¿Y si te dijéramos que es posible tener todo el lujo de una berlina de representación con el espacio del más grande de los monovolúmenes? Lo más probable es que de inicio no nos creyeses pero con el protagonista de nuestra prueba de hoy la duda se resuelve: el Mercedes-Benz Clase V o lo que es lo mismo, el único representante de las firmas premium europeas al que no se le caen los anillos al hablar de una furgo, o como se les denomina ahora los modelos polivalentes. Porque pocos imaginan una ‘furgo’ de Porsche de BMW o de Audi, pero a nadie le extraña ver un Mercedes-Benz con esta carrocería, ¿verdad? Pues lo que vamos a hacer en esta prueba es analizarte en profundidad su última evolución con el que es su motor más interesante, al que te sumaremos alguna que otra sorpresa que seguro que encandilará a los usuarios más aventureros.
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Nadie pensaría en una furgoneta con los cuatro aros o la hélice de BMW, pero si hablamos de marca premium todos confluiríamos en Mercedes-Benz y su Clase V. La misma que ha pasado por nuestras manos con su motor más eficiente

Hablar de la Clase V es hacerlo hoy por hoy, del heredero de una estirpe de furgonetas de Mercedes-Benz que lleva décadas proponiendo un transporte tanto de mercancías como de pasajeros de una forma exclusiva. Alcanza su tercera generación envuelta precisamente en una profunda renovación que bien podríamos haber pensado que sería la última de no ver hace poco el nuevo Vision V Concept que a buen seguro mantendrá su esencia elevando el concepto premium hasta cotas nunca vistas, así como su electrificación.
Pero centrando el tiro en nuestro protagonista y como si de un turismo más se tratara, su actualización se observa en detalles renovados como el frontal, con unos faros delanteros, que ahora pueden sumar tecnología MULTIBEAM (de serie en los niveles más altos) y una calandra ligeramente más grande que ofrece un tramado único en función del acabado; las llantas, de entre 17 y 19 pulgadas con diseños muy llamativos; o una zona trasera donde además de oscurecer los faros, se incluye una nueva moldura decorativa en el centro del portón en el que se incrusta el nombre de la marca y que, todo dicho sea de paso, le aporta un plus de elegancia.

Con todo, este renovado Clase V, que por cierto se sigue fabricando en la factoría de Vitoria, de donde se exporta a prácticamente todo el mundo puede elegirse en tres longitudes de carrocería: una compacta de 4,90 m, otra larga de 5,14 m y una extralarga de 5,30 m, siendo la segunda la que estás viendo en imágenes y la que más ventas aglutina en nuestro mercado, con cerca de un 80% de las peticiones. En cuanto a los niveles de acabado, podrás escoger entre el básico, Style, Avantgarde, Exclusive y AMG Line, cada uno con elementos exclusivos de diseño entre ellos.
Como un turismo más

De puertas para dentro, que las furgonetas hayan aumentado su éxito se debe en parte a que ya prácticamente nada tienen que envidiar a los turismos y en el caso de este Clase V la semejanza con hermanos como el Clase A o el Clase C es más que evidente. Así lo percibimos en un puesto de conducción con una calidad general sobresaliente, con ajustes casi perfectos y una fuerte digitalización.
En este sentido, el sistema multimedia empleado es el conocidísimo MBUX que es visible a través de dos monitores de 12,3 pulgadas unidos bajo un mismo marco. El izquierdo hace las veces de cuadro de instrumentos, con multitud de menús a manejar mediante los comandos hápticos del volante (otro detalle heredado de los turismos), mientras que el central pone el foco en el resto de funciones del vehículo, a excepción de la climatización que sigue manejándose mediante una tira de comandos táctiles, decisión que desde aquí aplaudimos.

La consola central también ha sido rediseñada, manteniendo el touchpad clásico de los turismos, alrededor del cual hay varios botones que nos dan acceso rápido a diferentes funciones (cámara, radio, navegación, teléfono, volumen o modos de conducción). Bajo ella hay multitud de huecos portaobjetos entre los que se encuentra una superficie de carga inalámbrica para móviles.
Para el día a día o la aventura

Si nos centramos en el espacio reinante, aquí no solo tenemos que destacar el gigantesco maletero que ofrece un volumen que varía lógicamente en función del tamaño, pero que en el peor de los casos puede ser de 650 litros, al que por cierto se puede acceder a través de una luneta practicable que no nos obliga a tener que abrir todo el portón; sino con la opción de elegir hasta 8 asientos divididos en tres filas con la posibilidad de escoger incluso la del centro con dos butacas de tipo Business, es decir, individuales como las de nuestra unidad para viajar de la manera más confortable.

