VÍDEO| Prueba del Toyota C-HR PHEV: consolidación electrificada
Hasta hace no tanto, hablar del C-HR era hacerlo de hibridación al uso pero Toyota ha apostado fuertemente por su versión con enchufe, colocándola hasta hace poco como la referencia del mercado
En los últimos años, los híbridos enchufables han cobrado una gran relevancia en España hasta el punto de que hoy por hoy vuelven a ser los más demandados gracias a su dualidad mecánica.
Toyota, que durante años ha sido pionero en la tecnología híbrida con modelos como el Prius, ha dado un paso más apostando fuerte por los modelos enchufables y, como ya ocurriera con los HEV, ha conseguido colocar a uno de sus PHEV como uno de los grandes referente del mercado, al menos hasta la llegada de los chinos.
Nos referimos al C-HR PHEV que hoy El Periódico de la Energía vamos a probar en profundidad desgranando los puntos que le han convertido en un auténtico líder, porque hasta hace bien poco era el phev más demandado de España hasta el subidón del BYD Seal U DM-i (prueba).
Estética concept
El diseño exterior es una de sus grandes bazas.Toyota
Desde su lanzamiento en 2016, el Toyota C-HR ha sido un referente en el segmento de los SUV compactos con un diseño atrevido y agresivo que rompía con la sobriedad tradicional de Toyota. Con la llegada de la segunda generación el C-HR ha mantenido esa evolución en diseño, ofreciendo una apariencia más moderna y dinámica, más al estilo de un concept que de un coche de producción.
Mide 4,39 metros de largo, por 1,79 metros de ancho y 1,56 metros de alto en los que resaltan detalles como un frontal con líneas angulosas y marcadas que acentúan su carácter deportivo y dinámico gracias a la parrilla en forma de X y en la que se incrustan los faros afilados con tecnología LED y luces diurnas en forma de flecha que aportan modernidad y una gran firma lumínica.
No se retroilumina siempre, pero es un rasgo que le define. Toyota
Sin salir de la iluminación, la nueva firma trasera en la que sobresale este logo que se retroilumina al abrir el coche pero que, curiosamente se mantiene apagado cuando damos las luces de cruce. Las llantas de aleación de 18 pulgadas con diseño específico para esta versión enchufable, que remarcan su estilo sofisticado y adaptado a la eficiencia o ya que hablamos de la versión phev, la toma de carga se sitúa en el paso de rueda trasero derecho. Por último, esta esa línea del techo descendente, que marca su carácter dotándole de ese aire coupé pero que obliga a tener una ventanilla trasera algo más reducida.
No es para familias
Las plazas traseras son muy justas para personas de estatura media.Toyota
Eso provoca que las plazas traseras del C-HR sigan siendo oscuras y den sensación de cerramiento. En este sentido, Toyota no ha querido evolucionar en exceso un diseño que ya nació para contentar a los pasajeros traseros y para mí, es una de las grandes pegas de este coche porque incluso el hueco para las piernas es limitado. Tampoco es excesivamente amplia la distancia al techo y por anchura, mejor dos que tres.
Por elementos de confort, al menos sí tenemos salidas de aire y tomas USB pero como pasaba en el Corolla (prueba), en las puertas no hay un hueco portaobjetos grande, sino que se limita a dos pequeños portabotellas.
El maletero es más pequeño incluso que el de un utilitario. Toyota
Por mantener la tónica del espacio, el maletero de esta versión PHEV también se ve reducida. Lo hace en 78 litros frente a los híbridos, cubicando 310 litros, que para que te hagas una idea es poquito más que un Renault 5 E-TECH (prueba). Como es habitual esta pérdida se debe a la recolocación del depósito de combustible y a la introducción de la batería. Al menos, las formas son bastante regulares.
Espacio digtal
El puesto de conducción desprende calidad pero la digitalización no es su fuerte. Toyota
Respecto al puesto de conducción, el Toyota C-HR PHEV combina un diseño funcional con una atmósfera tecnológica y confortable. Destaca una pantalla táctil central de 9 pulgadas, que se integra muy bien en el salpicadero y permite controlar el sistema multimedia, la navegación y las conexiones móviles mediante Apple CarPlay y Android Auto.
