien, lo más importante en este BYD Seal U tiene que ver con la batería. Primero porque dependiendo del acabado su capacidad varía y aunque en ambas es la archiconocida Blade Battery, en el Comfort anuncia 71,8 kWh de capacidad por 84 kWh de nuestro Design, lo que redunda en una autonomía homologada respectiva de 420 y 500 km. Del mismo modo, la potencia de carga en corriente continua es de 115 y 140 kW, respectivamente, necesitando eso sí 30 minutos para pasar del 30 al 80%; sumando en cualquier caso la carga bidireccional de 3,3 kW (se entrega una regleta). En marcha, aquí es donde más peca el Seal U pues aunque hay momentos en los que puedes llegar a consumir algo menos de 17 kWh/100 km, lo cierto es que estarás moviendo en el ámbito de los 21 a 23 kWh/100 km, por lo que el recorrido real será de los 380 a los 400 km.
En definitiva
BYD se ha marcado romper la banca y aunque su entrada en el mercado español le está costando más de lo esperado (solo mete en el top 10 al Atto 3 (prueba)), es más que reconocible que quien habla de un eléctrico empieza ya a tener claro que BYD es uno de los rivales a batir. Con este Seal U la firma china demuestra que es posible hacerle frente al Tesla Model Y en términos de habitabilidad, diseño y tecnología aunque todavía está un punto por detrás en lo que a eficiencia energética y potencia de carga se refiere. Sin embargo, el confort general vuelve a posicionarle por encima, al menos a nuestro juicio, del Model Y.
Sin embargo, siempre que hablamos de un eléctrico, más si es comparable con la firma californiana, hay que tener en cuenta el precio. Variable en la que este BYD Seal U puede sacar pecho ya que al menos de momento y a falta de que los aranceles puedan surtir efecto en su tarifa de cara a 2025, adquirir este todocamino cero emisiones te costará 42.290 euros asociado al acabado Comfort, cuantia que es inferior a la de algunos rivaoles directos como el BMW iX3 (prueba), el Ford Mustang Mach-E (prueba del GT) o el Volkswagen ID.4 (prueba), entre otros, situándose a la par que el Tesla Model Y, que parte en su versión de acceso de los 44.490 euros. En este caso, si tuviéramos que elegir entre uno y otro acabado, nos iríamos a por nuestro Design, porque los 2.800 euros de sobrecoste no nos parecen excesivos para el equipamiento que te da de más y, sobre todo, por tener mucha más autonomía.
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