Aunque ojo, si hablamos de confort aquí os tengo que hablar de otra alternativa que es la Marco Polo. ¿Y qué significa este nombre? La versión camper de esta Clase V que al igual que la Volkswagen California es uno de los grandes referentes históricos de la categoría de las furgos camperizadas. En este caso y como es habitual en los modelos alemanes, ha sido preparada por Westfalia, otro icono de las camper y aunque lo más llamativo es sin duda esta cama superior, con una longitud de casi 2 metros por 1,30 de ancho en la que dos adultos pueden acomodarse sin demasiados problemas, no es la única estancia disponible.

Abajo podemos tener un perfecto salón comedor en el que incluso puedes ponerte de pie siempre y cuando subas la cama y la cuelgues con estas cinchas a la zona superior. Una vez aquí, tienes una mesa extraíble, una cocina completa con su pila, su doble fuego, su nevera de 40 litros y sus múltiples cajones que se extienden también hacia la zona trasera. Una estancia que no es única pues con un par de movimientos como son el desplazamiento longitudinal de las butacas primero, que como ves son solo dos, y la pulsación de dos botones situados en el borde de los asientos acabas convirtiéndolo en otro dormitorio, apto para dos personas de hasta 1,90 metros.
Pero eso sí, te recomendamos que te cojas una colchoncito plegable y fino para llevártelo porque si no te vas a clavar todos los respaldos y no vas a dormir del todo cómodo. Ahora bien, lo que sí quiero destacar y que pone el acento premium es que cuenta con un nivelador automático capaz de poner recta la furgo en caso de que el terreno esté inclinado evitando así que tengamos que dormir nosotros también inclinados. Eso sí, solo está disponible si equipas la suspensión neumática.

El interior de esta Marco Polo cuenta con todo tipo de luces de cortesía y ambiente, así como con enchufes y tomas USB para que te sientas como en casa. Muchas de ellas las puedes activar manualmente o a través del monitor de 12,3 pulgadas que cuenta con un menú específico denominado Marco Polo en el que también podrás configurar el modo camping para no molestar a tus vecinos, activar o desactivar la nevera, programar la calefacción estacionaria, consultar el estado de la batería auxiliar o consultar cuánta agua limpia y sucia te queda.
En lo que respecta al equipamiento, entendemos que haya extras como la pintura, los paquetes premium e incluso el retrovisor digital, pero no entendemos cómo son de pago detalles como el navegador, el cargador inalámbrico o los portones eléctricos que, como veremos al final suben considerablemente el precio.

Otro detalle, está configurada para 4 ocupantes, limitando así su uso para familias numerosas, mientras que lo segundo es que en si tienes la suerte de gozar de días de sol y piensas que el interior se te puede quedar corto, solo tienes que hacer una cosa, abrir la puerta trasera, subir el compartimento que tienes justo en el somier y sacar el juego de sillas y mesa que se pliegan fácilmente y que elevan la experiencia hasta nuevas cotas. Solo echamos en falta en esta unidad un toldo que nos protegan no solo del Astro Rey sino también de la lluvia en épocas de mucho caudal.

El hecho de tener este juego de sillas nos permite aumentar la versatilidad del modelo, pero en su defecto perdemos espacio de carga en el maletero pues, como ves, es un poco más justo. Menos mal que esta camperización también propone armarios en dicha zona para, al menos, guardar algunos enseres. Por lo demás, los cambios son los mismos que en el resto de Clase V tanto en el interior, con ese salpicadero completamente digitalizado, como en el exterior, con los nuevos detalles. Eso sí solo está disponible con la carrocería intermedia, la de 5,14 metros, mientras que la gama de motores no es exactamente la misma que la de la Clase V a la que volvemos ya mismo.
El eterno dilema mecánico

