A los problemas derivados de la infraestructura de carga se suman, en algunos casos, los largos tiempos de espera para cargar los vehículos eléctricos. Cierto es que situaciones puntales como la vivida por algunos usuarios de Tesla durante la Semana Santa no resultan beneficiosos para aquellos que están dudando de si dar el paso o no a la electromovilidad. Pero, ¿qué pasaría si los coches eléctricos de un futuro cercano te permitieran recargar más de 300 kilómetros en menos de 10 minutos?
Algunos fabricantes de baterías ya están testando dichas posibilidades, sobre todo en lo que respecta a las batería de estado sólido, pero Polestar habría dado un paso más realista tal y como acaba de probar en su modelo Polestar 5. Y es que con la ayuda de la compañía israelí StoreDot, la berlina coupé de altas prestaciones habría conseguido unos resultados muy prometedores.
Prueba en condiciones reales
Los mismos que han dilucidado que tan solo habría que esperar 10 minutos para pasar del 10 al 80% de la carga del comentado Polestar 5, cuya capacidad de batería es de 77 kWh (aunque también hay una versión de 100 kWh). En kilómetros supondría volver a recuperar hasta 322 kilómetros, una cifra más que suficiente para afrontar largos viajes sin estar preocupado constantemente por las paradas.
El secreto de este hito se debe a que el paquete de baterías del modelo sueco eléctrico iba equipado con la tecnología XFC de StoreDot, que emplea celdas de silicio. Del mismo modo, estas baterías experimentales han mostrado excelentes resultados en su capacidad de enfriamiento, lo que implica que no necesitan un sistema de refrigeración adicional para que la carga rápida sea segura, reduciendo paralelamente el peso del conjunto.
La gran diferencia del binomio formado por Polestar y StoreDot es que además de testarlo en el laboratorio, ambas compañías se lanzaron a realizar un test práctico real. De hecho, durante el mismo la curva de carga del Polestar 5 comenzó en nada menos que 310 kW y para cuando el vehículo ya estaba próximo al 80%, la potencia máxima de llenado rozaba los 370 kW. Lógicamente, para que esto sea posible, el vehículo ha de contar con una arquitectura de 800 voltios.
Sea como fuere, ambas empresas mostraron su satisfacción ante tales resultados: “con esta tecnología, el tiempo tiempo de parada será más parecido a lo que se experimenta hoy con un coche de gasolina”, confirmó Thomas Ingenlath, director ejecutivo de Polestar; mientras que desde StoreDot confirmaron que “este avance revoluciona la propiedad al erradicar la barrera de la autonomía y la ansiedad por cargar de una vez por todas, ya que los conductores podrán viajar largas distancias con la misma libertad y comodidad que los vehículos tradicionales propulsados por combustibles fósiles”, concluyó Doron Myersdorf, director ejecutivo de StoreDot. Ahora solo queda saber cuándo o cómo esta tecnología de carga se implantará en los vehículos de producción, ya sean de Polestar o de cualquier otro fabricante, porque de conseguirse permitirían igualar las condiciones.
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