Los materiales empleados resultan en general agradables al tacto, con superficies blandas en la parte superior del tablero y detalles en negro piano que aportan un acabado más premium. Los asientos ofrecen buen soporte, aunque la configuración un poco deportiva prioriza la sujeción frente a la amplitud. La instrumentación es digital y clara, y el conjunto transmite una sensación de calidad acorde con el segmento, si bien no llega a niveles de lujo, sí plantea un ambiente moderno y muy funcional para el día a día.
Híbrido y además enchufable
El motor es extremadamente eficiente. K.S.
Llegamos al punto diferenciador del coche: su mecánica; porque ya nadie podrá quejarse de que Toyota no hace coches enchufables que sean eficientes. En esencia, este C-HR vendría a ser tan eficiente como un híbrido con el añadido de sumar una batería más grande, En concreto hablamos de un paquete de celdas de 13,8 kWh que nos da para cubrir oficialmente 66 km sin encender el motor de gasolina.
En marcha y a ritmo normal, alternando casi todos los escenarios pero cubriendo más km por carretera, nosotros hemos llegado a los 50 km, con un gasto de unos 22 kWh/100 km. Cierto es que en comparación con algunos de sus principales rivales, esta autonomía se queda ya atrás, como ya nos pasó con el Mazda CX-60 PHEV (prueba), pero para el día a día va más que sobrado.
Solo se puede conectar en tomas de corriente alterna. K.S.
Ahora bien, la ventaja de este C-HR PHEV es que como decíamos sigue siendo tan eficiente como el HEV ya que cuando la energía se agota, se comporta como sus hermanos con etiqueta ECO, lo que se traduce en un consumo medio de, ojo, 5,3 l/100 km, bajísimo para un coche de este rendimiento. Hablamos claro de una cifra sin volver a cargar la batería, ya que entonces el gasto será de unos 1,5 l/100 km, bajísimo.
Respecto al rendimiento mencionado, tenemos un motor de gasolina de 2.0 litros y ciclo Atkinson que entrega 152 CV en combinación con un motor eléctrico de 163 CV. Cuando los dos trabajan al unísono generan 224 CV, acelerando de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 180 km/h.
En marcha es un coche muy cómodo que además gana velocidad con rapidez. Toyota
Tenemos varios modos de conducción, ECO, Normal, Sport y Perso cambiando el comportamiento del coche e incluso podemos recargar la batería del mismo en marcha con la función Charge, disparando eso sí el consumo. En cuanto al comportamiento dinámico, el C-HR PHEV se muestra muy equilibrado, con una suspensión que filtra eficazmente las irregularidades del firme y una dirección precisa que ayuda a ganar confianza en curvas y maniobras rápidas. La tracción delantera y la respuesta combinada de los motores permiten una conducción suave y sin sobresaltos, ideal para quienes buscan confort y un punto deportivo sin renunciar a la practicidad diaria.
En definitiva
Solos es 3.000 euros más caro que el híbrido, compensa. K.S
Ya nadie puede tildar a Toyota de conservadora en lo que a modelos con enchufe se refiere e incluso el C-HR será el modelo que inicie una nueva era dentro de la marca en términos de electrificación ya que el C-HR+ está a la vuelta de la esquina hasta el punto de que pronto le conoceremos en persona. Este SUV compacto destaca por diseño, eficiencia y comportamiento, quedándose para mí un poco atrás en habitabilidad y tecnologia, pero en líneas generales es entendible que esté siendo una de las mejores opciones.
Y lo es porque además lo combina con un precio que resulta bastante atractivo, pues la gama parte de los 35.000 euros, que son solo 3.500 euros más que el híbrido, a mismo nivel de equipamiento, frente al que pierde un poco de maletero, sí, pero gana el variedad de uso eléctrico.
Es el segundo phev más vendido del mercado. K.S.
Y claro, frente a los rivales chinos, el C-HR destaca por su garantía de calidad, experiencia y red comercial de Toyota, pese a la aparición de modelos chinos que atraen por precios ajustados y avances en autonomía eléctrica. En definitiva, el Toyota C-HR PHEV es una propuesta sólida y equilibrada, recomendada para quienes buscan un SUV compacto enchufable fiable, eficiente y con un diseño rompedor que encaja con las necesidades y tendencias actuales de movilidad sostenible en España.
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