Todavía es posible que Corea del Sur se encamine hacia las emisiones netas cero para 2050 y contribuya a limitar el calentamiento global muy por debajo de 2C. Según un informe publicado por BloombergNEF, ello depende de un rápido aumento de la electricidad limpia y de las capacidades de captura y almacenamiento de carbono (CAC).
El sector eléctrico es la mayor fuente de emisiones del país. Según las conclusiones de New Energy Outlook: Corea del Sur, las emisiones de la generación de electricidad deben reducirse en más de dos tercios para finales de esta década, a fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
La Contribución Determinada a Nivel Nacional de Corea del Sur -su plan para ayudar a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París- pretende que las emisiones se reduzcan en un 40% para 2030, en relación con los niveles de 2018. Se trata de una reducción menos ambiciosa que el 50% previsto en el escenario Net Zero de BNEF. Si la transición energética del país siguiera una trayectoria impulsada por la economía -lo que BNEF denomina su Escenario de Transición Económica-, solo se produciría un descenso del 18% durante este periodo.
“Corea del Sur aún tiene posibilidades de cumplir su objetivo de reducción de emisiones para 2030”, afirma David Kang, responsable de investigación sobre Japón y Corea del BNEF. “Para ello, el país necesita acelerar el despliegue de las energías renovables y los vehículos eléctricos, al tiempo que sienta las bases para reducir las emisiones de los sectores difíciles de reducir en los próximos cinco años”.
La captura de carbono ocupa un lugar central, a contracorriente del panorama mundial
En Corea del Sur, la captura y el almacenamiento de carbono son los elementos más importantes para la reducción de emisiones en el escenario Net Zero, ya que suponen el 41% de la reducción para 2050, frente a la hipótesis de «no transición». Esta cifra es muy superior al 14% registrado a escala mundial. La energía limpia procedente de fuentes renovables y nucleares ocupa el segundo lugar, con un 17% del ahorro de emisiones del país a mediados de siglo, muy por debajo del 45% de reducción de las emisiones mundiales.
“El elevado porcentaje de captura y almacenamiento de carbono pone de manifiesto los problemas geográficos de Corea del Sur”, afirma Seohee Song, analista del equipo de Economía Energética de BNEF y autor principal del informe. “Encontrar terrenos adecuados para proyectos de energías renovables a gran escala es cada vez más difícil en el país, lo que presiona al alza el coste de la energía solar y eólica, creando así más necesidad de captura y almacenamiento de carbono para descarbonizar totalmente la energía y la industria”.
Llegar a cero requeriría que Corea del Sur acelerara el despliegue de energía solar y eólica para alcanzar 304 gigavatios de capacidad en 2050, lo que supone multiplicar por 10 la cifra actual. Además, casi un tercio de los 73 gigavatios de centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles del país tendrían que estar equipadas con sistemas de captura de carbono para finales de esta década. Ahora mismo, ninguna central eléctrica de Corea del Sur está equipada con tecnología de captura de carbono.
Una oportunidad multimillonaria
El camino hacia las emisiones netas cero depende de 2,7 billones de dólares de inversión y gasto de aquí a 2050 para descarbonizar el sistema energético de Corea del Sur, un 37% más que en una transición dirigida por la economía. Sobre una base anual, esto se traduce en 102.000 millones de dólares de desembolso de capital en el escenario Net Zero, equivalente al 6% del producto interior bruto del país en 2023.
La inversión de Corea del Sur en la transición energética ascendió a 25.000 millones de dólares el año pasado. Es necesario un marco político claro y coherente para impulsar la confianza de los inversores y satisfacer las necesidades de gasto de un futuro neto cero.
“La mayor inversión necesaria para el escenario Net Zero representa una importante oportunidad económica para el país”, afirma Analeigh Suh, analista de BNEF para Corea del Sur y coautora del informe. “En este escenario, Corea del Sur reduciría sus emisiones y aumentaría su seguridad energética gracias a una menor necesidad de importar combustibles fósiles. El país también crearía más demanda de tecnologías como los vehículos eléctricos y las baterías, que son el fuerte de los fabricantes coreanos”.
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