En un momento de completa y absoluta renovación dentro del seno de Jaguar-Land Rover, la empresa inglesa sigue confirmando su cambio total de estrategia enfocado en el lanzamiento de vehículos 100% eléctricos. Así lo ha demostrado por la vía de Jaguar con su anuncio reciente y, por el lado de Land Rover, con el test del Range Rover eléctrico en las más duras condiciones de cara a tenerlo listo para este 2025.
Pues bien, ahora en conjunción con un fabricante de aspiraciones comerciales más bajas pero con el mismo interés en la electro movilidad como es Nissan, acaban de unir sus fuerzas con la empresa de reciclaje de baterías Atilium con el firme objetivo de acercar la electromovilidad a todo el mundo. Para conseguirlo han puesto el foco, como era de esperar, en la reducción de costos de unos coches eléctricos que siguen ofreciendo un precio de venta disparatado.
Recuperar casi la totalidad
De hecho son, precisamente, los precios los que quiere abaratar esta nueva asociación gracias, entre otros, al uso de minerales críticos reutilizados, incluidos el litio y el níquel que conseguirían abaratar el coste de las celdas. Tanto es así que la propia Atilium confirma que está en posición de recuperar más del 95% de los minerales de una batería al final de su vida útil, consiguiendo así suculentos beneficios para el medio ambiente y para los usuarios, ya que las baterías de nueva factura que salieran serían más económicos.
Concretamente, la empresa asegura tener la capacidad de reciclar suficiente litio, cobalto, níquel y manganeso como para fabricar más de 250.000 nuevas baterías para vehículos eléctricos cada año, esto es, casi el 80% del volumen de ventas actual en algunos mercados europeos como el británico. Y es que según sus cuentas iniciales, cada año será necesario reciclar más de un millón de toneladas métricas de baterías cada año hasta 2030, cifra que aumentará a los casi 20 millones de toneladas métricas para 2040.
Nueva normativa
En el marco de la asociación con el fabricante Jaguard-Land Rover, Atilium trabaja para construir y probar diversas celdas de batería hechas a partir de cátodos reciclados de viejos vehículos eléctricos Jaguar I-Pace. Esas baterías, una vez recuperadas, se prueban para ver si las celdas se pueden utilizar en los nuevos vehículos eléctricos del grupo.
De esta manera, el fabricante podría reducir hasta en un 25% su huella de carbono en comparación con la que tendría en el caso de comprar los minerales sin haberse usado previamente. A partir de 2031, las baterías de vehículos eléctricos que se vendan en el territorio de la Unión Europea deberán contar, como mínimo, con un 6% de litio reciclado, un 16% de cobalto reusado y un 6% de níquel reciclado. Además, estos porcentajes aumentarán hasta el 12%, 26% y 15%, respectivamente, a partir de 2036.
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