Porque si entramos en el apartado mecánico, vemos que el Clase V cuenta con un motor que no está presente en la Marco Polo y que es este V 300 de gasolina cuya principal peculiaridad es que suma una red de a bordo híbrida ligera de 48 voltios para dotarle de la etiqueta ECO. Hablamos de un bloque de 2.0 litros Turbo que genera 231 CV y que, según Mercedes, era necesario para aumentar el atractivo comercial del modelo, sobre todo por el hecho de tener este sello. En marcha apenas notamos la incidencia de ese sistema eléctrico que está apoyado por un motor eléctrico de 24 CV que asiste en determinadas ocasiones y que gracias a la energía almacenada en la batería de 48 voltios, permite arañar alguna que otra décima al consumo.
Un gasto que está cifrado en 10 l/100 km y que de no ser así podría ser cercano a los 12 l/100 km, siempre en valores oficiales, pues lo que hemos conseguido en esta prueba está más próximo a los 11,3 l/100 km. Ahí es donde entran en juego las mecánicas diésel como la que también hemos probado en el Marco Polo, concretamente el 300d de 237 CV que nos ha gastado 8,6 l/100 km cuando homologa 7,5 l/100 km. Pero más allá de este dato, que acompaña de una autonomía de 813 km frente a los aproximadamente 550 km del gasolina, está en que se le nota un motor más vivo gracias en parte a los 500 Nm de par, 130 más que el de etiqueta ECO. Esto provoca que las prestaciones sean un tanto inferiores en el gasolina, pero no excesivamente.

Pero una de las ventajas que tiene la Clase V, así como la Marco Polo, es que puede optar por otros dos bloques más de gasóleo, el 220 d de 163 CV y el 250d de 190 CV, así como en el caso de la V a secas, de otros dos 100% eléctricos de 204 CV con hasta 365 km de autonomía bautizados como EQV.
Si nos referimos al comportamiento, estamos ante la furgoneta de representación por excelencia. Lo mires por donde lo mires, no encontrarás una sola queja más allá de, quizá, un precio de venta no apto para todos los bolsillos (pero quién puede optar por un Clase S en estos días, ¿verdad?). Desde el empuje del motor hasta la elevada posición de conducción (que me vuelvan a hablar de los SUV), pasando incluso por un tacto general que, sin ser demasiado exigentes, nos permite afrontar un viaje sin que aparezca la fatiga.

Porque ese es el cometido del Clase V: viajar con el máximo confort, trasladando a sus ocupantes en un ambiente exclusivo, sin filtraciones de ningún tipo, ni siquiera sonoras, y con un consumo de combustible que nos permita olvidarnos casi de parar. El socio perfecto es, sin duda, la transmisión automática de 9 velocidades, 9G-Tronic, que aporta ese punto de facilidad de manejo y cuya respuesta varía en función del programa de conducción escogido. Quien prefiera convertirse en un ‘paquete’, no tendrá queja alguna, menos si tiene la suerte de elegir cualquiera de los dos asientos individuales de la fila intermedia.
En definitiva

Llegamos al final concluyendo que Mercedes-Benz no ha hecho sino mejorar lo inmejorable. Es evidente que la historia está para respaldar a la firma alemana quien sigue siendo la única premium en tener una furgo y puede que el resto no se atreva porque básicamente sería rendirse a la evidencia, la misma que encumbra a esta Clase V hasta el Olimpo del transporte de pasajeros. Porque trasladar a las personas del punto A al punto B es algo que otros muchos pueden conseguir, pero ninguno lo hace con el halo de exclusividad de este Clase V.
Eso sí, toda esa exclusividad también hay que pagarla y si bien la gama arranca en los 68.620 euros del Clase V compacto, si vamos al Largo ya son 69.532 euros y el extra largo 70.445 euros. En el caso de esta unidad que has visto, ya solo el motor 300 sube el precio a los 73.180 euros de nuestra unidad.

Pero si hablamos de la alternativa Marco Polo, ocurre básicamente lo mismo aunque el sobreprecio del nivel Horizon es de solo 267 euros mientras que la Marco Polo a secas ya sube 6.000 euros para dejar la cuenta en 74.600 euros de inicio, pues con el 300d sube a los 80.000 euros o a más de 93.000 euros con todos nuestros extras, algunos incomprensibles pero que quizá estén justificado gracias a ese conjunto de soluciones hogareñas que harán que te sientas como en casa sin necesidad de salir de ella. Por cierto, si lo comparamos con la VW California, solo es 1.500 euros más que caro pero con el componente premium.
Galería de imágenes del Mercedes-Benz V300




























Galería de imágenes del Mercedes-Benz Marco Polo





















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